Monasterio de la Trinidad en Valencia
El Real Monasterio de la Santísima
Trinidad fue fundado en el siglo XV, y estuvo habitado por monjas clarisas.
Situado en la margen izquierda del río Turia, extramuros de la ciudad. Se trata de una
fundación medieval de gran importancia y que tuvo una amplia repercusión en la
vida cultural valenciana en los siglos siguientes. Un magnífico ejemplo de la
perfección alcanzada por los arquitectos, canteros y albañiles valencianos a lo
largo del siglo XV, el llamado Siglo de Oro Valenciano.
Las obras se iniciaron en el año 1445 sobre el
emplazamiento de un convento trinitario y su adjunto hospital de San Guillem
del siglo XIII, que había sido fundado en 1246 por Guillem Escrivá, para atender
a pobres y peregrinos; en 1256 fue puesto al cuidado de los trinitarios que
levantaron junto a él un monasterio. El convento empezó a ser conocido como de
San Guillermo de la Santísima Trinidad. Por este antiguo convento trinitario
recibe nombre, el Puente de la Trinidad que cruza el río frente a él,
y también la ya desaparecida Puerta de la Trinidad abierta en las murallas medievales de Valencia en el siglo XIV. El
monasterio fue iniciativa de María de Castilla reina de Aragón, esposa de Alfonso V el Magnánimo, con el que había contraído matrimonio
en la Catedral de Valencia en 1415. La boda fue oficiada por el
Papa Benedicto XIII, luego conocido como Papa Luna.
En 1444 ante los continuos escándalos que se producían en
el monasterio, se había llegado a convertirlo en un burdel, los monjes fueron
expulsados, con lo que la reina instaló en el, la comunidad del Convento de
Santa Clara de Gandía. La primera piedra la puso personalmente la reina el 9 de
julio de 1445 en presencia del obispo auxiliar de Valencia que actuaba en
nombre del obispo titular Alfonso de Borja, futuro Papa Calixto III. No podemos olvidar que la reina María había sido educada en el convento de clarisas
de Tordesillas y sentía especial predilección por esta orden. Ya en 1428 había
fundado en Valencia el monasterio franciscano de Santa María de Jesús, con
esta nueva fundación quiso que fuera la rama femenina de los franciscanos; es
decir las clarisas. En principio las monjas ocuparon las antiguas dependencias,
hasta 1462 cuando pudieron ocupar las nuevas dependencias monacales.
El conjunto monacal consta de iglesia, coro, sacristía,
claustro mayor, sala capitular, refectorio, locutorio, escalera de subida al
claustro, dos patios y un huerto que en la actualidad no se cultiva. Todo el
conjunto muestra una armoniosa continuidad desde el gótico clásico hasta el
renacimiento pleno. Inicialmente estuvo al frente de las obras por el maestro
de obras de la Catedral Antoni Dalmau, hasta 1453 fecha de su
fallecimiento. No sabemos quien se hizo cargo de las obras a su muerte, pero es
bastante probable que fuese el maestro cantero Francesc Baldomar o al menos que
tuviera cierta participación en las obras. Si que se conoce la participación en
las obras del maestro albañil Francesc Martí, alias Biulaygua, aunque
desconocemos el grado de implicación en las obras.
Se entra al conjunto monacal a través de una puerta de
reciente fábrica, que da paso a un pequeño patio interior, donde se encuentra
la fachada lateral de la iglesia, con la portada principal por la que se accede
a la iglesia. Aquí encontramos una estatua que representa a Santa Clara de
Asís. En la pared a la izquierda, encontramos una lápida relativa a Sor
Isabel de Villena. En la plaza podemos encontrar dos alas de un pequeño porche
de arquerías, restos del patio porticado que construyó Sor Isabel de Villena y
que fue arrasado en las guerras napoleónicas. También encontramos abiertos en
el muro de la iglesia dos óculos con tracerías góticas originales.
