Felipe II, rey de España desde 1556 a 1598 y rey consorte de Inglaterra desde 1556 a 1558

Monarca también caracterizado por sus luces y sus sombras. No seré yo quien enfatice por uno u otro aspecto. Sitio hay en el post para hacerlo en los comentarios.


    Nació en Valladolid el 21 de mayo de 1527, era hijo del emperador Carlos V, Carlos I de España y de la emperatriz Isabel de Portugal. Seis semanas después de su nacimiento en el convento de San Pablo de Valladolid, fue bautizado por el arzobispo de Toledo, como padrinos, el condestable de Castilla, el duque de Béjar y Leonor, su tía. Con algo menos de un año, el 10 de mayo de 1528 era reconocido por los procuradores de las Cortes, reunidos en el convento de San Jerónimo de Madrid. Su infancia transcurrió solitaria como casi todos los príncipes de la época, los continuos viajes de su padre y la temprana muerte de su madre, marcó su carácter. Fue su mayordomo mayor y ayo don Pedro González de Mendoza, hasta que al regreso de Carlos I a España, éste nombró como preceptor al erudito Martínez de Silíceo, que no fue capaz de hacerle aprender a leer ni escribir hasta los siete años de edad. En 1535 Pedro González de Mendoza es sustituido por Juan de Zúñiga, más austero y severo que el anterior.

    El 1 de de mayo de 1539 la emperatriz Isabel falleció. Esta muerte afectó mucho a Felipe. En 1541 Silíceo fue destituido, nombrando como profesores a Cristóbal Calvete de Estrella, Honorato Juan y Juan Ginés de Sepúlveda, a pesar del empeño de su padre y sus profesores, el joven príncipe nunca llegó a dominar el latín, su caligrafía no era buena, sus conocimientos de griego, elementales y su estilo literario, mediocre. A partir de 1540 Luis Narváez fue su profesor de música y a partir de 1541 tuvo un secretario personal, Gonzalo Pérez y fue declarado mayor de edad. En esta década, Felipe inició su colección de libros, llegando a formar una de las mayores bibliotecas de su tiempo, conservada en el Monasterio de El Escorial, entre sus compañeros de estudios estaba el hijo de Juan de Zúñiga, Luis de Requesens.

    En 1542, Carlos I, tras su desastrosa expedición de Argel, paso a Cartagena, desde donde hizo llamar a su hijo, encontrándose en mayo de 1542 en Ocaña, desde donde partieron hacia Valladolid, para seguir por Burgos, Navarra y llegar el 22 de junio a Monzón. El objetivo de este primer viaje de Felipe, era jurar los Fueros de la Corona de Aragón, lo que hizo entre los meses de septiembre y octubre. El 12 de octubre Felipe marchó a Zaragoza y Carlos a Barcelona, volvieron a reunirse en Barcelona, marchando a Valencia y a finales de año el príncipe regresó a Castilla. Tras este viaje el emperador inició su ausencia mas larga, dejando a su hijo al frente del gobierno, con un Consejo de Regencia compuesto por Francisco de Cobos, el duque de Alba, el cardenal Tavera y Fernando de Valdés. A medida que el príncipe se iba haciendo con las riendas del gobierno, cada vez eran mas frecuentes los roces entre padre e hijo. A pesar de lo cual el Emperador jamás desautorizó a su hijo en público.

    La aplicación de las Leyes Nuevas estuvo a punto de provocar un motín en la población española de América, en el virreinato de Perú, Gonzalo Pizarro encabezó una revuelta. El príncipe Felipe envió un negociador, Pedro de la Gasca, que logró en 1548, acabar con la sublevación y ejecutó a Pizarro. Fue su primera acción importante de gobierno.

