Real Colegiata de San Isidoro de León

 


HISTORIA

Su verdadera denominación es: Real Colegiata de San Isidoro, y está ubicada en la ciudad de León. Podemos decir sin temor a equivocarnos que es uno de los conjuntos románicos más importantes de España e incluso de Europa, con más de mil años de historia. Lugar mimado por la prestigiosa monarquía leonesa, durante la segunda mitad del siglo XI y la primera del XII.

Como es sabido, León es una fundación romana. La legión VII Gémina, alzó un campamento, justo a orilla del río Bernesga, que sería el principio de la ciudad Legio. Posteriormente tomada por los árabes, fue después reconquistada, ejerciendo una importante influencia en el mundo altomedieval. Influencia debida, en gran parte, por estar situada en la que es, sin duda, la más importante ruta de peregrinación de la cristiandad, por la que circularon, además de hombres e ideas, religión, cultura y comercio. 

En lo referente a la Real Colegiata de San Isidoro, sabemos que antes de este templo hubo otro, en el mismo lugar, prerrománico, erigido por ALFONSO V el Noble en honor a San Juan Bautista y a San Pelayo. Desde sus inicio, allá por los primeros años del siglo X, fue Panteón Real. En el 988 fue arrasado por ALMANZOR, al igual que otros templos de la cristiandad. Fue reconstruido por FERNANDO I el Magno, primer rey de Castilla y León, y su esposa doña SANCHA. Algunos años después, la hija de ambos doña Urraca y el hijo de esta ALFONSO VI, realizaron una ampliación que es la que ha llegado, con algunas variaciones, a su actual morfología. Una de estas reformas, fue la causa de la desaparición de su ábside central, que sería sustituido en el siglo XVI por otro de mayor envergadura en estilo gótico flamenco, debido a Juan de Badajoz "El Viejo". Otra de esas reformas, de estilo renacentista, la encontramos sobre la portada del Cordero, donde campea San Isidoro a caballo sobre una decoración del XVI. Pero, repito, a pesar de estos cambios, el edificio románico se nos muestra con rotunda claridad.



PANTEÓN REAL

El templo, consta de tres naves rematadas hacia levante por otros tantos ábsides. Posee una nave crucero que le da su forma de cruz latina. En cuanto a su cronología, lo más antiguo es el Panteón Real, resto del mencionado templo de San Juan Bautista, que quedó para albergar los restos de los monarcas del reino. Los ábsides junto al arranque de los muros del templo datan de finales del siglo XI. La mayoría del resto de la edificación corresponde a mediados el XII, en románico pleno, influenciado por las formas que se van extendiendo por el Camino.

En él encontramos varios sepulcros de piedra en los que fueron enterrados diversos reyes y reinas de León, además de algunos miembros de la familia real leonesa. Estos son los personajes inhumadas aquí:

ALFONSO IV rey de León

ONECA de Pamplona, esposa de Alfonso IV

RAMIRO II rey de León

ORDOÑO III rey de León

ORDOÑO IV rey de León

SANCHO I rey de León

RAMIRO III rey de León

SANCHA GÓMEZ esposa de Ramiro III

BERMUDO II rey de León

ELVIRA GARCÍA esposa de Bermudo II

ALFONSO V rey de León

BERMUDO III rey de León

JIMENA SÁNCHEZ esposa de Bermudo III

SANCHO GARCÉS III rey de Navarra

FERNANDO I rey de León

SANCHA esposa de Fernando I

GARCIA rey de Galicia

URRACA I reina de León

ZAIDA esposa de Alfonso VI

URRACA de Portugal, esposa de Fernando II

TERESA FERNÁNDEZ DE TRABA esposa de Fernando II

También están inhumados los siguientes infantes: Urraca de Zamora, hija de Fernando I y de Sancha; Elvira de Toro, hija de Fernando I y de Sancha; Sancha Raimúndez, hija de Urraca I y de Raimundo de Borgoña; Estefanía Alfonso, hija ilegítima de Alfonso VII y de Urraca Fernández de Castro; Fernando, hijo de Fernando II y de Teresa Fernández de Traba; García Fernández, hijo de Fernando II y de Urraca López de Haro; Leonor, hija de Alfonso IX y Berenguela de Castilla; y María de Castilla, hija de Fernando III de Castilla y de Beatriz de Suabia.


