Alfonso IV el Benigno, rey de Aragón, Valencia, Cerdeña y Córcega y conde de Barcelona desde el 1327 al 1336
Alfonso IV
de Aragón, el Benigno, es posible que naciera en Nápoles en 1299. Fue rey de
Aragón, de Valencia (como Alfonso II), de Cerdeña, de Córcega y conde de Barcelona (como Alfonso
III), entre 1327 y 1336. Segundo hijo de Jaime II el Justo de Aragón y de su segunda
esposa, Blanca de Anjou.
Durante el
reinado de su padre, lideró la expedición aragonesa que tomó la isla de Cerdeña,
que había sido adjudicada al rey de Aragón por el Papa en el tratado de Anagni.
Por la conquista de Cerdeña entró en conflicto con Pisa y Génova ya que ambas
ciudades italianas tenían posesiones e intereses comerciales en ella. Ante la fuerte
resistencia no pudo tomar Cagliari antes de un año. Al regreso de su conquista puso
la primera piedra del templo de Santa María del Mar en Barcelona.
Accedió al
trono en 1327 tras la muerte de su padre y la renuncia de su
hermano Jaime, heredero al trono, quién prefirió entrar en un convento como
monje. Hacía solo cinco días que había enviudado de su primera esposa, Teresa de Entenza, cuando falleció el rey. Alfonso juró en primer lugar los Usatges de
Cataluña y fue reconocido por sus súbditos como conde de Barcelona en el día de
Navidad de 1327. El domingo de Pascua de 1328, fue coronado como rey de Aragón
en Zaragoza con gran solemnidad.
Durante su
reinado se manifestaron los primeros signos de una fuerte crisis demográfica, sobre
todo en Cataluña, que se extendería desde mediados del siglo XIV hasta finales
del XV, principalmente por la Peste Negra. El año 1333 fue llamado “lo mal any primer” (el mal primer año),
ya que hizo su aparición una fuerte hambruna debido a la escasez de trigo,
resultado de las malas cosechas y, sobre todo, del bloqueo efectuado por la
flota genovesa que impedía la llegada de trigo procedente de Cerdeña y Sicilia.
La hambruna afectó tanto a las zonas rurales como a las ciudades; se calcula
que la ciudad de Barcelona perdió unos 10.000 habitantes.
En el Reino
de Valencia continuaron las luchas por los repartos de beneficios de la
explotación de los poderes de justicia ejercidos por los señores sobre los
vasallos y entre los partidarios del fuero de Aragón y el de Valencia, ya que
coexistían ambos, usando el de Aragón los nobles de origen aragonés. Estos
enfrentamientos terminan en 1328–1329, momento en el que Alfonso promulga la
jurisdicción alfonsina, en la que se retocaba el fuero valenciano y en el que
se tendía a hacerlo más señorial, proliferando los señores aún sin ser de
origen noble, hecho que propició que muchos nobles aceptaron el fuero de
Valencia entre 1329 y 1330.
Como
consecuencia de su segundo matrimonio con Leonor de Castilla, tras las
presiones de su esposa, Alfonso decidió en 1332 que los hijos de esta unión
obtuvieran posesiones en las regiones fronterizas de la Corona, sobre todo en
el Reino de Valencia, separando de su jurisdicción las ciudades más importantes
del reino que pasaran a su hijo Fernando como feudo propio. Así en 1333 donó a Fernando
los señoríos y villas de Játiva, Alcira, Morvedre, Sagunto, Alicante, Morella,
Castellón y Burriana, infringiendo las promesas hechas en 1329 y 1330 ante las
Cortes. Esto posibilitaba un fraccionamiento del reino, a lo que se opusieron los
valencianos y el heredero e hijo del primer matrimonio Pedro. En el año 1333
los jurados de la ciudad de Valencia encabezados por el “jurat en cap”, Francisco de Vinatea amonestaron al rey, éste, que
se encontraba en la ciudad con el resto de la Corte, no tuvo más remedio que
ceder ante la presión de sus súbditos, que le hicieron saber que antes morirían
que consentirían estas donaciones contrarias a los fueros y privilegios del
reino, y reafirmó la ordenanza de su padre que declaraba indivisible el reino.
Siguió con
la política de su padre de realizar enlaces matrimoniales entre la casa real y
los barones para intentar disminuir el poder de éstos últimos. En cuanto al
trato que dio a los musulmanes, éste fue más tolerante que el que dio su padre
y el que darían sus sucesores. Intentó promover la cultura y dar estabilidad a
las universidades. En 1328 se comprometió a dar un salario justo a los
profesores, que no se produjo nunca, y a dotar de cuatro nuevas aulas para el estudió
del derecho en la Universidad de Lérida.