    El emperador vio llegado el momento de casar a su hijo. Inicialmente pensó en la francesa Juana de Albret, heredera de Bearne, pero el proyecto fue vetado por Francisco I. Carlos pensó entonces en un doble enlace: Felipe con Margarita de Valois, y el heredero de Francia, Enrique, con la princesa María, hija de Fernando de Austria. Carlos I estaba dispuesto a ceder el Milanesado o los Países Bajos. Felipe se negó al matrimonio por considerar inadmisible las cesiones. El propio príncipe propuso a su padre a María Tudor y a su favorita, María Manuela de Portugal. Carlos I accedió e inició los trámites con la corona portuguesa. Las negociaciones fueron muy complejas debido al parentesco, el rey portugués, Juan III era hijo de Manuel I el Afortunado y de la infanta María, hija de los Reyes Católicos. y era hermano de la emperatriz Isabel de Portugal, madre de Felipe; por otra parte el emperador Carlos era hermano de Catalina de Austria, esposa de Juan III. Un sector de la nobleza portuguesa se oponía, aduciendo que en caso de que Juan Manuel falleciera sin descendencia, los derechos sucesorios pasarían a la princesa María Manuela, y por tanto a Felipe. A principios de 1543 comenzaron la capitulaciones, en la que se incluía el matrimonio del heredero portugués con Juana de Austria, hija de Carlos I, y comenzaron los trámites para conseguir la bula papal.

    El matrimonio por poderes se celebró en Portugal el 12 de mayo de 1543, representaba a Felipe Luis Sarmiento de Mendoza. Emprendió viaje la princesa escoltada por el duque de Braganza y el arzobispo de Lisboa. Por su parte el emperador eligió a Juan Alfonso de Guzmán, duque de Medina Sidonia y a Martínez Silíceo, obispo de Cartagena, para recibir a la princesa. El 13 de noviembre de 1543 María Manuela y Felipe llegaron a Salamanca, celebrándose el matrimonio el día 14, tras las fiestas se dirigieron a Valladolid, visitando en Tordesillas a la reina Juana I de Castilla, que llevaba tres décadas encerrada. En la madrugada de 8 al 9 de julio de 1545, María Manuela dio a luz en Valladolid a un varón, el nuevo infante recibió el nombre de Carlos, en honor a su abuelo. Cuatro días después moría la princesa. Felipe cayó en una profunda tristeza y se apartó de su hijo, que empezaba a dar muestras de tener graves problemas físicos y mentales.

    Poco después fallece el cardenal Tavera y Felipe se dedicó de lleno al gobierno. El 1546 falleció Juan de Zúñiga y el 10 de mayo de 1547, Francisco de Cobos. De sus consejeros solo quedaba el duque de Alba, pero este fue llamado por el emperador a Alemania, poniendo nuevos consejeros al lado de su hijo, Fernando de Valdés y Luis Hurtado de Mendoza. Para reforzar la autoridad del príncipe, Carlos I le nombró duque de Milán el 16 de septiembre de 1546.

    En 1547, el 28 de febrero falleció Enrique VIII de Inglaterra, el 31 de marzo Francisco I de Francia, y un año antes Lutero y Khais Barbarroja. Carlos I ordenó al Duque de Alba que fuera en busca de su hijo. La marcha del príncipe Felipe provocó las quejas de las Cortes de Castilla, el archiduque Maximiliano quedó al frente de los reinos peninsulares. Las ciudades italianas le recibieron con grandes festejos, en este viaje conoció Felipe a Tiziano. En Trento a donde llegó el 24 de enero de 1549 fue recibido por los prelados que participaban en el Concilio y por Mauricio de Sajonia, con el que entabló una buena relación. En abril llegaba a Bruselas donde se reunía con su padre y con Granvela. Allí conoció a Guillermo de Orange y a Lamoral de Egmont. El 12 de julio emprendió con su padre el viaje a los Países Bajos. Felipe quedó impresionado por la riqueza y esplendor de las ciudades flamencas, en especial Amberes. El 8 de julio de 1550 Carlos I y Felipe llegaron a Augsburgo para la apertura de la Dieta Imperial. Tras la Dieta se reunió la familia en Habsburgo para tratar el reparto de la herencia. En mayo de 1551 Felipe regresó a la península. En el verano de 1551 Felipe llegó a Barcelona a la espera de Maximiliano, continuando viaje a Zaragoza y posteriormente a Tudela, donde llegó el 19 de julio y fue jurado señor de Navarra. En el otoño llegó a Valladolid donde se hizo cargo del gobierno.

