Gerald R. Ford, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica entre 1974 y 1977
Su nombre verdadero era Leslie Lynch Key, y
nació el 14 de julio de 1913, en Omaha (estado de Nebraska). Siendo muy niño, tras
el divorcio de sus padres, se trasladó con su madre a la ciudad de Grand Rapids
(estado de Michigan), donde ésta se volvió a casar con Gerald R. Ford, cuyos
nombres acabaría adoptando. Gerald estudió la carrera de Derecho en las
universidades de Michigan y Yale, graduándose con excelentes notas el año 1941.
Jugó en el equipo de fútbol profesional de la Universidad de Michigan, en
las temporadas 1932 y 1933.
Una vez licenciado, ejerció la abogacía en Gran Rapids, trabajo que tuvo que abandonar al entrar los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, siendo destinado al portaaviones USS Monterrey, con el grado de capitán de crucero. En 1945, una vez acabada la contienda, regresó a Michigan a su bufete de abogados, donde permaneció hasta el año 1948, fecha en la que fue elegido, por el Partido Republicano, miembro de la Cámara de Representantes, cargo que consiguió revalidar doce veces consecutivas, hasta el año 1975. En el transcurso de tan dilatada trayectoria como congresista, se convirtió en el jefe de la minoría republicana en el Congreso, y defendió una política estrictamente conservadora, oponiéndose al desarrollo de todos los programas sociales propuestos por el Gobierno presidido por Lyndon B. Johnson, abogando siempre por un aumento del presupuesto en defensa y proporcionando un apoyo moderado a la legislación favorable a la implantación de los derechos humanos.
El 12 de octubre de 1973, el vicepresidente Spiro T. Agnew fue obligado a presentar su dimisión al Congreso tras ser hallado culpable de evasión fiscal, extorsión y soborno mientras era gobernador del estado de Maryland. Se daba así, el primer caso de relevo de un vicepresidente en mitad de la legislatura. Durante su corto periplo como vicepresidente, no dejó de defender a Richard M. Nixon en el asunto del Watergate, a pesar de que se acabó demostrando la implicación directa del presidente en las escuchas ilegales realizadas al Partido Demócrata. El 9 de agosto de 1974, Richard M. Nixon dimitió de su cargo, ante la amenaza de ser sometido al Impeachment por el Congreso. Poco minutos después, Gerald R. Ford juró solemnemente su cargo como presidente de los Estados Unidos de América.
Aunque no poseía
las cualidades intelectuales ni políticas de que hizo gala su predecesor, lo
cierto es que su evidente integridad y carácter moderado, imprimieron a sus
primeros momentos como presidente una idea favorable, posición que se tornó
totalmente contraria cuando, un mes después de tomar posesión del cargo,
perdonó y exoneró públicamente de todos sus cargos al defenestrado Richard M. Nixon.
La primera consecuencia política por semejante decisión, que Ford acabaría
pagando con creces, no se hizo esperar. En las elecciones al Congreso del mes
de noviembre, el electorado castigó a los republicanos, dando la mayoría
parlamentaria a los demócratas en las dos Cámaras. Ford quedó en una posición
política extremadamente débil para desarrollar su programa de gobierno. A pesar
de todo, el gran logro de Ford fue el de serenar los ánimos y restaurar la fe
de sus conciudadanos. El viejo sentimiento de omnipotencia había desaparecido:
la Guerra de Vietnam demostró que los Estados Unidos no eran
invencibles; el Watergate, que no eran virtuosos; y la crisis
energética, que sus recursos no eran inagotables.
Sus principales
objetivos consistieron en minimizar, en la medida de lo posible, la
intervención estatal en la economía privada y equilibrar el presupuesto, con la
misión de frenar el aumento imparable de la inflación y el desempleo, además de
intentar regular el uso de la energía petrolífera. Para atajar la inflación, se
opuso al aumento de los gastos del Gobierno, vetando una larga lista de medidas
de corte social y proponiendo proyectos de ley concebidos para aumentar los
precios agrícolas y crear nuevos puestos de trabajo. Fue tal su empeño que, en
los dos años y medio que estuvo al frente de la presidencia, empleó el veto en
no menos de 66 ocasiones, más que ningún otro presidente si se exceptúa al
obstruccionista Grover
Cleveland.
