Catalina de Aragón, Primera esposa de Enrique VIII



    Nació Catalina en Alcalá de Henares, el 16 de diciembre de 1485. Era hija de Fernando II de Aragón y de Isabel I de Castilla, contrajo matrimonio en 1501 con Arturo Tudor, primogénito de Enrique VII de Inglaterra, formando parte de las alianzas diseñada por sus padres, con el objetivo de aislar diplomáticamente a Francia. Sus padres la enviaron el 17 de agosto de 1501 en un navío que partió de La Coruña hacia Inglaterra; pero el mal tiempo, le hizo esperar, quedando hasta el 27 de septiembre en Laredo, desde donde zarpó hacia Plymouth, adonde llegó un mes después. En Plymouth, fue recibida por el obispo de Bath en nombre de su futuro esposo. Desde allí se trasladó a Londres donde la esperaba la familia real inglesa. 

    Casó con Arturo de Gales en la catedral de St. Pablo de Londres el 14 de noviembre de 1501, por entonces Arturo, estaba ya muy enfermo, aunque se lo ocultaron a los Reyes Católicos. A pesar de la indisposición de Arturo, Catalina le acompañó al castillo de Ludlow en el condado de Shrosphire, donde murió el 2 de abril de 1502. Inglaterra quería enviar a Catalina de nuevo a España, a lo que se negó el rey Fernando II de Aragón. Era necesaria una solución, que tardaría en llegar. Mientras la princesa de Gales tuvo que hacer vida monacal. Siete años tardaría en llegar la solución: un nuevo matrimonio con el hermano menor de Arturo, Enrique príncipe de Gales. 

    Los esponsales se celebraron a los pocos días de la coronación como Enrique VIII de Inglaterra, en la capilla de Grey Friars el 11 de junio de 1509. Aunque los primeros años de matrimonio, fueron felices, pronto comenzaron las infidelidades de Enrique, algo que crispaba a Catalina, a pesar de lo cual, la reina, se comportaba como si aquellos deslices no le importaran. 

    Catalina fue madre en seis ocasiones, pero los hijos nacían muertos o sobrevivían poco tiempo. El primero, Enrique, nació en 1510, aunque murió al poco tiempo; el segundo fue también un varón, al que pusieron, de nuevo, por nombre Enrique y que nació el 1 de enero de 1511, muriendo antes de su tercer mes de vida. Dos años más tarde, nacería otro Enrique pero tampoco sobrevivió. En 1514 nació una niña, que al parecer, nació muerta. El 18 de febrero de 1516 nació la única hija que sobrevivió, la futura María I de Inglaterra. En 1518 nació otra niña que también nació muerta, aunque algunos historiadores apuntan que simplemente fue un aborto sin explicar el género. Cansado por la falta de un heredero varón, Enrique fue distanciándose de Catalina, mientras buscaba en otras mujeres, un heredero Vivían prácticamente separados y Enrique encontró consuelo en la caza y en las fiestas cortesanas, mientras que Catalina se acogía a la religión. Escribía constantemente a su sobrino Carlos I, comentándole los deseos de su esposo de divorciarse de ella e interpelándole para que intermediara en su favor ante el Papa Clemente VII

    En 1527, Enrique VIII solicitó al Papa Clemente VII, su anulación matrimonial. Para entonces ya había aparecido en su vida, Ana Bolena, cortesana de noble linaje. Comenzaron las conspiraciones entre ella y el monarca. Roma, en un principio, estaba de acuerdo, pero ante las protestas de Carlos I y de Catalina de Aragón, Roma acabo negándose a la disolución matrimonial. Las negociaciones ante Roma, estuvieron a cargo del abogado inglés y arzobispo de Cork, Thomas Worsley, pero todos los intentos fueron en vano. Razón por la cual, se ganó el odio de Ana Bolena, que ya se sentía reina de Inglaterra. Worsley dejó el caso y muchos de los cargos otorgados por el rey, viajando a York hasta el final de sus días. Worsley era un aferrado católico que no quiso que la historia cambiara por él. 

    En 1531 Enrique VIII se casaría con Ana Bolena. El arzobispo de Canterbury, Thomas Cranmer, bendijo aquella unión, pero se tardó dos años en disolver por la iglesia anglicana, el primer matrimonio y convalidar el segundo. Roma excomulgó a Enrique VIII, y éste se proclamó en 1534, Jefe Supremo de la Fe AnglicanaEnrique aceptó que Catalina siguiera siendo la reina de Inglaterra, aún estando divorciados. En Inglaterra, se perseguía a los católicos, Catalina fue enviada por orden real, al castillo de Kimbolton en el condado de Cambridgeshire, en abril de 1534, abandonando Londres. Cayó muy enferma por los muchos disgustos con su esposo y murió en enero de 1536. Fue enterrada como la princesa viuda de Arturo de Gales, en la catedral de Peterborough, junto a la sepultura, dos estandartes, el de sus padres y el de la casa Tudor. Enrique VIII decidió cerrar la catedral y expropiar el edificio y los terrenos colindantes en 1539. 



Fuentes: WikipediA y Phistoria 
Imagen: Pinterest

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