    Ese mismo año su hermana, Juana de Austria, marcho a Portugal para casar con el príncipe Juan heredero de Juan III. El matrimonio fue breve, pues falleció el príncipe, aunque nació un hijo, Sebastián, futuro rey de Portugal. La corona de Inglaterra estaba en manos de María Tudor, hija de Enrique VIII y de Catalina de Aragón. El emperador era mayor para pensar en casarse con ella, pero no su hijo. El parlamento inglés se oponía a este matrimonio, Felipe no estaba muy decidido, el Consejo Real de Inglaterra se opuso y la Cámara de los Comunes rogó a la reina que no contrajera este matrimonio. Pero las férreas voluntades de la reina y de Carlos I hicieron posible el enlace. La reina tenía treinta y nueve años, mientras el príncipe veintiséis. En el momento de preparar el enlace, Felipe mantenía una relación con Isabel Osorio. Las capitulaciones se firmaron el 12 de enero de 1554: la reina no estaba obligada a salir de Inglaterra; el posible hijo del matrimonio, sería rey de Inglaterra, de los Países Bajos y en caso de muerte del príncipe Carlos, heredaría los reinos de Felipe; la autoridad de Felipe en Inglaterra sería igual a la de su esposa, pero en caso de fallecimiento de la reina antes que el rey, este debería abandonar la isla y no reclamar el trono.

    Felipe II se mostró siempre preocupado por mantener la unidad religiosa, tratando de impedir los enfrentamientos religiosos que asolaban media Europa. En 1554 aprobó los estatutos de limpieza de sangre para las cuatro catedrales de Granada.

    Felipe hizo que su hermana Juana, viuda desde el 2 de enero regresara de Portugal para hacerse cargo de la regencia. Felipe zarpó de A Coruña el 13 de julio de 1554, tomando puerto el 20 de julio, encontrándose con María en Winchester el 23. Al día siguiente Felipe recibía de manos de Juan de Figueroa el regalo de su padre: la investidura como rey de Nápoles y duque de Milán. La boda se celebró en la catedral de Winchester el 25 de julio de 1554. A finales de 1554 la reina parecía embarazada, pero pasados dos meses se comprobó que era hidropesía. El príncipe partió hacia Bruselas donde le esperaba su padre el 29 de agosto de 1555, el mes de octubre, Carlos I, abdicó en su hijo el gobierno de los Países Bajos. En enero de 1556, el príncipe Felipe se convirtió en rey de España, como Felipe II, convirtiéndose en el monarca más poderoso de su tiempo. En España poseía los reinos de Castilla, Aragón, Navarra, Rosellón y Baleares; los territorios americanos dependientes de Castilla; algunas posesiones en Oceanía; bajo su reinado se completó la conquista de las Islas Filipinas; las Canarias, Orán, Bujía y Túnez; en Italia era rey de Nápoles, Sicilia, Cerdeña y el ducado de Milán; además la herencia borgoñona, los Países Bajos y el Franco Condado.

    Durante el tiempo que estuvo en los Países Bajos, María I Tudor reclamó a su esposo que regresara a Inglaterra. En marzo de 1557 Felipe II se dirigió a Inglaterra en busca de ayuda contra Francia. En julio de ese año embarcó hacia el continente para no regresar jamás a las Islas Británicas. Su padre el emperador se había retirado a Yuste donde falleció el 21 de septiembre de 1558, María I Tudor, fallecería en Londres el 17 de noviembre de 1558.

    El rey de Francia estaba aliado con Paulo IV, al tiempo que prestaba ayuda a los protestantes de los Países Bajos. Felipe no quería la guerra y firmó en febrero de 1556 la Tregua de Vaucelles, pero la guerra estalló al año siguiente, tras meses de provocaciones por parte del papado, en septiembre de 1556 Felipe II dio orden de hostigar los Estados Papales. Paulo IV solicitó la ayuda francesa y en enero de 1557 el duque de Guisa invadió Italia y el almirante Coligny atacó los Países Bajos. Felipe II se reunió con su ejército, que estaba al mando de Manuel Filiberto de Saboya, en Bruselas. Ambos ejército se encontraron en San Quintín con la victoria de Felipe II. La guerra también fue favorable en Italia, donde Alba obligo al Papado a firmar la paz. El duque de Guisa el 1 de enero de 1558 arrebató Calais a los ingleses, Felipe II reaccionó inmediatamente y les volvió a derrotar en Gravelinas.

