Victoria Eugenia de Battenberg, esposa de Alfonso XIII
Nace el 24 de octubre de 1887, en el castillo escocés de Balmoral. Su padre fue Enrique de Battenberg y su madre la princesa Beatriz de la Gran Bretaña. Fue la última nieta de la reina Victoria. Siempre fue conocida por el nombre de ENA. Su infancia transcurre junto a su madre y su abuela la reina Victoria en los palacios de Balmoral, Osborne y Windsor. Fue su madrina en el bautismo la emperatriz española Eugenia de Montijo. Su educación fue la típica de la monarquía británica.
Victoria Eugenia pierde a su padre, en enero de 1896, cuando tenía ocho años, murió en un barco de la armada británica como consecuencia de unas fiebres contraídas en su vista a Ghana (África). A finales de 1895 había estado en Sevilla y le escribió a ENA “…. Cuando seas grande viajarás. Vendrás a este precioso país de España. ¡Ya verás cómo te gusta y cuan feliz serás aquí”.
Fue presentada a la Corte inglesa, en mayo de 1905, cuando tenía diecisiete años. Un mes después, Alfonso XIII viaja a Londres, estando soltero. Todas las cancillerías europeas seguían con atención cuál sería la elección del rey de España, ya que de ella se podría producir alteraciones en el orden europeo del momento. En principio la candidata británica elegida era la princesa Patricia de Connauguht. Ésta estaba enamorada de un conde inglés y no le prestó atenciones a Alfonso XIII, mientras que sí lo hizo Victoria Eugenia, con la que enseguida se produjo una gran empatía.
Volvieron a coincidir en Biarritz, en la villa Mouriscot a principios de enero de 1906, donde Alfonso XIII pide a la princesa Beatriz la mano de su hija Victoria Eugenia. El rey Eduardo VII concede la autorización para dicho matrimonio. Alfonso XIII tenía entonces diecinueve años y Victoria Eugenia, dieciocho. Alfonso XIII, manda un telegrama a su madre María Cristina diciéndole “Me he comprometido con ENA. Abrazos. Alfonso”. El primer problema que tiene que solucionar Victoria Eugenia para poderse casarse con Alfonso XIII, es que debe convertirse al catolicismo, hecho que sucede en San Sebastián, en el palacio de Miramar. La ceremonia fue dirigida por el obispo de Nottingham. El Tratado matrimonial se firmó en Londres, el 7 de mayo de 1906. La reina madre María Cristina puso mucha resistencia a dicho enlace, dado que el origen de la familia Battenberg no era claro. Por otra parte, el título que ostentaba Victoria Eugenia era de rango menor y por último los problemas que la familia Battenberg presentaba con la hemofilia no eran de su agrado.
El 31 de mayo de 1906, con la asistencia de todas las casas reales europeas, se celebra el enlace en San Jerónimo el Real. Ofició la ceremonia el cardenal arzobispo de Toledo. En el camino de regreso al Palacio Real, al pasar por la calle Mayor, el anarquista Mateo Morral, lanzó una bomba desde un balcón a la carroza real, produciéndose muchísimas muertes entre los asistentes, pero la pareja real resulto ilesa. Cuando se presentaron en el Palacio Real, donde les esperaban los invitados reales, Victoria Eugenia se presentó con todo el vestido ensangrentado.
Fruto del matrimonio fueron siete hijos: Alfonso, príncipe de Asturias, nació hemofílico y renunció a sus derechos al trono en 1933, para contraer matrimonio con una plebeya cubana; Jaime, sordomudo a los cuatro años como consecuencia de una doble mastoiditis, renuncia también a sus derechos dinásticos en 1933; Victoria Eugenia; Beatriz que se casó con el V príncipe de Civitella Cesi; Fernando que nació muerto; María Cristina se casó con el I Conde Marone-Cinzano; Juan, conde de Barcelona, pretendiente al trono desde 1941 a 1977, que renunció a favor de su hijo Juan Carlos I, se casó con la princesa María de las Mercedes de Borbón Dos Sicilias Orleáns; Gonzalo que nació hemofílico.
Con el tiempo las relaciones matrimoniales se fueron deteriorando, debido a los reproches que el rey le hacía de su hemofilia y a las numerosas infidelidades de Alfonso XIII. También las relaciones entre las dos reinas fue tensa y esta se agudizó como consecuencia de la I Guerra Mundial, pues la reina María Cristina apoyaba por su origen a las potencias centrales, mientras que Victoria Eugenia apoyaba a los aliados. Tenía un carácter reservado, propio de la rigidez de su educación británica. Sus desavenencias con el rey acentuaron este aislamiento.
Alfonso XIII alentó la llegada de la dictadura de Primo de Rivera y las consecuencias de esa implicación real, fue la derrota de las opciones monárquicas en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. Esta derrota dio origen a la proclamación de la II República española. El matrimonio en su etapa final, no se hablaba y se había interrumpido el contacto carnal desde el nacimiento de su último hijo, Gonzalo. Victoria Eugenia se consolaba con la amistad de su círculo más cercano y sobre todo con los duques de Lécera, hasta el punto que empezaron a circular falsas historias sobre esta amistad.
La familia real se traslada al principio a Francia, para posteriormente irse a Italia. Ya en el exilio, Alfonso y Victoria Eugenia se enfrentaron en el salón del hotel donde se encontraban. El Rey le reprochó a su mujer su amistad con los duques de Lécera y le exigió “o ellos o yo”. Victoria Eugenia sacó toda su rabia acumulada durante muchos años y le respondió “Los escojo a ellos y no quiero ver tu fea cara nunca más“. Esto es debido al comportamiento del Rey por su estilo de vida. Victoria Eugenia se fue a su país, abandonando a sus hijos y marido y se enfrentó en los tribunales reclamando su dote, los intereses durante veinticuatro años y una pensión, arguyendo, que estaban separados de facto desde hacía años. Victoria Eugenia regresa a Londres para estar cerca de su madre. En 1938, toda la familia real se reúne en Roma para asistir al bautismo de Juan Carlos de Borbón, hijo mayor de Juan de Borbón y heredero a la Corona española. Los padrinos del bautismo fueron Victoria Eugenia y el cardenal Pacelli, que posteriormente sería Papa con el nombre de Pío XII.
Con el inicio de la II Guerra Mundial, Victoria Eugenia se traslada a vivir a Lausana y se instala en Vieille Fontaine, donde vivirá hasta su muerte. Victoria Eugenia regresa a España en febrero de 1968, después de treinta y siete años de exilio y ejerce de madrina de su biznieto, Felipe VI de Borbón.
El 15 de enero de 1941, Alfonso XIII renuncia a sus derechos dinásticos a favor de su hijo Juan de Borbón. El rey muere en el Gran Hotel de Roma, el 28 de febrero de 1941. Victoria Eugenia solicita al dictador Franco su asignación como viuda de 250.000 pesetas anuales, como señalaban las estipulaciones matrimoniales. Franco le concedió 700.000 pesetas anuales para que pudiera llevar una vida de lujo.
Victoria Eugenia muere en su residencia suiza de Lausana el 15 de abril de 1969. Es enterrada en la capilla de Sacre Coeur de Lausana. Siendo ya rey Juan Carlos I traslada sus restos, junto a los de sus tres hijos, Alfonso, Jaume y Gonzalo, el 25 de abril de 1969, al monasterio de El Escorial al Panteón Real, compartiendo estancia con su esposo Alfonso XIII.
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