Por este lado del monasterio, adosado al muro y frente al
río, hay una serie de viviendas o almacenes recientemente restaurados, que en
origen eran las viviendas de los trabajadores que ejercían los distintos
oficios para el monasterio y que lógicamente no podían permanecer en la
clausura. También había viviendas utilizadas para hospedar de manera
provisional a los familiares de las monjas en sus visitas al convento. En la
actualidad algunas de ellas son de propiedad particular y la mayoría permanecen
vacías. Desde esta plaza se accede, por la izquierda, a un corto pasillo
cubierto, que permite el paso a un pequeño patio descubierto donde se encuentra
la entrada a la clausura. A la derecha de este pasillo encontramos una
puerta que da acceso al locutorio. Una pequeña estancia que se cubre
con bóveda de arista en piedra, y en la que a través de una
verja permite la comunicación verbal entre monjas y visitantes.
Ya en el segundo patio, a nuestra derecha, la puerta que
accede al torno y junto a ella una ventana. Conjunto enmarcado por
un gran arco en la actualidad ciego. Hoy día la entrada a la clausura
se realiza a través de un gran arco escarzano situado a nuestro
frente y que recibe el nombre de entrada de carros. En el centro del patio una
decorativa alberca refresca y ameniza el lugar. La pequeña escalera situada
al fondo pertenece a la entrada a la clausura del convento. La primera abadesa
del nuevo monasterio fue Violante Despuig que a su vez ya lo era del convento
gandiense de donde procedía. Fallecida en 1461 le sucedió Isabel de Solsona que
murió inmediatamente, siendo elegida como tercera abadesa Leonor de Villena,
que fue abadesa entre 1463 y 1490, célebre humanista y figura señera de las
letras valencianas y autora de la «Vita
Christi» compendio feminista del renacimiento, publicada en 1497 bajo la
protección de la reina Isabel la Católica, gran conocedora de la
obra de esta monja-escritora. Sor Isabel de Villena acabó y enriqueció la
fábrica del monasterio. Durante su abaciado pavimentó el suelo de la iglesia,
construyó el claustro mayor, los dormitorios, la cocina, la lavandería y demás
dependencias. Este se convirtió en un foco de cultura vinculado a la Universidad Literaria, siendo uno de los grandes focos culturales
de la Valencia del siglo XV y de toda la Corona de Aragón.
Elionor Manuel de Villena, conocida como Sor
Isabel de Villena, profesó en el Monasterio de la Trinidad en 1445 y llegó a
ser abadesa del mismo en 1463 siéndolo hasta su muerte, acaecida en la epidemia
de peste de 1490. Era hija ilegitima de Enrique de Villena. Además de estar
considerada como una escritora de primera línea y la primera en lengua
valenciana, está a la altura de Ausias March, Joanot Martorell y otros escritores del siglo XV conocido como
el siglo de oro valenciano. Fue una mujer adelantada a su tiempo que
contrastaba con la habitual misoginia de la cultura medieval.
María de Castilla, reina de Aragón, pasaba muchas horas entre los
muros de este monasterio mientras su marido Alfonso V andaba de conquistas tanto femeninas como
militares por Nápoles. Era hija del rey Enrique III de Castilla y de su esposa Catalina de Lancaster. Alfonso V y María de Castilla estuvieron más de veinte años sin verse, por lo
que no tuvieron hijos. El rey marchó a Nápoles en 1433 y nunca más volvió a
territorio hispano. Su esposa María quedó como regente del reino y estableció su
corte en el Palacio del Real de Valencia, muy cerca del monasterio.
Aunque el monasterio de la Trinidad se convirtió en el convento de las damas
nobles valencianas; la clausura no impidió que la comunidad mantuviera contacto
con personalidades, al tiempo que mantuvo estrechas relaciones con el Colegio
del Corpus Christi y la Universidad, que tenía su capilla Nuestra Señora de la Sapiencia,
patrona de la Universidad.
