Isabel II, reina de España desde 1833 a 1868
Hija de Fernando VII y de María Cristina de Borbón, nació en Madrid el 10 de octubre de 1830. Fue jurada Princesa de Asturias el 20 de junio de 1833, y reina de España en octubre de ese mismo año. El hecho de ser nombrada reina fue el motivo principal del estallido de la Primera Guerra Carlista, donde en realidad luchaban los partidarios del absolutismo representado por el infante Carlos María Isidro, hijo de Carlos IV, o los de la monarquía constitucional.
Era Isabel una mujer de escasas cualidades intelectuales, ya que había recibido una nefasta educación, en parte debido a su madre que la dio, al igual que a su hermana, una educación doméstica e idiotizante, basada en la religión, el piano y las labores, Isabel se vio involucrada desde muy niña en las intrigas cortesanas, ya que constantemente se produjeron enfrentamientos entre sus preceptores, ya fueran conservadores o liberales.
Su madre, la reina, ocupó la regencia entre 1833 y 1840. Durante tres años presidió el gobierno el liberal Baldomero Espartero. Durante este período se publicó el Estatuto Real de 1834, en 1836 se efectuó la desamortización de los bienes del clero por obra de Mendizábal, se promulgó la Constitución de 1837 y se puso fin a la guerra carlista con el Acuerdo o Abrazo de Vergara en 1839. María Cristina marchó de España tras su boda con Fernando Muñoz, duque de Riánsares y la tutela de Isabel II quedó encomendada a Agustín Argüelles, mientras la regencia pasaba a manos de Espartero. Este trienio se distinguió por su orientación liberal y concluyó con un levantamiento antiespartista. La inestabilidad política obligó al gobierno de Joaquín María López, con el apoyo de Narváez y Prim, a adelantar la mayoría de edad de Isabel II, en noviembre de 1843 las Cortes declararon mayor de edad a la reina, que tomaba así posesión del trono y juraba la Constitución, a los trece años.
Durante el primer año de reinado de Isabel II, el progresista Olózaga, se encargó de la formación del primer gobierno, pero las intrigas del conservador González Bravo provocaron su caída. El propio González Bravo se encargó de la formación de un nuevo gobierno. Sin embargo, en 1844 la reina entregó el gobierno a los liberales, iniciándose así la llamada Década Moderada. Estos promulgaron la Constitución de 1845 y crearon un Senado por designación regia. La reina sufrió, en este periodo, dos atentados: el primero en la calle de Alcalá en 1847, a manos de Ángel de la Riva; el segundo en febrero de 1852 cuando el sacerdote Martín Merino la atacó con un cuchillo, hiriéndola levemente, y a resultas de lo cual fue ejecutado a garrote vil. Durante la Década Moderada se alternaron en el poder las dos facciones del partido moderado, “puritanos” y “doctrinarios”. En 1852 Bravo Murillo, jefe del gobierno, intentó endurecer el régimen en un sentido autoritario, pero, al no recibir el apoyo de las Cortes, la reina le retiró su confianza.
En 1848 se inauguró la primera línea de ferrocarril, entre Barcelona y Mataró; dos años después se puso en marcha el servicio oficial de telégrafos y se elaboraron leyes para el desarrollo del capitalismo moderno, como la Ley de la Bolsa de 1846, la que regulaba las sociedades por acciones de 1848 o la ley de constitución de bancos de emisión, del mismo año. En 1846 Isabel II, durante el gobierno de Istúriz, se casó con don Francisco de Asís de Borbón, duque de Cádiz y primo hermano de la reina, que fue impuesto por las presiones de Francia e Inglaterra. Don Francisco de Asís era homosexual y desde el comienzo de su matrimonio se profesaron una antipatía insalvable.
La reina era vulgar y de temperamento escandaloso, por su cama pasaron distintos favoritos: el general Serrano, los cantantes de ópera Mirall y Obregón, el maestro Arrieta, el marqués de Bedmar, Miguel Tenorio y el comandante Puigmoltó, entre otros. Isabel y Francisco de Asís vivieron casi continuamente separados: el rey prefería el Palacio de Riofrio y su esposa el Palacio Real de Madrid. La fingida convivencia conyugal se esfumó definitivamente en el exilio.