    Felipe II propuso matrimonio a la hermana de María I Tudor, Isabel, pero finalmente se impuso la estrategia de alianzas y Felipe concertó su matrimonio con Isabel de Valois. El 22 de junio de 1559 se celebró en Nôtre Dame de Paris la boda por poderes, días después durante un torneo de las celebraciones, una lanza se introdujo, accidentalmente, por el visor del casco del rey de Francia, a causa de lo cual falleció el 10 de Julio, el trono pasó a su hijo Francisco II.

    Ruy Gómez de Silva, príncipe de Éboli, se había educado junto al rey y ocupado puestos de responsabilidad, fue reuniendo un circulo de seguidores que acabaron por formar un poderoso partido cortesano, una figura clave era la joven esposa de Ruy Gómez, Ana de Mendoza. Frente a dicho grupo estaba el Duque de Alba. Felipe II se fue alejando del grupo de Alba, al tiempo que se aproximaba al de Éboli.

    En 1559 uno de los principales problemas de Felipe II era el lamentable estado de la Hacienda viéndose obligado a decretar la primera bancarrota de su reinado. Pero a pesar de todo su mayor problema era la amenaza otomana, aliados de Trípoli y Argel. En 1559 Felipe II envió a la flota mandada por Andrea Doria a conquistar Trípoli, conquistaron Djerba pero fueron derrotados en 1560, siendo una de las mayores, si no la mayor derrota militar de España en toda su historia. En este periodo, hasta 1562, todo fueron problemas, excepto la boda con Isabel de Valois.

    En Francia, en 1559 muere Enrique II produjo inestabilidad y la prematura muerte de Francisco II no hizo sino aumentarla, la monarquía recayó entonces en Carlos IX, un niño con diez años; el gobierno lo ejercería Catalina de Médicis, empezando así las guerras religiosas en Francia. A finales de 1563 se clausuró el Concilio de Trento y en junio de 1564 el Papa hizo públicas las conclusiones. Felipe II convirtió los decretos conciliares en ley en todos sus territorios, rompiendo las relaciones diplomáticas con el Papado. En la primavera de 1565 Felipe empezó a preocuparse por la amenaza turca, iniciando un fabuloso programa de construcción naval. En mayo una flota otomana atacó Malta.

    En el verano de 1566 la situación en los Países Bajos era alarmante, en la primavera de 1567 un ejército fue puesto a las ordenes del Duque de Alba, entrando el 22 de agosto en Bruselas y el 5 de septiembre puso en marcha el Tribunal de Tumultos para castigar a los líderes de las revueltas. Debido a los problemas físicos y mentales del príncipe Carlos, Felipe retrasaba continuamente su viaje a los Países Bajos, hacia el verano de 1564 se empezó a pensar en casarle, Ana de Austria tenía muchas posibilidades. Muchos fueron los actos violentos de Carlos e incluso a finales de 1567 planeó arrebatar el trono a su padre, buscando la colaboración de nobles y de don Juan de Austria; el día de Navidad, Juan de Austria denunció la conjura, Felipe que se encontraba en El Escorial regresó a Madrid el 17 de enero de 1568 y en la noche del 18 le arrestó en el Alcázar. Finalmente enfermó y falleció el 24 de julio de 1568. Para complicar aún más las cosas el 3 de octubre fallecía la reina Isabel, que estaba embarazada. La situación en los Países Bajos seguía empeorando, al mando ahora de Guillermo de Orange, Alba mandó ejecutar a sus antiguos amigos Egmont y Hornes, lo cual causó un enfrentamiento entre las dos ramas de los Habsburgo. Maximiliano envió a Carlos de Estiria a Madrid para tratar el asunto con Felipe II, pero en el viaje recibieron la noticia del fallecimiento de la reina Isabel, entonces Carlos de Estiria, recibió instrucciones de ofrecer la mano de Ana de Austria a Felipe II.