Las
relaciones con el Reino de Castilla y su monarca Alfonso XI fueron buenas,
reinando la amistad entre ambos. De hecho, ya rey y viudo de Teresa de Entenza,
el monarca castellano le ofreció a su hermana Leonor en matrimonio. Esta
alianza matrimonial buscaba la ayuda aragonesa, para que las naves aragonesas bloquearan
el estrecho, para impedir el paso de tropas musulmanas. Alfonso intentó llevar
a cabo una cruzada contra el reino de Granada que Alfonso XI de Castilla no
secundó, ya que éste tenía buenas relaciones con el reino granadino hasta el
punto de conseguir su vasallaje en 1331. Alfonso inició la cruzada contra
Granada el año 1329 y en 1331 el reino musulmán atacó el sur del Reino de Valencia,
tomando Orihuela y Elche, que fueron recuperadas. Entre 1330 y 1333 se intentó
la conquista de Almería pero la tentativa acabó en fracaso y finalmente se
firmó la paz en 1335. En 1329 firmó tratados de alianza en términos económicos
con los sultanes de Bugía y Túnez.
Tuvo que
sofocar una rebelión en Cerdeña debido a la mala gestión de los administradores
catalanes. El dominio se reforzó con la instauración del feudalismo, la colonización
y la fundación de la ciudad de Bonaire. Los rebeldes sardos contaban con el
apoyo de la República Ligur (Génova) con el objetivo de tomar la isla y en menor
medida de Pisa. La guerra contra Génova se prolongó entre 1329 y 1336, año en
el que murió Alfonso y se consiguió una paz precaria pero que por el momento
aseguraba la posesión de la isla. El conflicto se prolongaría hasta bien entrado
el siglo XV y en él se disputaban Génova y la Corona aragonesa, especialmente
Barcelona, el dominio del comercio en el oeste del Mediterráneo, así como la posesión
de la isla. La ciudad de Sassari, clave para el dominio de Cerdeña, se rebeló
en tres ocasiones desde que fuera tomada por Alfonso en 1323, aunque fue tomada
de nuevo, lo mismo que Cáller. Alfonso promovió la repoblación de Cerdeña por
parte de gentes procedentes de la península entre 1329 y 1330.
Se casó en
primeras nupcias con Teresa de Entenza en la catedral de Lérida el 10 de
septiembre de 1314. Teresa era la heredera del condado de Urgel, último condado
catalán independiente de la Corona. En su testamento otorgado el 23 de octubre
de 1327, Teresa estipuló que el condado lo heredaría su hijo Sancho, y si este
muriese sin descendientes, pasaría a su hijo Jaime I de Urgel, por lo que el
condado no llegó a formar parte de los dominios reales. De este matrimonio
nacieron:
-Alfonso
(1315-1317). Muerto en la infancia y sepultado en la Iglesia de Santa María de
Almatar de Balaguer. Algunas fuentes señalan que posteriormente el sepulcro con
los restos del infante fue trasladado al Convento de Santo Domingo de Balaguer,
donde sería destruido durante la Guerra de Sucesión Española.
-Constanza
de Aragón y Entenza (1318-1346), esposa de Jaime III de Mallorca.
-Pedro IV el Ceremonioso (1319-1387), sepultado en el Monasterio de Poblet.
-Jaime I
(1320-1347), conde de Urgel, quién también heredó de su madre Entenza,
Antillón, Agér, Alcolea de Cinca, y otros señoríos.
-Isabel (1323–1327),
sepultada junto a su madre y su hermano Sancho en el desaparecido Convento de
San Francisco de Zaragoza.
-Fadrique
(1325-?) que murió muy joven y está sepultado el Altar Mayor de la Catedral de
Barcelona en un sepulcro compartido con su hermano Jaime y con el rey Alfonso III de Aragón.
-Sancho
(1326-1327), sepultado junto a su madre y su hermana Isabel en el desaparecido
Convento de San Francisco de Zaragoza.
En segundas
nupcias casó con Leonor de Castilla, hija de Fernando IV de Castilla en la
Iglesia de San Francisco de Tarazona, el día 5 de febrero de 1329. Leonor había
sido la prometida del heredero y hermano mayor de Alfonso, el infante Jaime,
con lo que éste matrimonio venía a normalizar las relaciones con el reino de
Castilla tras el desaire recibido por parte de los aragoneses. Fruto de este matrimonio
nacieron:
-Fernando de
Aragón y Castilla, marqués de Tortosa (1329-1363), contrajo matrimonio con la
infanta María, hija del rey Pedro I de Portugal. Fue asesinado en Burriana por
orden de su hermano Pedro IV el Ceremonioso.
-Juan de
Aragón y Castilla, esposo de Isabel Núñez de Lara y mandado a asesinar por su
primo Pedro I de Castilla.
Alfonso IV,
murió en Barcelona el 27 de enero de 1336. Los reinos de Aragón, Valencia y
Cerdeña, así como el Condado de Barcelona y los otros territorios supeditados a
éste fueron heredados por su segundo hijo, Pedro, mientras que las posesiones
de su primera esposa, el condado de Urgel y los señoríos de Entenza y Antillón
fueron heredadas por su tercer hijo Jaime. Dos meses antes de su muerte, cuando
ya había enfermado, su esposa y los dos infantes del segundo matrimonio huyeron
a Castilla ayudados por Pedro de Jérica, temiendo las represalias del heredero Pedro.
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