Un Siglo de Oro en el que serán elegidos Papas, dos
Arzobispos de Valencia, ambos de la poderosa familia de los Borja, Alfonso
y Rodrigo
con los nombres de Calixto III y Alejandro VI. También con brillantes campañas
capitaneadas por Roger de Lauria y Roger de Flor, que culminaron con
la incorporación de Nápoles a la Corona de Aragón. . El Siglo de Oro estuvo estrechamente
relacionado con este edificio, que se alza "a
la vora del riu", en el que las monjas clarisas cumplían clausura, conservando
los secretos que guardan sus corredores, estancias, claustros, celdas y archivos
y en el que se especula podrían encontrarse los restos de ese otro valenciano
ilustre que fue don Luis de Santángel, banquero de los Reyes Católicos que financió
el viaje en el que Cristóbal Colón descubrió América.
DESCRIPCIÓN
El acceso a la iglesia se realiza, desde la plaza, por el
lado de la epístola. En la fachada se abren tres accesos siendo el principal de
estilo gótico flamígero, enmarcado por un arco conopial flanqueado por
pináculos. En el tímpano hay una copia de un tondo atribuido a Benedetto
Buglioni, o a Luca della Robbia, cuyo original realizado en mayólica (barro
cocido) se encuentra desde 1940 en el Museo Nacional de Cerámica González
Martí. . Los otros dos accesos son de menor tamaño y se sitúan más próximos a
la cabecera. La más pequeña permite el acceso desde el exterior a la conocida
como tribuna de la Reina.
La iglesia situada al sur del claustro, es de una sola nave,
con capillas entre contrafuertes y cabecera poligonal. Al parecer, la iglesia
fue el primer edificio que se levantó, junto con la tumba de la reina María de Castilla. La cubierta de la iglesia se desarrolla con
bóvedas de crucería de sillería. Tanto los nervios como las claves de
los distintos tramos se encontraban policromados. La clave principal del
presbiterio representa a la Santísima Trinidad mientras que las
claves del resto de la nave representan la faz de Cristo. Entre 1695 y
1700 bajo la estructura gótica, la iglesia fue revestida con decoración de
estilo barroco con bóvedas tabicadas de medio cañón con lunetos en la nave, y
bóvedas muy rebajadas en las capillas laterales para dar cabida a las tribunas
que tienen su acceso desde el coro alto. Por tanto, sobre la bóveda barroca se
encuentra la bóveda gótica todavía intacta. La bóveda de medio cañón apoya en
cinco arcos fajones decorados con florones. Las capillas laterales se abren a
la nave principal mediante arcos formeros de medio punto. En la parte superior
de cada arco podemos ver las celosías que cierran las tribunas-oratorios antes
indicadas.
El interior del templo es amplio y decorado con
ornamentación barroca de fines del siglo XVII. Lo forman medallones adornados
con follajes y angelotes esculpidos en yeso. La iluminación se realiza a través
de cinco vanos por lado, abiertos en los lunetos de la bóveda. La bóveda apoya
en un arquitrabe y este a su vez sobre pilastras adosadas con basamentos de
piedra pulida. Los capiteles de las pilastras son de orden compuesto. El
Retablo Mayor es muy sencillo, de estuco, realizado en estilo neoclásico en el
siglo XIX, en su centro un lienzo bocaporte con una representación de la
Santísima Trinidad. El anterior Retablo Mayor fue destruido en la guerra de la
independencia de 1808. A ambos lados del presbiterio se abren dos
magníficas portadas barrocas policromadas, una de ellas con el escudo
de la reina María de Castilla. Al lado de la cabecera se encuentran las
sacristías. Desde la sobresacristía del lado de la epístola, la reina María, escuchaba los oficios divinos.
Dispone de dos coros situados a los pies del templo.
El coro bajo es una pieza
de crucería gótica, amueblada y enriquecida en el siglo XVII por la condesa de
la Puebla del Maestre. En la clave central observamos el escudo
policromado de sor Isabel de Villena. La sala que permite a las monjas seguir
el desarrollo de la eucaristía, se ha habilitado parcialmente como un pequeño
museo. Tiene su entrada desde el claustro sin comunicación con el exterior
salvo la reja de hierro que lo separa de la iglesia. Bajo el suelo del coro se
encuentra la cripta, lugar de descanso de las monjas a lo largo del tiempo, en
la actualidad cerrada, ya que fue saqueado por los franceses en la Guerra de la
Independencia.