    El 24 de enero de 1570, tras la dispensa papal, se realizaron las capitulaciones entre Felipe II y su sobrina Ana de Austria, el enlace por poderes se celebró en Praga el 4 de mayo y el 14 de noviembre se ratificó el enlace en Segovia. El 4 de diciembre de 1571 nacería el infante Fernando, que fallecería 7 años después. En 1573 nació Carlos Lorenzo que fallecería en 1575, en este mismo años nació Diego, muriendo en 1582, en 1578 nació Felipe que sería a la postre el heredero; en 1580 nació María que falleció tres años más tarde. El 16 de octubre de 1580 falleció Ana de Austria a consecuencia de la gripe.

    Las relaciones entre Felipe II e Isabel Tudor estaban en un momento complicado, los actos realizados por uno y otro no siempre eran bien vistos. Y en el orden interior se complicaba el tema con los moriscos, en 1567 Felipe II, influenciado por la iglesia, había prohibido el uso de la lengua y de las tradiciones. El marqués de Mondéjar avisó a su rey de una posible rebelión de seguir esas medidas, nadie le hizo caso y en la Navidad de 1568 estalló la rebelión. En 1569 Juan de Austria se puso al frente del ejército, mientras Felipe II reunió Cortes en Córdoba para recabar fondos. Por fin en el verano de 1570 la rebelión estaba agotada.

    En 1570 Pio V hizo un nuevo llamamiento a la cruzada contra el Islam, esta vez Venecia y Felipe II respondieron, formando entre los tres la Liga Santa el 25 de mayo de 1571, reuniendo una flota en Mesina al mando de Juan de Austria. El 16 de septiembre parte la flota hacia el golfo de Lepanto, encontrándose con la flota otomana el 7 de octubre y entablando combate. Tras toda una jornada de lucha, la flota de La Liga obtuvo la victoria. Esto daba un respiro a Felipe II, pero era necesario controlar el norte de África, para tal empresa envió a Juan de Austria, que el 10 de octubre de 1573, conquistó Túnez, pero al año siguiente la flota turca la reconquistó.

    La represión en 1572 en los Países Bajos llegó a límites alarmantes, Felipe decidió el relevo del Duque de Alba, que fue sustituido como gobernador por Juan de la Cerda, duque de Medinaceli. Ambos duques debían gobernar de forma conjunta, Alba en los aspectos militares y Medinaceli en los políticos; pero fueron incapaces de entenderse, por lo que el 30 de enero de 1573 fueron relevados ambos por Luis de Requesens. Mientras tanto en España una serie de acontecimientos obligaron a profundos cambios en el consejo privado de Felipe II. En septiembre de 1572 falleció el cardenal Espinosa y el 29 de julio de 1573 murió Ruy Gómez. Como sustituto del cardenal Espinosa, Felipe II aceptó al secretario de éste, Mateo Vázquez de Leca, el cual se ganó pronto el favor real y la enemistad de Antonio Pérez.

    En marzo de 1574 Luis de Requesens acabó con el Tribunal de Tumultos. En estos difíciles momentos Joachim Hopperus se convirtió en la persona clave del gobierno, pero su muerte y la de Requesens en 1576 dejó a Felipe II sin sus principales consejeros. Pensó Felipe en poner a Juan de Austria en lugar de Requesens, enviándole instrucciones para marchara a Bruselas, pero este se fue directamente a Madrid, para proponerle un ambicioso plan, este plan consistía en invadir Inglaterra y casarse con María Estuardo. Plan desestimado por Felipe II. Un día después der la llegada de Juan a los Países Bajos, las tropas españolas se amotinaron en Amberes. El 1 de octubre de 1578 falleció Juan de Austria. Antes de su muerte, nombró heredero al príncipe de Parma, Alejandro Farnesio. Felipe II aprobó el nombramiento y Farnesio se convirtió en el nuevo gobernador de los Países Bajos. 