DESCRIPCIÓN

En el edificio se abren dos portadas orientadas al sur, con un amplio espacio ante ellas que nos permiten las naves central y sur.

Portada del Cordero es del siglo XII, y es la puerta principal para acceder al templo, además de ser más antigua que su hermana del Perdón. La denominación se debe por ser el tema principal de la portada; el Agnus Dei o Cordero Místico. Está formada por dos arquivoltas de medio punto con molduras de baquetones, aunque tiene una tercera que descansa en jambas. Los capiteles de las cuatro columnas representan motivos fantásticos. El de la izquierda una arpía con alas y garras rodeada por otras dos similares. El que le sigue lo forman tres personajes en cuclillas con garras en lugar de pies. Ya a la derecha del arco, el tercer capitel nos muestra a una mujer que parece enseñar el sexo, y está rodeada por dos seres diabólicos, el cuarto capitel se decora con entrelazados. Las columnas descansan sobre basas áticas y plintos reconstruidos.

El tímpano está realizado en mármol blanco y tiene en su centro una imagen del Agnus Dei o Cordero místico, en una mandorla sostenida por dos ángeles. Otros dos ángeles flanquean a los primeros portando los instrumentos de la pasión de Cristo. En un nivel inferior vemos el sacrificio de Isaac, destaca la mano de Dios al detener el cuchillo del sacrificio. A la derecha Sara la esposa de Abraham, y dos figuras, una montada a caballo y otra descalzándose. Interpreta el momento en que Isaac parte a caballo de casa de sus padres, y el momento de descalzarse para pisar suelo sagrado al llegar al Monte Moria, lugar del sacrificio. A la izquierda el cordero que será sacrificado en lugar de Isaac llevado por un ángel. Trás el ángel dos figuras, representando a Ismael con un arco en sus manos y a su madre Agar, que era la concubina de Abraham. Esta escena sustituye al sacrificio de Jesús en la Cruz.

El tímpano se apoya en dos jambas rematadas en su parte superior con dos mochetas con cabezas de carnero. En las enjutas del arco, dos esculturas, a la izquierda San Isidoro y a la derecha San Pelayo. Ambas imágenes se apoyan en ménsulas que adoptan forma de cabezas de toro.

Alrededor de la portada hay una serie de relieves y figuras de mármol en absoluto desorden. Junto a la figura de San Isidoro vemos una pequeña figura que representa a un verdugo, que en realidad debería ir junto a la figura de Pelayo que fue martirizado; mientras que el libro que Pelayo lleva en sus manos debería estar en las de San Isidoro. Por encima de la cabeza de éste, encontramos al rey David tocando un instrumento musical, cinco músicos y un violinista en el interior de un círculo. Por encima de San Pelayo, un violinista en el interior de un círculo de las mismas características que su gemelo y un tamborilero. Por encima del arco, recorriendo toda la portada un friso con lectura de derecha a izquierda representando a los signos del zodiaco. Finalmente, sobre la portada una balconada de época renacentista y un gran Escudo Real con la escultura de San Isidoro a caballo en su parte superior.

 En el frontal sur de la nave crucero, se abre la Puerta del Perdón, era la utilizada por los peregrinos en su camino a Santiago de Compostela. Es posterior a la Puerta del Cordero. La portada la compone un arco de medio punto peraltado, con dos arquivoltas de molduras de baquetones y guardapolvos con decoración ajedrezada. Una moldura con forma de arco de medio punto hace las funciones de alfiz semicircular enmarcando la puerta. Las arquivoltas se apoyan en columnas con capiteles de decoración vegetal. La fachada se divide en dos cuerpos horizontales separados por un tejadillo con decoración ajedrezada, y bajo este once canecillos. En el cuerpo superior tres ventanas con arcos de medio punto, el central más grande que los laterales, estos últimos cegados, mientras que el central se cierra por una reja románica original. Los arcos se apoyan en columnas con capiteles de decoración vegetal, las del arco central son dobles.