La dictadura militar de Narváez había levantado odios, su sangrienta represión de los liberales, dio lugar al pronunciamiento de O'Donnell de 1854, e Isabel se vio obligada a llamar de nuevo a Espartero. Las medidas progresistas no contaron con el apoyo, ni de las Cortes, ni de la monarquía. En 1856 Espartero no conforme con verse sometido a los dictados de O'Donnell, abandonó la política, e Isabel volvió a entregar el poder a los moderados de Narváez, que pronto fue sustituido por Armero e Istúriz, pero seguía la inestabilidad e Isabel volvió a llamar a O'Donnell en 1858.
En el periodo 1858 a 1864, se alternaron en el poder los moderados y la Unión Liberal, excluyendo a los progresistas, O'Donnell tuvo que afrontar la guerra de África de 1859-1860, la expedición a Cochinchina de 1859, el pronunciamiento carlista de San Carlos de la Rápita (1860), y la frustrada expedición a México de Prim de 1862. Sucedieron a O'Donnell en el gobierno Pando y Arrazola y, finalmente, en 1864 volvió a la presidencia Narváez. En 1857 fue puesta en vigor la Ley de Instrucción Pública, llamada también “ley Moyano”, que instauró la enseñanza pública en España y que se mantuvo vigente hasta bien entrado el siglo XX. A partir de 1865 el ambiente político se enrareció con la ofensiva conservadora. Un artículo de Castelar acerca de los bienes privados de Isabel II motivó indirectamente la represión cruenta de manifestantes republicanos en la tristemente célebre “Noche de San Daniel”. Nuevamente, tomó O'Donnell las riendas del gobierno en 1865. Al año siguiente se produjo la intentona de Prim y poco después se producían la guerra del Pacífico y la rebelión de los sargentos de San Gil.
Las reaccionarias medidas de González Bravo precipitaron las cosas, coaligados unionistas, progresistas y demócratas radicales de una parte, y de otra, conjurados Prim y Olózaga, se produjo la caída de la monarquía. Isabel entregó el poder a José de La Concha y éste envió contra los insurrectos al marqués de Novaliches, que fue derrotado por Serrano en Alcolea. Isabel II huyó a Francia el 13 de septiembre de 1868. Desde esta fecha hasta su fallecimiento el 9 de abril de 1904 vivió en el palacio de Castilla, o palacio de Basilewsky en París, donde recibió el amparo de Napoleón III y Eugenia de Montijo.
Oficialmente, Isabel II y Francisco de Asís fueron padres en doce ocasiones, aunque varios embarazos acabaron en abortos o los neonatos fallecieron al cabo de muy poco tiempo:
- Luis Fernando nacido muerto el 20 de mayo de 1849.
- Fernando Francisco, nacido el 11 de julio de 1850 y fallecido a los cinco minutos de nacer.
- María Isabel, nacida el 20 de diciembre de 1851, condesa de Girgenti, casada con Cayetano de Borbón-Dos Sicilias.
- María Cristina, nacida el 5 de enero de 1854, fallecida con dos días de vida.
- Margarita, nacida el 23 de septiembre de 1855, nacida prematura y fallecida con un día de vida.
- Un hijo nacido muerto el 21 de diciembre de 1856.
- Alfonso nacido el 28 de noviembre de 1857, Príncipe de Asturias y posteriormente rey Alfonso XII.
- María de la Concepción Francisca de Asís, nacida el 26 de diciembre de 1859.
- María del Pilar Berenguela, nacida el 4 de junio de 1861.
- María de la Paz, nacida el 23 de junio de 1862, casada con Luis Fernando de Baviera.
- María Eulalia, nacida el 12 de febrero de 1864, duquesa de Galliera, casada con Antonio de Orleans y Borbón.
- Francisco de Asís Leopoldo, nacido el 24 de enero de 1866, fallecido con pocas semanas de vida.
Ramón Martín
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