    Cuando en 1573 falleció Ruy Gómez, Antonio Pérez se convirtió en la cabeza del partido de Éboli, siempre estuvo muy cerca de Juan de Austria y de su secretario Juan de Escobedo, no obstante en enero de 1576 denunció ante Felipe II a Juan de Austria, acusándole de conspirar. Felipe no hizo mucho caso, mientras tanto Juan de Austria esperaba que su hermano le enviara los refuerzos necesarios, en vista que no llegaban envió a Escobedo a Madrid, llego éste en julio de 1577 y descubrió que Pérez conspiraba contra él, contra Juan de Austria e incluso contra Felipe II, lo cual, o casualidades le costó ser asesinado en marzo de 1578. Misterioso asesinato del que se llego a sospechar que fuera instigado por el propio Felipe II, sin pruebas ni a favor ni en contra. Pero aquí nos falta otro personaje: Ana de Mendoza, princesa de Éboli. Corrieron rumores de una posible relación de Ana con Felipe II, tampoco demostrada, pero lo que sí es cierto es su relación con Antonio Pérez, y posiblemente implicada en la conspiración. Felipe II ordenó una investigación a su secretario Rodrigo Vázquez de Arce, las evidencias de la culpabilidad de Pérez hicieron que el 28 de julio de 1579, Antonio Pérez y la Princesa de Éboli fueron detenidos por orden del rey. Tres años después Ana de Mendoza fue recluida en su palacio de Pastrana, donde falleció diez años después. En enero de 1585 se ordenó la detención de Antonio Pérez para evitar que hiciera públicos documentos que implicaran al rey. El 19 de abril de 1590 Antonio Pérez escapó y marchó a Aragón, logrando el apoyo de las autoridades. En 1591 el pueblo de Zaragoza evitó que los inquisidores trasladaran a Pérez a la Aljafería, en los tumultos murió el virrey de Aragón. Felipe dispuso un ejército para entrar en Zaragoza. En este ínterin Antonio Pérez escapa y llega a Inglaterra. El 15 de noviembre el ejército entra en Zaragoza sin resistencia, siendo detenidos el Justicia Mayor de Aragón, Juan de Lanuza, y otros nobles, siendo procesados y ejecutados.

    En Portugal, el hijo de Juana de Austria, hermana de Felipe II, el rey Sebastián, tras una fallida expedición al Norte de África en 1574, organizó otra contra Marruecos en 1578, perdiendo la vida junto a la flor y nata de la nobleza portuguesa el 4 de agosto en la batalla de Alcazarquivir. Felipe envió a Cristóbal Maura para defender sus derechos sucesorios. Fue proclamado el cardenal Enrique, tío abuelo del fallecido monarca, que era un anciano enfermo, nadie esperaba que durara mucho tiempo, efectivamente el 31 de enero de 1580 falleció, los disidentes portugueses nombraron al Prior de Crato. Felipe II con un considerable ejercito al mando del Duque de Alba, y una muy importante flota al mando del Marqués de Santa Cruz se puso en marcha y la última semana de agosto, tras una feroz resistencia, caía Lisboa. El 12 de septiembre Felipe II fue proclamado rey en Lisboa. En Badajoz donde esperaba la Corte, hubo una epidemia de gripe, la reina Ana enfermó y falleció en la madrugada del 26 de octubre. Duro golpe para Felipe que estaba fervientemente enamorado de ella. En abril de 1581 se reunieron las Cortes de Tomar, donde se confirmó la unión de la península bajo una única Corona. Felipe II fue jurado como rey y el príncipe Diego como su heredero, a cambio el Rey aseguró los privilegios y una independencia del Reino de Portugal similar a la de los demás reinos de la Monarquía Hispánica. El Prior de Crato mientras tanto, se había refugiado en Azores protegido por los franceses. En el verano de 1582 el Marqués de Santa Cruz derrotó a los franceses y tomó posesión de las islas. Ese mismo año falleció Alba. La muerte del Duque de Alba y la disolución del grupo de Éboli tras la detención de Antonio Pérez supuso el nacimiento de una nueva época.