En la única parcela que cedió fue en la concesión de subsidios estatales para
apoyar el desarrollo corporativo de nuevas fuentes de energía. Para frenar el
preocupante desempleo del país, redujo la carga impositiva a la población con
mayores recursos para que pudieran tener más poder adquisitivo y así poder
gastar más e invertir en puestos de trabajo. Pero en todas estas tareas el
fracaso fue total.
En lo referente a
la política exterior, delegó en el influyente secretario de Estado Henry
Kissinger. El dominio de éste quedó bien reflejado en septiembre de 1975,
cuando Ford cesó de forma fulminante a su secretario de Defensa, James R.
Schelessinger, que desde hacía tiempo se mostraba totalmente disconforme con la
política de concesiones y distensión de Estados Unidos hacia la URSS. En
consonancia con los postulados defendidos por Kissinger, Ford se reunió con el
dirigente soviético Leonid Brezhnev en Vladivostok, en noviembre de 1974,
aceptando una segunda ronda de conversaciones sobre el programa de limitación
de Armas Estratégicas (SALT II). En agosto del año siguiente, acudió a Helsinki,
junto a una treintena de países, para firmar los acuerdos de mismo nombre, por
los que se ratificaban las fronteras europeas establecidas tras la Segunda
Guerra Mundial y se aprobaba una nueva legislación sobre los derechos
humanos. Ambos pasos fueron aprobados por la mayoría del país, pero no así la
petición que hizo al Congreso, a comienzos del año 1975, de otorgar ayuda
militar de urgencia al régimen survietnamita en cumplimiento de una vieja
promesa hecha por Nixon; se daba así por concluida la intervención
estadounidense en la larga y penosa Guerra de Vietnam. Volvió a fracasar
cuando el Congreso rechazó, a finales de 1975, una propuesta de Kissinger de
enviar armas y equipamiento a las fuerzas anticomunistas de Angola que
combatían contra las guerrillas respaldadas por la URSS y Cuba.
A pesar de la forma
accidental por la que accedió a la presidencia, anunció, a comienzos de 1976,
su intención de presentarse a la elección presidencial. Pero para alcanzar la
designación tuvo que luchar con el candidato postulado por el ala más radical
de los republicanos, el exactor y gobernador de California Ronald Reagan. Su partido
no le perdonaba el hecho de que hubiera introducido a republicanos del sector
más liberal y progresista en su gabinete, como hizo al designar a su
vicepresidente Nelson Rockefeller. Dadas las limitaciones con las que se
encontró, fue derrotado por el candidato demócrata, el gobernador de Georgia Jimmy Carter, que, por
entonces, era un desconocido en el ámbito nacional. Retirado, definitivamente,
de la política, ese mismo año, se trasladó a California para atender a su mujer
Betty, enferma y con problemas de drogodependencia y alcoholismo. En los
últimos años, Gerald Ford ha desempeñado diversos puestos de especial
importancia en la empresa privada, destacan entre ellos la dirección de los
míticos estudios de cine 20th Century Fox (1981-1984) y de
la American Express (1982).
Gerald Ford
falleció a los 93 años, el día 26 de diciembre de 2006 a las 6:45 p. m., hora
del Pacífico en su hogar en Rancho Mirage, California, el mismo día en que 34
años antes había falleció otro expresidente estadounidense: Harry S. Truman. El
féretro fue situado bajo la cúpula central del Capitolio de los Estados
Unidos, en Washington D. C., rodeado por miembros del Congreso, siendo el noveno
mandatario del país en ser velado en la capilla ardiente del Capitolio.
Bibliografía
- WikipediA,
CNN en español y Biografías MCN.
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Ramón Martín
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