El expediente Picasso
El
trato entre el rey Alfonso XIII y el general Fernández Silvestre era lo suficientemente
íntimo, como para que éste tuviera el apoyo del soberano para sus planes de
alcanzar, rápidamente, la bahía de Alhucemas. Planes que terminaron con, entre
otras, las catástrofe de Annual y la masacre de Monte Arruit.
El general Fernández Silvestre era un
hombre popular y campechano, como el mismo rey, llegando a permitir que la
tropa le tutease. Los oficiales próximos a él eran conocidos como “los
manolos”. En julio de 1921, el rey Alfonso XIII envió al general —aunque no
se ha encontrado el documento original—, un telegrama animándole a llegar hasta
Alhucemas, el documento según fuentes consultadas decía así: “Olé, los
hombres, el 25 (25 de julio Santiago Apóstol, patrón de España) te
espero”, aunque según otros historiadores, en lugar de “Olé, los hombres”,
habría dicho: “Ole tus cojones”. Al rey Alfonso XIII se le apodaba “el
Africano”, puesto que, su vinculación con Marruecos se inició al mismo
tiempo que su reinado.
Apenas dos años después de la Semana Trágica de 1909, acompañado por la reina Victoria Eugenia, visitó por primera vez la
zona asignada a España, manifestando que, dicha visita obedecía a su deseo de
promover la colonización marroquí además de sus obligaciones representativas.
El 18 de abril de 1922, el general Picasso entregó su informe a Sánchez Guerra, que lo remitió al Congreso, a
pesar de la oposición del rey y de la Cierva. Una vez el informe en el
Congreso, se designaron varias comisiones parlamentarias para depurar las
posibles responsabilidades al más alto nivel, incluyendo las del propio rey, el
cual, el 7 de junio, pronunció un discurso en Barcelona, en el que evidenciaba el
profundo malestar que le ocasionaba dicha investigación.
La guerra colonial hizo que se le
achacaran al Ejército culpas que no eran únicamente suyas, sino el producto de
muchos errores. El Ejército, comprendiendo la magnitud del desastre, calló por disciplina.
El 3 de noviembre de 1922 el entonces ministro de la Guerra, Sánchez Guerra,
remitió al presidente del Congreso una serie de testimonios deducidos de dicho
expediente, junto a documentos y telegramas considerados de interés y que se
completaría más tarde con siete documentos más. Durante todo ese mes hubo duros
debates en el Congreso referidos al desastre, produciéndose algunas filtraciones
a la prensa que exaltaban los ánimos de la opinión pública, ya que se barajaron
cifras de hasta 14.000 muertos. El 28 de noviembre, una comisión senatorial, emitió
el presumible y temido dictamen favorable a la concesión del suplicatorio del general Berenguer que constituyó un duro golpe
para los militares. Sin embargo, el consiguiente debate parlamentario, no se
inició en el pleno del Senado hasta junio de 1923, ya bajo el gobierno del
liberal Manuel García Prieto, que fue el último civil
presidente del gobierno hasta el año 1931.
En lo que se refiere al Congreso, el
10 de julio de 1923 se constituyó una segunda comisión de responsabilidades, conocida
como la de los “Veintiuno”. En ella, los liberales, ya no defendían su
dictamen anterior, en el que pedían la inhabilitación de tres cargos públicos,
sino que entendían que, para congratularse con la opinión pública, necesitaban
una indagación más amplia y que los trabajos de dicha comisión no se centrasen
en el estudio del expediente Picasso. Un mes después, se citó a Berenguer para
que declarase ante la misma. Mientras otros testigos lo hicieron a lo largo del
verano. Sin conseguir llegar a un acuerdo, la Comisión decidió convocar al
pleno para el día 1 de octubre, momento en el que los “Veintiuno”
expondrían sus conclusiones, tras lo cual se efectuaría una votación general. Fue
un pleno que nunca llegó a reunirse.