    En 1580 Felipe II era el monarca más poderoso de su tiempo. Eran muchos los que veían a Felipe II como el artífice de la monarquía universal. La incorporación de Portugal supuso un cambio en la estrategia defensiva de Felipe II, el Mediterráneo se había convertido en un mar interior y pasó a un segundo plano. La prioridad era el Atlántico. Desde Portugal, Felipe II inició un programa de fortalecimiento naval que le llevó a disponer de más de cien barcos en el Atlántico. En 1581 recibió un nuevo título, rey de Ceylán. El 21 de noviembre de 1582 falleció el príncipe Diego. El infante Felipe pasaba a ser el nuevo heredero y era necesario que las distintas cortes le jurasen. Antes de abandonar Portugal, logró el juramento de las cortes lusas. En septiembre firmó un decreto por el que en todos sus reinos se adoptaba el nuevo calendario gregoriano. En aplicación de las nuevas normas, el jueves 4 de octubre de 1582 fue seguido por el viernes 15 de octubre de 1582. En el otoño de 1583 Felipe II aceptó las pretensiones matrimoniales de Carlos Manuel de Saboya hacia su hija Catalina Micaela. Felipe II convocó Cortes en Castilla en el verano de 1583, en ellas se juró heredero al príncipe Felipe.

    El apoyo inglés a las aspiraciones del Prior de Crato y a los rebeldes holandeses, provocó que en el verano de 1583 Felipe II por iniciativa del Marqués de Santa Cruz, considerase la posibilidad de un ataque naval. La idea era antigua, pues el rey y su hermano Juan de Austria ya la tuvieron en cuenta en 1576. A principios de 1585, toda la familia real se trasladó a Zaragoza, donde tuvo lugar la boda de su hija Catalina Micaela y el Duque de Saboya. Felipe II convocó las Cortes de Aragón para que jurasen a Felipe como su heredero. A principios de 1586 Felipe II se trasladó a Valencia, donde su salud sufrió una mejoría. Durante este tiempo, Felipe II estuvo meditando las posibilidades para la invasión de Inglaterra. España tenía graves problemas para armar una flota poderosa, ya que el país carecía de casi todo lo necesario. En el verano de 1586 se puso en marcha un ambicioso programa de construcción naval. El 28 de marzo de 1586 una noticia llegó a Madrid, Santo Domingo, la principal ciudad de América, fue saqueada por Drake. Esto acabó por convencer a Felipe II. El 18 de febrero María de Escocia fue ajusticiada en Inglaterra, con ello Felipe II tenía la excusa necesaria para intervenir, una reina católica había muerto a manos de una reina protestante. La flota, conocida como Armada Invencible, estaba prácticamente lista. El 27 de abril Drake atacó por sorpresa Cádiz y Sagres. Estos ataques impidieron que la Armada Invencible zarpara ese mismo año como estaba previsto, con lo que Inglaterra ganó un tiempo precioso. Todo estaba listo, pero Felipe II no se encontraba en condiciones de tomar ninguna decisión. En febrero de 1588 el Marqués de Santa Cruz falleció, Felipe II designó entonces a Alonso Pérez de Guzmán, duque de Medina-Sidonia, que carecía experiencia en el mar. En la primavera de 1588 130 barcos con 18.000 hombres salieron del puerto de Lisboa rumbo a Inglaterra. La Armada tenía que embarcar a las tropas de Farnesio y lanzarse contra la costa inglesa, pero todo salió mal. Farnesio tenía que luchar contra el oleaje del puerto, contra los ataques de la flota holandesas y contra la dificultad de embarcar en una flota que estaba siendo atacada. Tras varias horas de combate la Invencible fue dispersada y Farnesio tuvo que volver a tierra firme. La mayor parte de la Armada (unos 115 barcos) estaba intacta, pero dispersa por el mar y sin posibilidades de embarcar al ejército. El viaje de regreso a España fue una pesadilla, lo que no había hecho la flota inglesa lo hicieron las tormentas del Atlántico, sólo unos 60 barcos alcanzaron las costas peninsulares. La Armada Invencible fue el mayor desastre del reinado de Felipe II, no por los daños, el problema fue que la Invencible destruyó la confianza del pueblo en su rey, hizo desaparecer el espíritu triunfalista, provocó una profunda crisis económica y evitó una solución al problema de Flandes, que se enquistó definitivamente. Felipe II se encontraba cada vez más enfermo, cada vez más solo y profundamente desesperado ante las noticias de sus ejércitos.

