José I Bonaparte, rey de España desde 1808 a 1813
José Bonaparte nació en Corte (Córcega), el 7 de enero de 1768, era hijo primogénito de Carlos María de Bonaparte y Letizia Ramolino. Estudio leyes en Pisa Italia y en 1796 formó parte de una comisión para misiones diplomáticas en Italia, fue después diplomático, primero en la corte de Parma y después en Roma, durante la I República francesa. Fue miembro del Consejo de los Quinientos, el órgano legislativo inferior en la época del Directorio, en 1798. Contribuyó a la preparación del golpe de Estado dado por su hermano, Napoleón, el 9 de noviembre de 1799.
Contrajo matrimonio con Julia Clary, y fue padre de Zenaida Leticia Julia Bonaparte y Carlota Napoleón Bonaparte. Durante las Guerras Napoleónicas, actuó como enviado de su hermano y firmó tratados con Estados Unidos, Austria, Gran Bretaña y el Vaticano. En 1806, Napoleón le nombró rey de Nápoles, en donde reinó hasta 1808, fecha en la que su hermano le concedió el trono de España, tras las abdicaciones de Bayona y proclamó al general Murat, que estaba al frente de las tropas francesas en España, como rey de Nápoles.
Julia Clary nunca pisó tierra española, permaneció en París defendiendo los intereses de su esposo ante Napoleón. El 7 de julio de 1808 fue nombrado rey de España y de las Indias, en pleno estallido de la Guerra de la Independencia. Reinó como José I y su reinado se desarrolló buscando el apoyo político de los grupos de ilustrados españoles, cuyos miembros eran los denominados afrancesados sin lograr hacer triunfar el programa reformista de su gobierno, basado en la Constitución de Bayona.
Cuando llegó a Madrid, España se encontraba sublevada a causa del motín del 2 de mayo, y apenas tuvo tiempo de instalarse, pues tuvo de marchar presuroso ante la derrota francesa en la Batalla de Bailén. Tras la intervención del propio Napoleón, con el grueso del ejército francés, pudo establecer su gobierno en la capital del reino.
Nunca fue del agrado popular influenciado por los poderes eclesiásticos que veían con malos ojos las reformas liberales e ilustradas planteadas por su gobierno, llegando incluso a llamarle despectivamente con el mote de Pepe Botella o el de Pepe Plazuelas. También hemos que tener en cuenta las dificultades financieras ya que los ingresos eran desviados a la financiación de la maquinaria militar francesa. No se sabe con certeza cuál es el origen de tal apodo de Pepe Botella. Ya que nunca fue aficionado a la bebida. Parece ser que el origen del mote estaría en un acontecimiento ocurrido a su llegada a España. El vino para el abastecimiento del convoy que le acompañaba fue robado en las cercanías de Calahorra por lo que el Bonaparte ordenó que se requisase en dicha población una importante partida de vino. Este podría ser el germen de la leyenda.
También se especula que la causa fue uno de sus primeros decretos, sobre tributos de naipes y alcohol, el que produjo el efecto por al que el pueblo lo tildo de borracho y un juerguista jugador. Entre las innumerables coplillas despectivas que corrían por Madrid alusivas a su persona mencionamos la siguiente:
Pepe Botella
baja al despacho
no puedo bajar
que estoy borracho.
Aunque en realidad fue un hombre de costumbres moderadas.
Otro de sus motes fue Pepe Plazuelas o Rey Plazuelas debido a su política constructiva en la ciudad de Madrid, encaminada a hacer de la capital una ciudad de perfecto diseño urbanístico. Mando construir muchas plazas en la capital, principalmente derribando iglesias y conventos. La más importante fue la remodelación de la Plaza de Oriente enfrente del Palacio Real.
En diciembre de 1809 anuncio la fundación de un museo de Bellas Artes, bajo la denominación de Museo Josefino pretendía equiparar Madrid con otras capitales europeas que contaban con museos reales abiertos al público. Uno de sus intentos fue ubicarlo en el Palacio de Buenavista y para tal fin ordenó realizar la gran escalinata que cae hacia la calle Alcalá. El museo como tal no llegó a fundarse; fue su sucesor en el trono español, Fernando VII quien abordó su creación y lo inauguró en 1819 como Museo del Prado.
En enero de 1810 dirigió personalmente la campaña de Andalucía. En 1811 quiso abdicar, pero en contrapartida su hermano le nombró generalísimo de todo el ejército de España. En 1812, al constituirse las Cortes de Cádiz, intentó infructuosamente alcanzar un acuerdo con ellas. Sin embargo, las derrotas francesas del 22 de julio de 1812 en la Batalla de Arapiles, y empujado por el avance del general Wellington, decidió trasladarse a Vitoria donde sufre una nueva derrota el 13 de junio de 1813, abandonando su famoso equipaje formado por joyas de la corona y obras de arte.
En diciembre de 1813, se firmaba el Tratado de Valençay, por el que Napoleón reconocía a Fernando VII rey de España. El 13 de marzo de 1814 Fernando VII partía para España mientras José I Bonaparte regresaba a Francia
En 1815, tras la derrota definitiva de Napoleón, emigró a Estados Unidos, donde permaneció hasta 1832. Regresó a Europa y tras una breve permanencia en Inglaterra, falleció el 28 de julio de 1844 en Florencia, pero fue enterrado en París tras reclamar Napoleón III que fuera sepultado a la derecha de su hermano Napoleón en Les Invalides.
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