En el cuerpo inferior la portada. En el tímpano una representación del Descendimiento de Cristo de la Cruz; destaca una figura que con unas tenazas quita los clavos del madero. A la izquierda la Ascensión a los Cielos, con dos ángeles que aúpan a Nuestro Señor hacia el Cielo. A la derecha las tres Marías llegan al sepulcro y lo encuentran vacío, un ángel les anuncia la resurrección de Cristo y les señala el sepulcro vacío. Sobre la escena central dos ángeles turiferarios (portadores de incienso). Apoya el tímpano en dos mochetas con las cabezas de un león y un perro. A ambos lados del arco, con la misma simetría que la puerta del cordero, en las enjutas, a la izquierda una figura de San Pablo con los evangelios en una mano; y a la derecha San Pedro con las llaves en la mano. Ambas esculturas descansan en ménsulas.


Portada Norte o Capitular Situada al norte del transepto, en la actualidad está cegada. Daba paso a la Sala Capitular que se encontraba en el claustro, pero al ser modificada la función de esta sala, la portada fue clausurada. No es visible desde el exterior, solo desde el interior del templo. La portada tiene una estructura similar a la del Cordero, pero con el tímpano liso, debería haber estado esculpido. Está formada por un arco de medio punto con dos arquivoltas con molduras de baquetones que se apoyan en columnas con capiteles de decoración historiada. El más llamativo el de la mujer desnuda en cuclillas y por detrás de ella otra mujer también desnuda. En las manos lleva una serpiente.

La Capilla Mayor vino a sustituir al ábside central románico al ser éste demolido. Es de estilo gótico, realizada en 1513 por Juan de Badajoz el Viejo. Al interior se cubre con bóveda nervada y plementería de ladrillo, mientras que al exterior se decora con elementos de tracería gótica. Preside esta Capilla un retablo realizado entre 1525 y 1530 con una iconografía variada: escenas de la vida de la Virgen, la Pasión de Cristo, Vida de Santo Tomás y un apostolado en la predela. Este retablo procede de la parroquia de Pozuelo de la Orden (Valladolid) y fue trasladado a San Isidoro en 1920. Fue realizado por Giralte de Bruselas y consta de 24 tablas atribuidas al maestro de Pozuelo. En el centro del retablo encontramos el Sagrario con la exposición del Santísimo. Bajo el sagrario se encuentra el arca-relicario neoclásico con los restos mortales de San Isidoro de Sevilla, urna realizada en 1847 por el platero leonés Antonio Rebollo.

El coro está situado a los pies del templo, ocupando tres tramos de la nave, está situado en alto y fue realizado en piedra a mediados del siglo XV, en el está situado el órgano.

Tribuna, era el sitio desde donde el rey FERNANDO y su esposa SANCHA seguían los oficios. En el siglo XII la infanta Sanchez Raimúndez la reforma convirtiéndola en una dependencia del palacio anexo. A finales de ese mismo siglo, el canónigo Santo Martino la convierte en capilla bajo la advocación de la Santa Cruz. En el siglo XVI pasó a ser Sala Capitular y desde 1962 forma parte del Museo de la Basílica, recibiendo el nombre de Cámara de doña Sancha. Se encuentra por encima del Panteón Real.

Claustro En los siglos XI y XII se construyó un porche o galería que ocupa el espacio comprendido entre el panteón real y la fachada norte de la iglesia. Esta galería de estilo románico se cubre con bóvedas actuales. La arquería románica está formada por cinco arcos de medio punto, el central un poco más pequeño que sus compañeros. Cada uno está formado por dos arquivoltas y por encima de la arquería corre una cornisa de canecillos con figuras de cabezas de lobo. Esta galería es lo único que queda del antiguo claustro románico y que se construyó aprovechando el pórtico antes descrito. En el siglo XVI el abad Fonseca manda construir un nuevo claustro y esta galería queda oculta por un muro de ladrillo, hasta que en 1920 fue redescubierta y en 1960 Luis Menéndez Pidal la recuperó. El claustro construido por el abad Fonseca, recibe el nombre de Claustro de Fonseca, claustro procesional o claustro principal y tiene planta rectangular. La Colegiata dispone de un segundo claustro construido en 1735 por mandato del abad Manuel Rubio Salinas.

