El Gentleman de Joan Miró
Realizado en 1924, es
un óleo sobre lienzo de 52 X 64 cm. Arte surrealista. Se encuentra en el
Kunstmuseum Basel de Basilea.
En este momento se empiezan a
advertir algunas connotaciones poéticas que tendrán una presencia creciente en
la obra de Miró.
Asoma por primera vez el lado humorístico que hará sus obras universalmente
comprensibles. En el amplio repertorio del artista en estos años, entre
grotescos monstruos imaginarios, ojos, líneas y formas geométricas, este cuadro
se distingue por su extraordinaria carga irónica.
Bastan pocos trazos, la línea
ondulada del bigote y un puntito negro, que sustituye la boca, contraída en
actitud autocomplaciente, para dar la imagen de un gentleman. Ante un fondo
uniforme de un verde brillante que deja entrever la trama de la tela, Miró
consigue mostrarnos más la actitud que las características físicas, y en esto
está su talento, su habilidad.
La cola de un frac y un
cigarrillo sobresalen de la forma geométrica que representa el cuerpo, mientras
que el pie que asoma conserva connotaciones naturalistas. Es como si nuestro
gentleman ocultase su verdadera naturaleza detrás de una convención que lo
quiere rígido, juglar y bien vestido. En este sentido, el cómico penacho rojo
sobre la cabeza, una especie de cresta de gallo acentúa la sensación de
ridículo del personaje. Con un mínimo de signos, el artista obtiene un máximo
de imaginación; su pintura ha conseguido lo que se proponía: dejar entrever más
allá de lo visible, entre los pliegues de lo invisible.
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