    A principios de la década de 1590, los problemas ocasionados por el impuesto de "los millones" aprobado a raíz del desastre de La Invencible y el descontento social de Aragón, tenían a toda la península a punto de la sublevación. Al rey le aconsejaron moderación, pero viejo y enfermo no encontraba salida a los acuciantes problemas. A partir de 1593 la salud le impedía afrontar las tareas de gobierno, estaba casi invalido, su juicio se nublaba y las respuestas se volvieron inconexas. El príncipe Felipe comenzó a ocupar el papel de su padre. La guerra con Enrique IV de Francia continuaba, en mayo se agravó el conflicto con Inglaterra, debido en parte a las intrigas de Antonio Pérez. El 30 de junio una importante flota inglesa atacó Cádiz teniéndola en su poder durante dos semanas.

    A instancia de Martín Padilla, adelantado de Castilla, Felipe II se dispuso a un gran esfuerzo final. Martín Padilla fue encargado de reunir una flota poderosa en el Atlántico, capaz de responder a la amenaza de la flota inglesa. En abril las tropas españolas habían conquistado Calais, con lo que se tenía un puerto en territorio enemigo. En octubre una gran flota de más de 80 barcos zarpó de Lisboa, la idea era hacer creer a todo el mundo que se dirigía a Irlanda, cuando el destino auténtico era Bretaña. Cuando la flota se encontraba en el Canal de la Mancha fue dispersada por un temporal y, muy diezmada, tuvo que regresar a puerto.

    Los últimos años de la década de 1590 fueron especialmente difíciles. En Castilla estallaron virulentas protestas en contra de los millones, la tesorería recomendaba la reducción de la alcabala, las aldeas se negaban a pagar los impuestos, el pueblo estaba empobrecido y pasaba hambre. Se empezaban a oír testimonios en contra de la propia monarquía y se recuperaba el sentimiento revolucionario de los comuneros. En 1596 se había producido una nueva bancarrota, pero al año siguiente se tuvieron que pedir nuevos préstamos. En Portugal aparecieron movimientos mesiánicos que presagiaban el regreso del fallecido rey Sebastián. En diciembre de 1597 Felipe II recibió un golpe demoledor, su hija Catalina Micaela falleció tras dar a luz. En mayo de 1598 Francia y España pusieron fin a la guerra con el Tratado de Vervins. Ese mismo mes, el rey firmó el acta por el que los Países Bajos eran cedidos al archiduque Alberto y a la princesa Isabel. En el caso de que el matrimonio no tuviera hijos el territorio regresaría al control de España. En julio de 1598 Felipe II entró en la fase final de su enfermedad. Su cuerpo se llenó de supurantes llagas que le postraron en la cama. El estado del enfermo era tal que era imposible moverle o cambiarle de ropa. Durante 53 días Felipe II estuvo agonizando en su cama, en medio de un nauseabundo olor producido por la suciedad de su ropa y por el hedor que despedían sus llagas. El dolor era incesante. El 1 de septiembre se le administró la extremaunción y a las cinco de la mañana del 13 de septiembre de 1598 falleció. Felipe III se convertía en el nuevo rey. Las críticas a Felipe II comenzaron nada más producirse su muerte y en ningún sitio fueron tan fuertes como en Castilla. Los castellanos, que durante medio siglo habían cargado con el peso fundamental del imperio filipino, mostraban ahora su descontento.
Ramón Martín

Comentarios

  1. Muy interesante artículo, siempre es interesante ver como la influencia de los reyes católicos perduró en sus descendientes además de la estrategia de uniones matrimoniales que permitían el control y el poder.
    https://hermandaddelgrifo.blogspot.com

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