La Campaña del Kert (1911-1912)

 


A lo largo del año 1910, se fueron recibiendo alarmantes noticias de una cierta agitación en algunas cabilas próximas a Melilla. Agitación que se extendió a las tribus costeras del Rif central. Mohammed Amezian y Hach Amar estaban predicando la guerra santa contra los españoles. A consecuencia de lo cual se procedió a ocupar posiciones en el Garet y en dirección al río Kert. Pronto comenzaron a producirse agresiones a las tropas españolas. El día 24 de agosto, una comisión geográfica, protegida por dos compañías del regimiento de África, que levantaba un plano en las inmediaciones de Ishafen, recibió una descarga de fusilería, por lo que se replegaron a la posición de Tauriat Zag. Al llegar allí se registraron cuatro bajas, una columna de infantería se dirigió al lugar de la agresión y allí encontraron los cadáveres de dos de los desaparecidos. Habían sido decapitados. El capitán general de Melilla reaccionó enviando fuerzas a la línea del Kert, para ejecutar una acción de castigo. La operación se llevó a cabo el día 29, al mando del general Larrea. Mientras el resto de la fuerza ocupaba Ishafen, las jarcas auxiliares, junto a ingenieros, protegidos por una compañía del batallón Cataluña, cruzaron el río, incendiando y demoliendo las casas de los poblados de la orilla izquierda, de donde había partido el ataque. La respuesta de los rifeños no se hizo esperar y entre los días 3 a 7 de septiembre se sucedieron los enfrentamientos, y el movimiento realizado por el general Orozco, envolviendo al enemigo por su flanco derecho contribuyó a rechazar a la jarca.




El 9 de septiembre comenzaron a llegar tropas de refuerzo, procedentes de la Península, reorganizadas en tres brigadas. Al mismo tiempo, en la orilla opuesta del río, también se reforzaba la jarca enemiga. El 11 de septiembre se procedió un relevo en las líneas avanzadas, movimiento que aprovecharon los rifeños para cruzar el río por la noche y atacar las posiciones, que aún no habían sido fortificadas. Tras el empleo, por parte española, de la artillería, los cabileños volvieron a cruzar a la otra orilla del Kert. El día 20, los rifeños, volvieron a lanzar un ataque ocupando los Talusit.

A finales de septiembre llegaron a Melilla nuevos refuerzos, por lo que el 7 de octubre pudo llevarse a cabo una operación en la que participaron dos columnas, mandadas por el general Orozco y el coronel Primo de Rivera, que a las 07:30 vadeó el Kert, apoderándose de las lomas de Ifratuata, sin apenas oposición. Mientras, la columna de Orozco incendiaba los poblados objeto de la represalia para proceder a la tarde al repaso del río Kert, protegidos por las fuerzas de Primo de Rivera, situadas en Ifratuata. Al regresar la columna de Orozco a la orilla derecha, el enemigo se centró en atacar la posición de Ifratuata. Primo de Rivera fue herido, teniendo que ser sustituido en el mando por el coronel Tomasetti. El enemigo que había sido muy castigado por las dos columnas fue reforzado a la caída de la tarde.

Los rifeños, lejos de desalentarse por las bajas sufridas, reanudó sus ataques el día 14 de octubre, recuperando los altos de Talusit, desde donde pudo tirotear las posiciones españolas, alcanzando y dando muerte al general Díaz Ordóñez, que fue sustituido por el general Francisco Aguilera.

A finales de noviembre las cabilas propusieron una tregua, que fue aceptada, aunque nadie confiaba demasiado en ella. Los rifeños pronto dieron muestras de no estar dispuestos a respetarla, y en la noche del 21 de diciembre, cruzaron el Kert. El Mizzián pretendía atacar de forma simultánea los dos extremos de la línea avanzada, entrando hasta la retaguardia de las posiciones españolas en las estribaciones del Gurugú. Las acometidas rifeñas se concentraron, los días 23 y 24, sobre la posición de Tauriat Zag. En las acciones emprendidas para recuperar dicha posición, intervinieron cinco columnas. Pero, lo más significativo era que la ofensiva rifeña había comprometido toda la línea defensiva desde Zeluán hasta la desembocadura del rio Kert, por lo que se organizó un contraataque mandado por el general Aguilera. El día 27 de diciembre, cinco columnas se pusieron en marcha hacia la desembocadura del Kert. Era necesario obligar al enemigo de Beni Bu Gafar a que retrocediese hasta la desembocadura del rio, donde sería batido por los cañones de la escuadra. Bombardeados por la escuadra, el Mizzián y sus hombres cruzaron el río, refugiándose en el monte Mauro.

Ante estos acontecimientos, las tropas que se habían repatriado a la Península un mes antes tuvieron que regresar a la zona, con lo que, a comienzos de 1912, los combates se fueron trasladando hacia el alto Kert y las tierras llanas situadas al sur de las cabilas sometidas de Beni Sidel y Beni Bu Ifrur. El general Larrea ocupó el 18 de enero Monte Arruit, una posición de un interesante valor estratégico, donde permaneció la brigada Villalón. Los rifeños, ante este desplazamiento de los españoles, reanudaron sus incursiones sobre la orilla derecha del Kert. En marzo, el gobierno español, acepto poner en marcha el plan del general García Aldave, que consistía en cerrar la línea del río Kert.

La jarca de Mizzián, reforzada, cruzó el río el 11 de mayo, atacando a una compañía de ingenieros que reparaba el camino cerca de Tauriat Ahmed. El 13 la columna Navarro salió a su encuentro, pero tuvo que replegarse, dejando un peligroso hueco, por lo que el general García Aldave decidió, el día 15, un contraataque con seis columnas. Berenguer envió a las fuerzas indígenas apoyadas por un batallón de infantería que pusieron en fuga a pequeños grupos enemigos que encontraron en su avance. De repente, un grupo de jinetes salió de un barranco. El que parecía su jefe, increpó a los Regulares para que desertaran, aunque los disparos de un sargento indígena y un cabo peninsular le abatieron. El resto de la partida retrocedió, acababan de perder a su jefe, el Mizzián, caudillo de la resistencia. Entre sus ropas se encontraron un rosario y un Corán.

Tras la muerte de su líder, la agresividad de las cabilas comenzó a remitir, y a pesar de que Hach Amar intentó reforzar su jarca, la sumisión a mediados de julio de las cabilas de Beni Bu Yahi y dela de Mizzián supuso el punto final de la Campaña del río Kert. La Campaña supuso la muerte de 500 españoles y 1.900 heridos.



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Ramón Martín


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