Calígula desde el año 37 al 41

 


Cayo Julio César Augusto Germánico, nació en las inmediaciones de Anzio el 31 de agosto del año 12. Hijo de Germánico uno de los más grandes generales de Roma, quien a su vez era hijo adoptivo del emperador Tiberio y Agripina la Mayor. Fue el tercero de los seis hijos supervivientes de dicho matrimonio; sus hermanos fueron Nerón y Druso, y sus hermanas: Julia Livila, Julia Drusila y Agripina la Menor. Por parte de su padre era sobrino del futuro emperador Claudio.

    Su abuelo Nerón Claudio Druso, era el hermano menor de Tiberio. Con solo dos o tres años, acompañó a su padre en las expediciones militares realizadas por éste a Germania, convirtiéndose en la mascota del ejército, donde al calzar las caligas usadas por los legionarios, estos le pusieron el sobrenombre de Calígula (botitas), apodo que, según Séneca, siendo ya emperador, odiaba. Tras celebrar, en Roma, el triunfo obtenido por su padre, cuando tenía siete años marcharon a Siria, muriendo Germánico durante su estancia en Antioquía, el 10 de octubre del año 19. Según relata Suetonio, Germánico fue envenenado por un agente enviado por Tiberio, que veía en el general un peligroso rival político; regresando Calígula junto a su madre y hermanos a Roma. El emperador no podía permitir que Agripina se casara, ya que temía que su marido se convirtiera en un adversario político. Ella y Nerón César fueron exiliados en el año 29 acusados de traición. Al adolescente Calígula, se le envió con su bisabuela Livia, madre de Tiberio, y tras la muerte de ésta, fue acogido por su abuela Antonia. El año 30 Druso César fue encarcelado y Nerón César moría en el exilio por inanición o suicidio. Las relaciones parecieron mejorar cuando, el emperador se trasladó a Capri y fue nombrado pontifex.

    En el 33, Tiberio le concedió el cargo de cuestor, puesto que conservó hasta ser nombrado emperador. Por entonces fallecieron en prisión, su madre Agripina y su hermano. Contrajo matrimonio con Junia Claudila, matrimonio que terminó con la muerte de ésta durante un parto al año siguiente. En el año 35, Calígula y Tiberio Gemelo, nieto de Tiberio, fueron nombrados herederos del trono. Al fallecer Tiberio el 16 de marzo del 37, su posición y títulos fueron transferidos a Calígula y a Gemelo. Algunos historiadores mantienen que Tiberio fue asesinado. Respaldado por Macro, Calígula fue aceptado emperador en solitario, una vez se anulase el testamento de Tiberio, alegando demencia de este. El 18 de marzo, el Senado proclamó a Calígula como único imperatur, asumiendo el nombre oficial de Gaius Caesar Augustus Germanicus. Al hacer su entrada en Roma el 28 de marzo, fue recibido por una multitud que lo aclamó. Se le describe como el primer emperador que en su ascensión era admirado por todos. Esto se debía a que era hijo de Germánico, muy amado por la plebe, así como el sucesor de Tiberio, cuya época final en el trono había sido terrible para el pueblo.


Los primeros actos de Calígula fueron generosos con el pueblo y el ejército, concedió a la Guardia Pretoriana y a las tropas urbanas y fronterizas una generosa recompensa por los servicios prestados, a fin de ganarse su apoyo. Destruyó todos los documentos en los que habían registrado los acusados de traición durante el mandato de Tiberio, declaró que los juicios por traición eran cosa del pasado y llamó a Roma a los exiliados; ayudó a los afectados por los impuestos, desterró a los delincuentes sexuales y celebró lujosos espectáculos, con los que se ganó el apoyo del pueblo. También recogió los cadáveres de su madre y sus hermanos y los depositó en el Ara Pacis.

    Haciendo realidad un auspicio formulado a principios de su reinado, cayó gravemente enfermo en octubre del 37. Esta enfermedad era la consecuencia a los excesos. Aunque Calígula logró recuperarse por completo, el haber estado tan cerca de la muerte marcó un punto de inflexión en su modo de reinar. Tras recobrar la salud, ordenó asesinar a varias personas que habían prometido sus vidas a los dioses si el emperador se recuperaba. Forzó a suicidarse a su suegro, el senador Marco Silano; y a su primo, Tiberio Gemelo, el cual instigó una conspiración contra él mientras estaba enfermo. Marco Silano, antes de suicidarse, fue juzgado por Calígula, ya que, Julio Grecino, el encargado de hacerlo en un primer momento, se negó, siendo ejecutado por ello. Según Suetonio, dichos complots eran pura imaginación del emperador.

