Juan III, rey de Portugal desde 1521 a 1557


A la muerte en 1521 de su padre Manuel I el Afortunado, le sucedió su hijo Juan III. Era el segundo hijo del matrimonio de Manuel I y la reina María de Portugal, cuarta hija de los Reyes Católicos. Durante su reinado abandonó el norte de África, en favor del comercio con la India y de las inversiones en Brasil, también intensificó los contactos con la región del Báltico y la zona del Rin, esperando aumentar así la capacidad de comercio de Portugal. Fue el responsable de la evangelización del lejano este y de Brasil, en parte gracias a la introducción en la zona de las misiones de los jesuitas. 

Las negociaciones entre Portugal y Castilla y Aragón resultaron es la formación de una doble unión hispanoportuguesa. La doble unión fue beneficiosa para ambas partes, ya que, con el matrimonio entre Carlos e Isabel, la relación entre Castilla y Aragón y Portugal se reforzó, mientras el matrimonio entre Juan III y Catalina reforzó la relación entre Portugal y Austria, otra parte del Imperio. 

El 19 de diciembre de 1521 había sido coronado y aclamado en Lisboa en la iglesia de Santo Domingo, iniciando así un reinado de treinta y seis años. Juan III continuó centralizando los poderes absolutistas de sus predecesores. Llamó a las Cortes sólo tres veces y con grandes intervalos: 1525 en Torres Novas, 1535 en Évora y 1544 en Almeirim. Intentó también reestructurar la vida judicial y administrativa de su reino. 

El extenso imperio portugués resultaba caro y complicado de administrar, los intereses portugueses en la India se volvieron más caóticos bajo la débil administración de sus ambiciosos gobernantes. Los fallos en la administración llevaron al declive del monopolio del comercio portugués. Durante su reinado algunos de los gobernadores de la región fueron Vasco de Gama, Nuno da Cunha o João de Castro

El establecimiento de la compañía de Jesús en 1534, aprobado por el papa Paulo III, y la introducción de la Inquisición en 1536, fueron también causa de la crisis económica del país. Juan estaba tan entusiasmado por la introducción de la Inquisición que gastó enormes cantidades de oro en embajadas al papa. Mientras que el papel de la Compañía de Jesús en la evangelización de las tierras de ultramar era destacable, en Portugal la Compañía tuvo un impacto devastador, obteniendo oro, ofrecido por el propio rey, con el fin de construir numerosos edificios religiosos. Los jesuitas propiciaron también un ambiente de inestabilidad entre algunas partes de la nobleza, la mayoría de las órdenes religiosas existente y en las universidades que la veían como un rival. Finalmente, el impacto directo de la Inquisición en la economía portuguesa estuvo en parte relacionado con la persecución religiosa de numerosos mercaderes judíos, que fueron asesinados o que huyeron del país. 

El imperio de ultramar estaba amenazado por los turcos, por lo que Portugal empezó a gastar más dinero en defensa y en fortificaciones. En el océano Atlántico, los barcos portugueses sufrían continuos ataques de los piratas; además, los franceses establecieron una colonia en Brasil, creando otro frente para Portugal. Durante el primer año de su reinado, las exploraciones continuaron y los portugueses llegaron hasta China y Japón; aunque este logro se vio deslucido especialmente en la India donde los ataques se volvieron más frecuentes, a cargo de Suleimán el Magnífico, quién ya había conquistado el reino de Hungría. Los gastos para defender los intereses en India fueron enormes, por lo que tuvo que abandonar algunas de las plazas del norte de África. 

En la ciudad de Salamanca, el 5 de febrero de 1525, se casó con su prima Catalina de Austria, hija pequeña de Juana I de Castilla, siendo Juan hermano de la que sería la esposa de Carlos IIsabel. Fruto de su matrimonio nacieron nueve hijos: Alfonso, príncipe heredero que murió a los pocos meses de nacer; María Manuela, que se casó con Felipe II de España, su primo; Isabel; Beatriz; Juan Manuel, proclamado heredero en 1535, que estaba casado con Juana de Austria, hija de Carlos I. Pero Juan fue un niño enfermizo y murió muy joven. Su esposa dio a luz dieciocho días después de su muerte a su hijo Sebastián quién finalmente heredaría el trono de su abuelo a la edad de tres años; Felipe, proclamado heredero en 1537; Dionisio, a su muerte se vistió de luto la Corte portuguesa, que apenas cuatro meses más tarde se volvería a vestir de negro por la muerte de su hermano mayor, Juan Manuel, príncipe heredero; Juan, príncipe de Portugal, proclamado heredero en 1539; y AntonioAparte de estos hijos, Juan III tuvo un hijo ilegítimo: Eduardo o Duarte, arzobispo de Braga. 



FUENTE: La Monarquía Hispánica y Portugal, y Wikipedia

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