El coro alto
lo ocupa dos tramos de la nave barroca de la iglesia, decorado con numerosos
cuadros y da acceso al archivo y actual sala capitular de estilo isabelino.
Junto a este encontramos la caja del órgano, no ya el mismo que fue
destruido en la guerra.
La iglesia dispone de cuatro capillas laterales por lado:
en el lado del evangelio comenzando por la cabecera, encontramos:
Capilla de la Virgen del Rosario (antes de San Miguel
Arcángel). La escultura es de Francisco Pablo Panach, realizada en 1944. En el
suelo se encuentra la cripta de los Santángel, aunque no se sabe con seguridad,
si Luis Santángel llegó a estar enterrado en ella.
Capilla de San Francisco de Asís (antes de La Piedad).
Capilla de San José con escultura de José Romero Tena. Anteriormente
dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles. Esta capilla fue reservada por la
comunidad como lugar de enterramiento de la familia Escrivá, fundadores del
Hospital y Convento Trinitario en el siglo XIII, aunque por diversas cuestiones,
esta familia no figura enterrada en la capilla. En esta capilla se encuentra la
puerta de acceso al claustro desde el interior de la iglesia.
Capilla de la Virgen de la Consolación de Corcolilla con escultura de
Vicente Rodilla. Antes la capilla estuvo bajo la advocación de los Santos Reyes
y mucho antes a la Magdalena.
En el lado de la epístola comenzando por la cabecera
encontramos las siguientes capillas:
Capilla de la Virgen de los Desamparados (antes de San Antón y
Santa Lucía).
Capilla de la Virgen del Refugio, antes de Santa Ana.
Conserva una tabla pintada al óleo probablemente de origen bohemio.
En el siguiente hueco
encontramos la entrada a la iglesia desde el patio y sobre la puerta la caja
del órgano.
Capilla del Santo Cristo, antes de la Virgen de las Nieves y más
tarde de la Virgen de los Desamparados.
El claustro es de estilo gótico, de finales del siglo XV
y su belleza se debe sobre todo a la perfecta armonía de sus líneas y a la gran
calidad de la talla de la piedra. El claustro mayor ordena el conjunto y se
configura en dos plantas. El claustro bajo se desarrolla mediante arcos
apuntados, ocho en los lados mayores y siete en los menores, separados por unas
potentes pilastras que al interior del jardín apoyan en contrafuertes. Las
galerías están cubiertas con bóvedas de crucería simple realizadas en sillería
a excepción de la plementería que lo es en ladrillo. Los nervios de la bóveda
apoyan directamente en el muro sin ayuda de ménsulas. El claustro alto se
desarrolla a modo de pórtico o mirador, cubierto con techumbre de madera y
sustentado por columnas ochavadas de piedra.
Tres veces ha sido abierta la tumba de María de Castilla, la primera en 1587, la segunda en 1760 y la
tercera en 1957 en ocasión de los daños sufridos por el monasterio en la riada
del Turia de octubre de 1957. En todas ellas se constató que los restos de la
reina seguían en su interior y en esta última ocasión se le volvió a vestir con
hábito nuevo de la orden y vuelta a poner en un ataúd nuevo de madera. Junto al
sepulcro, encontramos una pequeña sala que hace de sacristía, por la que
se accede al sepulcro real, aunque se encuentra tabicada, razón por la cual, los
franceses no pudieron abrir el sepulcro y los restos se encuentren intactos.