    En el año 38, su administración centró su atención en las reformas públicas y políticas que necesitaba el Imperio. Se publicó un documento con el detalle de los gastos realizados por el emperador, algo nunca hecho por Tiberio; se ayudó a los afectados por los incendios; se abolieron ciertos impuestos y se impulsaron los espectáculos deportivos. También se admitió a nuevos miembros en los órdenes senatorial y ecuestre. Quizá lo más significativo de este periodo sea la reanudación de las elecciones democráticas. También fue duramente criticado por ordenar ejecuciones sin juicio previo. La más significativa fue la del ex prefecto del pretorio Sutorio Macro, a quien en muchos sentidos debía el trono.




En el año 39, el Imperio tuvo que hacer frente a una grave crisis económica. Calígula agotó las reservas financieras del Imperio, al tiempo que acusaba, falsamente, a algunos senadores y señores para multarlos e incluso ejecutarlos con el propósito de apoderarse de su patrimonio. Puso en marcha una serie de medidas desesperadas, como pedir dinero al pueblo en los actos públicos. Estableció nuevos impuestos en los juicios, bodas y prostíbulos, y organizó subastas de venta de gladiadores. Los testamentos de ciudadanos romanos que habían dejado sus bienes a Tiberio fueron reinterpretados a fin de que Calígula recibiera dichos bienes. Se obligó a los centuriones que habían adquirido propiedades durante saqueos a devolver su botín al Erario, y los oficiales responsables de cobrar los impuestos relativos al uso de calzadas fueron acusados de incompetencia y malversación y multados duramente. Es posible que, esta crisis económica fuera la causante de una hambruna que azotó el Imperio.

    A pesar de la crisis económica, Calígula llevó a cabo numerosas construcciones. Algunos de estos edificios eran públicos, pero la mayoría se erigieron con un fin privado. Los proyectos más importantes fueron las ampliaciones de los puertos de Regium y Sicilia, con lo que se pudo aumentar el volumen de cereales embarcados desde Egipto. Se completaron el Templo de Augusto y el Teatro de Pompeyo, se inició la construcción de un anfiteatro en las inmediaciones de la Saepta, y se reformó el Palacio Imperial. Se empezaron a construir el Aqua Claudia y el Anjo Novus, acueductos que Plinio el Viejo consideraba maravillas de la ingeniería. Se erigió el Circo de Cayo y Nerón. Para decorarlo, se trajo desde Egipto, el actual Obelisco Vaticano. En Siracusa, se repararon las murallas y los templos. Se construyeron nuevas carreteras y se repararon las antiguas. Calígula también planeaba reconstruir el Palacio de Polícrates de Samos, terminar el Templo de Apolo Didimeo en Éfeso y fundar una ciudad en la cima de los Alpes. Sin embargo, su más ambicioso proyecto fue el de excavar un canal a través del Istmo de Corinto, en la entonces provincia romana de Acaya (actualmente Grecia).


En el año 39, construyó un puente flotante temporal que conectaba los puertos de Bajae y Puteoli empleando barcos. Este puente rivalizaba con el que levantó el rey persa Jerjes I para cruzar el Helesponto. Calígula, que no sabía nadar, atravesó el río sobre su caballo, Incitato, portando la coraza de Alejandro Marco, de la que había despojado a su momia cuando visitó su mausoleo en Alejandría. Es probable que realizara esto para cumplir la predicción de Tiberio Claudio Trasilo, que había dicho que nadie tenía más posibilidades de convertirse en emperador que aquel que cruzara a caballo la Bahía de Baiae. También ordenó la construcción de dos enormes embarcaciones, las cuales han sido encontradas en las profundidades del lago de Nemi.

En ese mismo año 39 las relaciones entre Calígula y el Senado se deterioraron gravemente, aunque se desconoce el origen, se sabe que hubo una serie de factores que la agravaron. Desde que Tiberio se retiró a Capri, el Senado se había acostumbrado a tomar sus propias decisiones; pero el ascenso al trono de Calígula alteró esto. Además, los juicios por traición de Tiberio habían eliminado a un gran número de senadores partidarios de la dinastía Julio-Claudia. Calígula revisó los casos de los acusados por traición durante el reinado de Tiberio, decidiendo que muchos senadores no eran dignos de confianza, por lo que fueron investigados y en muchos casos juzgados. Por lo que reemplazó al cónsul y ejecutó a varios senadores. Tras el deterioro de sus relaciones con el Senado, tuvo que hacer frente a un gran número de conspiraciones destinadas a derrocarle. A finales de ese año 39, el emperador descubrió un complot en el que se vio envuelto su cuñado, Marco Emilio Lépido.

