Batalla de Vitoria de 1813
La batalla de Vitoria tuvo
lugar el 21 de junio de 1813, dentro del marco de la Guerra de
Independencia Española, cuando un contingente de tropas españolas, británicas y
portuguesas al mando del general Arthur Wellesley, futuro duque de Wellington se enfrentaron a
tropas francesas que escoltaban en la huida a José Bonaparte hacia Vitoria.
Como consecuencia de la
victoria obtenida por el combinado se aceleró la expulsión de las fuerzas
francesas del territorio español, con la única excepción de Cataluña. De manera
que fue trasladándose la etapa final de la guerra hacia el territorio francés.
En julio de 1812, casi
un año antes de la batalla de Vitoria, los franceses se vieron forzados a
evacuar Madrid después de su derrota en la Batalla de Los Arapiles. Las tropas de Wellington entraron a Madrid el 12 de
agosto, viéndose obligadas a retirarse el 21 de octubre. El invierno siguiente,
Wellington, lo pasó reorganizando sus
fuerzas, en contraste con Napoleón, que tuvo que retirar de
España a muchas de sus tropas para poder reconstruir su ejército tras la desastrosa
invasión de Rusia.
En 1813, ante el avance
del ejército aliado, José Bonaparte trasladó su cuartel
general a Miranda de Ebro, concentrando sus fuerzas en torno a Vitoria. El
campo de batalla se estableció en los alrededores del río Zandorra. El ejército
francés estaba mandado por José Bonaparte en persona y los
generales Jean-Baptiste Jourdan y Honoré Gazan; y contaba con unos 58.000
hombres y 153 cañones divididos entre la Armée du Midi, la Armée du Centre
(dirigido por el conde D’Erlon), y la Guardia Real, que, junto a la mayor parte
de la caballería francesa, se mantuvieron en reserva al oeste de Vitoria. Por
su parte, el ejército aliado se estaba al mando de los generales Arthur Wellesley, Thomas Graham,
Rowland Hill, George Ramsay, Miguel Ricardo de Álava, Francisco de Longa,
Francisco da Silveira y Luis do Rego Barreto; que disponían de unos 80.000
hombres (50.000 británicos, 16.000 portugueses y 8.000 españoles, estos últimos
al mando del general Girón) y 90 cañones.
Las fuerzas aliadas
fueron divididas en cuatro columnas, encaminadas hacia los puntos clave del
despliegue imperial. En la mañana del 21 de junio, el general británico Rowland
Hill envió la división que estaba a cargo de Morillo, para que se abriese paso
hacia los Altos de la Puebla, mientras que la Segunda División se comenzó a
desplegarse a la izquierda de la estrecha llanura al sur del río Zandorra. Observado
este movimiento por el general francés Honoré Gazan envió a las fuerzas de
Maransin para que expulsaran a Morillo de los Altos. Mientras se desarrollaba
esta maniobra, Gazan, pudo observar como la columna de Wellington se trasladaba al norte del
río, desde donde podrían girar contra su flanco derecho. Gazan solicitó
refuerzos a Jourdan, quien obsesionado con la seguridad de su flanco izquierdo,
rechazó la solicitud.
Ante los ataques franceses,
las fuerzas angloespañolas lograron mantenerse firmes en sus posiciones. Al
medio día, la columna británica de Graham se presentó en el camino de Bilbao,
con lo que, el francés Jourdan vio que se encontraba en peligro de ser rodeado,
ordenando a Gazan retroceder hacia Vitoria. En vista de lo cual, Graham atacó al
ala derecha imperial, que estaba al mando de Reille, pero no pudo traspasar el
Zadorra a pesar de los esfuerzos de sus hombres. Mientras tanto, al este, las
tropas de la Sexta División española a cargo de Francisco de Longa atacaron y
tomaron Gamarra Menor, continuando hasta Durana, dominando el Camino Real que
conectaba con Bayona, con lo que se cortaba toda posibilidad de una retirada
francesa.
Gamarra Mayor fue
atacada por la Quinta División angloportuguesa. Después de una serie de
combates, la Tercera División al mando del teniente general Thomas Picton
rompió el centro francés, destrozando las defensas napoleónicas, mientras la
Cuarta División bajo el mando del británico Cole cruzó el río más al oeste. Los
franceses, con Gazan en el flanco izquierdo y d’Erlon en el flanco derecho,
intentaron mantener la posición en la villa de Arinez, pero pronto tuvieron que
ceder ante el empuje de las divisiones: Tercera, Cuarta, Séptima y Light
formadas en línea. Los franceses retrocedieron hacia la cresta de Zuazo,
cubiertos por su artillería, pero esta posición también sucumbió, esta vez ante
el ataque de Wellington, con lo que, la moral
francesa se vino abajo; iniciando los soldados de Gazan y d’Erlon, una huida
desesperada hacia la frontera dejando atrás armamento y artillería. José Bonaparte se vio obligado a huir
de la zona a caballo, abandonando un cuantioso botín que procedía del saqueo al
patrimonio español. Este botín sería luego saqueado por los soldados
británicos, lo que despertó la rabia de Wellington.
Los franceses tuvieron
alrededor de 8.000 bajas entre muertos, heridos y prisioneros, mientras que los
aliados tuvieron alrededor de 5.000. La victoria de los aliados en la Batalla
de Vitoria produjo la expulsión de las fuerzas napoleónicas del territorio
español, dando por terminada la etapa militar de la Guerra de
Independencia Española dentro de nuestro territorio. Para diciembre las fuerzas
aliadas se reagruparon, procediendo a ocupar San Sebastián y Pamplona. Los
últimos enfrentamientos de la guerra se trasladaron a Francia. En diciembre de
1813 Francia y España firmaron el Tratado de Valençay por el que el Napoleón I ofreció la paz y reconoció a
Fernando VII como rey de España. Sin
embargo, el tratado no llegó a entrar en vigor debido a que las Cortes y la
Regencia en Madrid no lo aceptaron. Ya con la guerra perdida para los
franceses, Napoleón liberó a Fernando VII y permitió su regreso a
España en marzo de 1814.
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