El Siglo XX en España (Capítulo 6) – Hola! República



    La mañana del 15 de abril fue la mañana de las colgaduras, se llegaron a agotar las telas moradas, necesarias para la tercera franja -la inferior- de la nueva bandera; mientras que la reina Victoria y el resto de la familia real se trasladaban en automóvil a El Escorial, donde tomaban el tren hacia Francia.


Primeros Decretos

    Llovían los decretos del gobierno provisional; cambiaban los nombres de las calles y plazas; por todas partes caían las estatuas de los reyes. En Sevilla fue asaltada la cárcel, dejando libres a los presos comunes, por lo que hubo que declarar el estado de guerra. En Valencia se amotinaron los presos de San Miguel de los Reyes y el gobierno mandó ponerles en libertad, una muestra de la debilidad de la República, aunque en esos momentos de euforia no se viera así. 

    El general Franco, directos de la Academia General Militar de Zaragoza, es designado nuevo alto comisario de Marruecos, y nos deleitó con una carta que textualmente decía: “no aceptaré ningún puesto renunciable que pudiera por alguien interpretarse como complacencia suya anterior con el régimen instaurado, o como consecuencia de haber podido tener la menor tibieza o reserva en el cumplimiento de sus deberes o en la lealtad que debía a quienes hasta ayer encarnaron la representación de la nación en el régimen monárquico"

    Mientras el ministro de Hacienda Indalecio Prieto, se esforzaba en infundir confianza internacional en la moneda española fluctuante, un crédito concedido un mes antes del 14 de abril por la Banca Morgan, con la simple garantía de la firma del ministro Ventosa, fue anulado amablemente. Sin embargo Prieto gana la batalla en la Bolsa. Por su inteligencia realista, su socialismo moderado y su apertura al diálogo, empezaba a ser ya uno de los escasos puentes de unión para derechas e izquierdas. Mientras Prieto miraba al futuro, el resto del gobierno. Estaba más preocupado por el pasado. Comenzando a perder, desde ya, la oportunidad de dar arraigo a la República. 

    Marcelo Domingo dio un primer paso hacia la secularización de la enseñanza, dando a los maestros libertad para dar o no, enseñanza religiosa. Lo que puso en guardia el hondo sentimiento religioso de la mayoría del pueblo. Fernando de los Ríos, en Justicia, prometió un decreto sobre la libertad de cultos y otro sobre secularización de cementerios. Pero trataba con corrección a la Iglesia y todo se quedó en promesas. 

    El primer ataque frontal contra las instituciones tradicionales vino, de la persona más inteligente de la República, el ministro de la Guerra, Manuel Azaña, tratando de eliminar los sectores más monárquicos de la oficialidad. El 25 de abril se publica el famoso decreto de Azaña, en intento de modernizar el Ejército. Dos decretos: el de la promesa de fidelidad del día 23, y el de retiro voluntario del 25, con el sueldo integro. 

    Otro ministro que no se conformó con los proyectos, fue el de Gobernación Miguel Maura, que se dedicó a la republicanización de los ayuntamientos. El fiscal de la República, Ángel Galarza, declaró abiertos los cuatro grandes procesos contra la Monarquía: la continuación del expediente Picasso por la derrota africana de 1921: la responsabilidad de la Dictadura; la revisión del juicio en que fueron condenados los sublevados de Jaca y -el más espectacular- la preparación de la acusación personal contra Alfonso XIII. Está claro que la justicia de la República, miraba hacia atrás.


La primera dificultad seria

    Pero la primera dificultad grave, vino de Cataluña; Companys había declarado el 14 de abril, a la una de la tarde, la República Española bajo la bandera tricolor; muy poco después, el teniente coronel Francesc Maciá, proclamaba el Estado Catalán dentro de la República Catalana, sin la menor alusión a dependencia de la Española. Los ministros de Madrid le llamaron al orden y Maciá habló entonces de: República Catalana como Estado integrante de la Federación Ibérica. Su secesionismo empezó a ser preocupante, y dos ministros catalanes, junto a Fernando de los Ríos, salieron hacia Barcelona. La negociación fue complicada, y Maciá accedió, de mala gana, a mantenerse en dependencia del poder central dentro de un Gobierno de la Generalidad de Cataluña. El 27 de abril, Alcalá Zamora es recibido apoteósicamente en Barcelona. Su gestión fue un triunfo personal, y las cosas quedaron, relativamente, tranquilas.


Quema de conventos

    Aunque la República nació sin violencia, no faltaron los desórdenes políticos y populares. Pero lo peor fue la locura incendiaria que se desparramó por las calles española. Os remito a mi anterior artículo sobre la quema de conventos, donde creo que quedan bastante claros los hechos.

Enlaces al resto de los capítulos de esta serie:

Capítulo 1: La Herencia recibida

Capítulo 2: Reinado de Alfonso XIII

Capítulo 3: Un repaso a las Instituciones

Capítulo 4: La Dictadura de Primo de Rivera

Capítulo 5: Fin de la Monarquía

Capítulo 6: 

Capítulo 7: Los primeros tiempos republicanos

Capítulo 8: La izquierda se consolida

Capítulo 9: La derecha se reorganiza

Capítulo 10: Reacción y Revolución

Capítulo 11 y último: Llegando al final de este periodo

Para la realización del siguiente artículo se han empleado apuntes tomados de diversos periódicos de la época. Las imágenes son de Pinterest.

Ramón Martín

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