La Torre campanario, más conocida como Torre del Gallo, por su veleta realizada en plomo y cobre recubierto en dorado en el siglo XIII. En su cuerpo de campanas se aloja la campana considerada como la más antigua de España, pues fue fundida en 1086. De planta cuadrada, se alza en cuatro cuerpos, los dos primeros de estilo románico son del siglo XI. Tienen aspecto macizo por cumplir tal vez funciones defensivas y por estar adosada a la muralla. Los otros dos cuerpos son del siglo XII y en el cuarto se aloja el cuerpo de campanas. Este dispone de dos vanos por cada cara formados por tres arquivoltas abocinadas apoyadas en columnas.

Panteón Real Su origen se remonta a los tiempos del rey de León ALFONSO V que hizo traer los restos de sus padres hasta este panteón, FERNANDO I y su esposa SANCHA lo reconstruyeron, pero será su hija la infanta URRACA quien le dé la configuración definitiva que ahora podemos observar. El panteón ha recibido también los nombres de Capilla de Santa Catalina, por un altar dedicado a Santa Catalina de Alejandría que encontrábamos en su interior y también se le ha llamado Capilla de los Reyes. Situado a los pies del templo, es un espacio de planta cuadrada de 8 metros de lado. Sus bóvedas se sustentan mediante dos cortas columnas de mármol exentas de fuste y otras cinco medio columnas adosadas a los muros. Esta disposición crea un espacio interior formado por tres naves de dos tramos cada una, siete arcos y seis bóvedas de crucería. Los límites del panteón se corresponden, en el muro este, con los pies de la iglesia, por el muro sur corre una arquería de arcos ciegos, en el norte y oeste, corre una arquería de arcos doblados sobre machones y medias columnas. Los capiteles de las columnas tienen decoración historiada con escenas del Nuevo y Antiguo Testamento, también escenas de caza, grifos, aves, hojas y entrelazados. Las dos columnas exentas centrales se decoran con elementos vegetales con adornos de piñas. El panteón fue consagrado el 21 de diciembre de 1063 por el rey FERNANDO I, al llevar al mismo los restos de San Isidoro desde Sevilla.

En el panteón están enterrados reyes y reinas los personajes relacionados más arriba.

En lo que respecta a la admirada Decoración Pictórica, considerada la Capilla Sixtina del Románico, a lo largo de los muros y las seis bóvedas resultantes, están representados los tres ciclos litúrgicos: Navidad, Pasión y Resurrección; iniciándose en el muro meridional y que, siguiendo el sentido de las agujas del reloj, para acabar en la puerta de entrada a la iglesia.



Este artículo lo subí el pasado 4 de marzo de 2021 a un prestigioso grupo de Facebook, llamado HABLANDO EN ARTE, y ahí recibí el siguiente comentario de Sonny Burnnet, que por su interés, y con su aprobación, paso a copiar íntegramente:

Estimado 
Ramon Martin Perez
, autor de este post.
Primeramente agradecerle, como leonés que soy, su magnífica divulgación sobre esta joya que tenemos en nuestra cuidad. Sea usted siempre bienvenido aquí.
Aunque como conocedor de la historia de mi patria leonesa y a los efectos de tratar de corregir en la medida de lo posible ciertas incorrecciones que suelen realizarse, permítame -con todo mi cariño y el mejor espíritu didáctico posible- apuntarle unas cuestiones que considero erróneas en su explicación, y me siento obligado a exponer para hacerlas llegar a todo aquel que muestre interés en la historia de la cuidad de León y de su Reino. Con el permiso de todos, allá voy:
Primero.- Según las últimas investigaciones ya consolidadas, resulta obsoleto fijar el inicio de mi ciudad con la Legio VII Gemina, en el primer siglo de nuestra era. Habíamos de remontarnos al último cuarto del siglo anterior para que, en torno a la Legio VI Victrix, se erigiera un pequeño núcleo poblacional, el cual se vería luego ampliado con los años, y con mayor impulso con el establecimiento de la Legio VII, si bien el origen o principio de la ciudad de León es anterior al tiempo de los apóstoles. No debe quedar duda en ello, aunque realmente no añada mayor valor a mi ciudad, tan sólo unas cuantas arrugas más.
Segundo.- Fernando I nunca fue rey de Castilla y León. Fue conde de Castilla primero (1029), y luego ya, por diversos motivos que huelga ser comentados ahora, Rey de León (1037). Siendo este título regio el primero que encabezaba sus honores.
A su muerte, Fernando I legaría el condado de Castilla, ahora sí con la categoría de Reino, a su primogénito Sancho II. Y el Reino más importante, el de León, y el título de «Imperator Totius Hispaniae» a Alfonso VI. Nunca existió como tal un Reino de Castilla y León. Sólo a partir de 1230 podría comenzarse a hablar de la Corona de Castilla, pero eso es otro aspecto. Concluyendo: Fernando I murió siendo únicamente Rey de León, y a pesar de ser hijo de rey navarro, y llegar a ser primero conde de Castilla, sus restos reposan en la Basílica de San Isidoro de León, objeto de su magnífico post. Hasta incluso ya muerto supo darle preeminencia a su categoría de rey leonés.
Tercero.- Advierto una confusión en su exposición de la descendencia de Fernando I y su esposa Doña Sancha, a quien en sus líneas atribuye la ampliación de la Basílica que nos ha llegado, con algunas variaciones, a su actual morfología.
La hija Doña Urraca de aquellos fue su primogénita. Nació Infanta de León y llegó a ser, tras el reparto en vida realizado por su padre, Señora (intitulada Regina/Reina) de Zamora. Murió sin descendencia. En honor a ella se denomina el Cáliz que puede admirarse en el Museo de nuestra Colegiata de San Isidoro de León, y que recientes estudios apuntan a poder ser la copa de ónice que se veneraba en el Jerusalén del siglo IV en adelante y que se consideraba como el Cáliz Santo. Les recomiendo que se documenten sobre este tema, y apunto el libro «Los Reyes del Grial» para un estudio profundo.
Esta Urraca de Zamora fue hermana pues de Alfonso VI (también hijo de Fernando y Sancha) quien heredó el Reino de León y acabaría siendo también Rey de Castilla y Rey de Galicia. Fue quien reconquistó Toledo en 1085.
La que sí sería Reina de León fue Urraca l, hija del citado Alfonso VI. Con una interesante vida de recomendable estudio -una de las primeras mujeres que gozaron de verdadero poder en nuestro medioevo- murió dejando a su hijo Alfonso VII en el trono leonés, éste que llegaría a ser coronado Emperador en 1135.
Es obligado decir por tanto, que la descendencia de los Reyes Fernando y Doña Sancha a quien se refería como artífices de la ampliación de nuestra Basílica, no pueden ser ni Doña Urraca de Zamora (hija de aquellos y que nunca fue Reina de León) ni Alfonso VI (quien no es hijo de ésta sino su hermano);
No confundir estos personajes históricos con la Reina Urraca I (nieta del Rey Fernando y Doña Sancha) y su hijo Alfonso VII. A partir de esta aclaración de linaje y título, en cualquier caso, es entendible alguna confusión con tanta Urraca y tanto Alfonso.
Llego ya al fin de mi obligada intervención para advertir estos errores que suelen cometerse cuando se maneja la historia de León y su Reino.
Agradecido por su magnífico post y confiando se vuelva a acordar de alguno de nuestros monumentos para un nuevo artículo, reciba un afectuoso saludo de este leonés orgulloso de su tierra.

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