En la galería oeste del claustro se encuentra el
refectorio del siglo XV. De planta rectangular, está dividido por cinco
tramos mediante arcos fajones que separan las bóvedas de crucería con
plementería de ladrillo que cubren la estancia. Los nervios apoyan en ménsulas
adosadas a los muros. Las claves de la bóveda están decoradas con el anagrama
de Cristo JHS. En uno de sus muros vemos un Cristo Crucificado de
moderna realización. El acceso al refectorio se realiza a través de una portada
formada por un arco de medio punto realizado en sillería. En su
interior podemos ver el púlpito de lectura desde el cual las monjas escuchaban
pasajes de los Evangelios, mientras comían. Junto al refectorio se encuentra la
cocina, a la que se entrada a través de un vano realizado en esviaje en el muro
del claustro. Este tipo de entradas en esviaje es bastante propio del maestro
cantero Francesc Baldomar, por lo que se considera que esta puerta sea atribuible
a él. Junto a esta entrada, pero ya en el ala norte del claustro,
encontramos una capilla o altar abierto en el muro con un panel
cerámico representando a la Santísima Trinidad.
En la panda este
se encuentra la sala capitular, de planta cuadrangular, cubierta con bóveda de
crucería rebajada y plementería de ladrillo. En la clave de la bóveda vemos
representado el rostro de Cristo.
Los dormitorios se encuentran en las crujías norte y
oeste del piso superior, conservando una de ellas la cubierta gótica original.
En la intersección de ambas se encuentra la capilla de la Virgen de la Vela de
planta cuadrada. La Virgen de la Vela es un icono de filiación oriental fechado
a mediados del siglo XV en Siena. Recibe el nombre de la Vela, porque está
situado junto a los dormitorios de las monjas y vela el sueño de las mismas.
Fue regalo de la reina fundadora. En origen los dormitorios eran dos grandes
salas comunes, pero en época reciente se convirtieron en celdas individuales.
En la panda sur
pegada al costado de la iglesia, encontramos uno de los elementos más
originales del monasterio, se trata de la escalera que da paso al claustro
alto. La escalera es de directriz recta y abovedada, el tramo de ascenso se
cubre con bóveda de medio cañón inclinada (decenda de cava), mientras que al llegar
a la meseta superior esta lo hace con bóveda de arista. La escalera es un portento
del arte del corte de la piedra y marca con diferencia el grado de perfección
al que habían llegado los maestros picapedreros valencianos del siglo XV.
Además del piso alto del claustro, la escalera permite el acceso al coro alto
de la iglesia y a la nueva sala capitular. En esta obra se ha querido ver
nuevamente la mano del maestro cantero Francesc Baldomar.
A los pies de la iglesia, se encuentra el campanario. De
pequeñas dimensiones apenas sobresale por encima del edificio. Más parece una
espadaña que una verdadera torre. En su interior se alojan tres campanas que
llevan por nombre: Amparito (ca.1975), Santa Bárbara (1816) y "Sant
Miquel" (1816).
A lo largo del siglo XVII el monasterio fue enriquecido por
las donaciones de María de Corella y Mendoza, Condesa de la Puebla, fallecida
en 1659 era por matrimonio, condesa de la Puebla del Maestre. Su esposo fue
Alonso de Cardenas y Carrillo III conde de la Puebla del Maestre. Su hija
Brianda de Cardenas y su nieta Guiomar de Corella y Cardenas, fueron enterradas
en el coro bajo junto con la misma. María de Corella y Mendoza, que se retiró
al Monasterio donde quiso hacer una vida plácida y tranquila junto a sus hijos
fallecidos y allí enterrados.
El convento fue abandonado en la Guerra de Sucesión y
sufrió el expolio en la Guerra de la Independencia con la ocupación del
monasterio por las tropas francesas que saquearon la iglesia y sus dependencias.
La desamortización de 1836, la Guerra Civil de 1936 y la riada de 1957 fueron
otros momentos difíciles para la comunidad con graves pérdidas en su patrimonio
mueble. Pese a todo el edificio sigue siendo un rico depósito de obras
artísticas reflejo de la historia de la ciudad.
Fuentes:
- J. Diez
Arnal, WikipediA
Imágenes:
- J. Diez
Arnal, WikipediA
Ramón Martín
Comentarios
Publicar un comentario