Militarmente, su reinado estuvo marcado por la expansión de las fronteras del Imperio a través de la anexión de Mauritania y por el inicio de los preparativos para la conquista de la isla de Britania. Mauritania era un reino cliente de Roma gobernado por Ptolomeo de Mauritania, a quien ordenó ejecutar durante una de sus visitas a Roma. Tras la muerte de su gobernante, el territorio fue anexado al Imperio, en dos provincias independientes. Esto derivó en una importante revuelta, a la que puso fin Claudio. En el año 40, planificó una campaña contra los britanos, reclutando dos nuevas legiones, la XV y la XXII a las que concedió el apelativo de Primigenia en honor a su deidad favorita, la Fortuna Primigenia. El reclutamiento de estas dos legiones fue​ muy riguroso en cuanto a las condiciones exigidas a los reclutas. Calígula planeó la invasión a Britania antes que Claudio, pero no la completó por motivos desconocidos y luego Claudio usó estos para invadir Britania.




En el año 40, Calígula comenzó a realizar sus apariciones públicas vestido de dios y semidiós. Se refería a sí mismo como un dios cuando comparecía ante los senadores, y en ocasiones aparecía en los documentos públicos con el nombre de Júpiter. Erigió tres templos dedicados a sí mismo; dos en Roma y uno en Mileto. Su política religiosa rompía totalmente con la de sus predecesores. Durante su reinado, tuvo que hacer frente a una serie de revueltas y conspiraciones con origen en las provincias orientales. Para esta tarea recibió la ayuda de su amigo Herodes Agripa, a quien convirtió en gobernador de los territorios de Batanea y Traconítide. Esta difícil situación estaba motivada por tres factores: la difusión de la cultura griega, la ley romana y los derechos de los judíos. Para empeorar las cosas, el praefectus de Egipto, Aulo Avilio Flaco, no gozaba de la confianza del emperador. Flaco había sido fiel a Tiberio, había conspirado contra la madre de Calígula y contaba con conexiones con los egipcios separatistas. Dos años antes, Claudio decidió vigilar más de cerca a Flaco, para lo que envió a Herodes Agripa a Alejandría sin previo aviso. La visita fue recibida con protestas por la comunidad griega, que creía que Herodes Agripa quería proclamarse rey de los judíos. Flaco trató de contentar a los griegos y a Calígula al levantar estatuas del emperador en las sinagogas de la región. Estallaron disturbios en la ciudad, y Calígula respondió relevando a Flaco de su puesto y ejecutándolo.

El 24 de enero de 41, Querea y unos pretorianos abordaron a Calígula mientras se dirigía a un grupo de jóvenes actores que participaban en unos juegos. Todos los historiadores coinciden en que Querea fue el primero en apuñalar al emperador, seguido por el resto. Cuando los guardaespaldas germanos del emperador se dieron cuenta de que estaba siendo atacado, este ya estaba muerto. Embargados por la rabia y el dolor, los germanos respondieron asesinando a conspiradores, senadores, transeúntes e inocentes. El Senado trató de usar la muerte de Calígula para restaurar la República y Querea intentó convencer al ejército para que apoyara a los senadores, pero los militares permanecieron leales a la figura del emperador, y la plebe pidió que los asesinos de Calígula fueran llevados ante la justicia. Estos viéndose sin apoyos, apuñalaron a la esposa de Calígula, Milonia Cesonia, y a su hija, Julia Drusila, a quien rompieron el cráneo al golpear su cabeza contra un muro. Sin embargo, fueron incapaces de encontrar al tío de Calígula, Claudio, que huyó de la ciudad. Claudio, tras asegurarse el apoyo de la Guardia Pretoriana, fue nombrado emperador y, nada más acceder al trono, ordenó la ejecución de los asesinos de su sobrino. El cuerpo de Calígula fue escondido hasta que sus hermanas pudieron incinerarlo y sepultarlo. Permaneció en el Mausoleo de Augusto hasta que en 410, durante el Saqueo de Roma, sus cenizas fueron dispersadas.


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Ramón Martín


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