En los días inmediatamente anteriores
al golpe militar, la crisis que afectaba al
régimen se hacía cada vez más evidente. Una muestra de ello es lo que decía el
diputado por Madrid del PSOE, Manuel Cordero, en El Socialista del 9
de septiembre: “La Monarquía encendió esta guerra para entretener y sostener
un ejército superior a nuestras posibilidades económicas , por si llegaban
momentos difíciles para ella poder volverlo contra el pueblo (…) Y la guerra de
África, que es la ruina material de España, se sostiene nada más que por no declarar
a la Monarquía fracasada y por no saber dónde colocar a los militares que
sobran”. Además, ponía en la picota a Alfonso XIII: “Hay que exigir
responsabilidad, más que nadie, a la Monarquía; hay que insistir en obligar a
los Gobiernos a abandonar Marruecos. O se abandona Marruecos, o España se
disuelve. Que Alfonso XIII sea el último Borbón que domine en España ¿qué
importa? Esta sería, además, nuestra satisfacción. Siendo socialistas hemos de
ser encarnizados enemigos de la Monarquía. Que se hunda la Monarquía en medio
del ridículo y las risotadas de buen humor nos tiene completamente sin cuidado,
pero que se lleve tras de sí en la catástrofe la vida del país, dejándole
impotente para poder caminar, es cosa muy seria que no debe aguantar el pueblo
español”.
El 13 de septiembre, el mismo día del golpe, el presidente de la Comisión, Mateo Sagasta Echevarría, fue al Congreso a rescatar el Expediente Picasso, convencido de que el general Primo de Rivera quería destruirlo; depositándolo en la Escuela Especial de Ingenieros Agrónomos de la que era director y profesor, confiando su custodia a Enrique Jiménez Girón, también profesor de la Escuela. Allí permaneció hasta el advenimiento de la Segunda República, siendo el propio Mateo Sagasta, quien devolvió el informe al Congreso en 1931, donde finalmente permaneció olvidado, hasta ser encontrado en septiembre de 1998 parte de este en el Archivo de la Cámara baja. Poco a poco, a medida que avanza la Dictadura en el tiempo, se va convirtiendo, con respecto al desastre, en una máquina de olvido institucionalizado, ya que, paraliza la Comisión de responsabilidades, apostando por la impunidad del Ejército, lo cual se materializa en las amnistías otorgadas, desde febrero de 1924, a Navarro, Cavalcanti, Araújo, Berenguer, Lacanal y Tuero. Sin embargo, Alfonso XIII sería condenado y procesado “in absentia” el 20 de noviembre de 1931 por el Congreso de los Diputados debido a su responsabilidad en los hechos.
La mayoría de historiadores no
consideran que el Expediente Picasso fuese el detonante que dio paso al golpe
de Estado de Miguel Primo de Rivera del 13 de septiembre de 1923, puesto que entienden
que fueron diversos los factores que influyeron en el ánimo de los sublevados;
tales como el desorden público, las reivindicaciones catalanistas, el
descrédito de la clase política, o la merma de la popularidad de la monarquía. Fueron
muchos los militares, entre los que habría que incluir a don Alfonso XIII, quienes
veían con indignación y resentimiento cómo se cuestionaba su actuación en
Marruecos, temiendo sufrir las consecuencias de la depuración de
responsabilidades. En cuanto al papel del monarca, si bien no se ha podido
probar que hubiera organizado el golpe, en ningún momento se opuso, más bien
todo lo contrario, ya que se benefició del silencio que se extendió sobre los
hechos investigados por Picasso.
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La Batalla de Wad Ras de 1860: LEER AHORA
La Guerra de Tetuán de 1859-1860: LEER AHORA
La Campaña de Melilla de 1909: LEER AHORA
El desastre del Barranco del Lobo de 1909: LEER AHORA
La Campaña del Kert de 1911-1912: LEER AHORA
La pérdida de la posición de Abarrán de 1921: LEER AHORA
La pérdida de Igueriben de 1921: LEER AHORA
El desastre de Annual de 1921: LEER AHORA
La masacre de Monte Arruit de 1921: LEER AHORA
Tras la debacle de 1921, nuevas operaciones militares en
Marruecos: LEER AHORA
Desembarco de Alhucemas de 1921: LEER AHORA
La derrota final de Abd el-Krim: LEER AHORA
Juan Picasso González: LEER AHORA
BIBLIOGRAFÍA
El sueño colonial – Las guerras de España en Marruecos.
Federico Villalobos
En el Barranco del Lobo – Las Guerras de Marruecos. María
Rosa de Madariaga
Morir en África – La epopeya de los soldados españoles en el
Desastre de Annual. Luis Miguel Francisco
Annual el desastre de España en el Rif 1921. Manuel
Leguineche
Lloverá Tierra Seca sobre Annual. Santiago Díaz Morlán
El Desastre de Annual. Ricardo Fernández de la Reguera y
Susana March
Diversos capítulos de mis Blogs Personales: COSAS DE
HISTORIA Y ARTE y Una biografía en tu pantalla. Ramón Martín Pérez
Más información obtenida de libros, periódicos, páginas web
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