Pedro I el Justiciero o el Cruel, rey de Castilla desde 1350 a 1366

    Es Pedro I el sexto rey de Castilla y de León, sus partidarios le llamaron y le siguen llamando el Justiciero, mientras que sus detractores le conocen como el Cruel. Era hijo de Alfonso XI y doña María de Portugal. Nació en Burgos en 1334 y moriría trágicamente en Montiel en 1369. En 1350 sucedió a su padre, cuando apenas contaba 16 años, siendo proclamado en Sevilla donde se hallaba con su madre doña María. Apenas ocupar el trono, tuvo que vencer una rebelión de su hermano bastardo, Enrique de Trastámara que se había apoderado de Algeciras; pero no sería ese el único problema, también tuvo que hacer frente a la fomentada en Vizcaya por, Garcilaso y otros nobles, haciendo dar muerte a aquel y a los principales jefes. 

    Reunió cortes en Valladolid, en las cuales se arregló un ordenamiento para labradores y menestrales, se reconoció de nuevo y se publicó el ordenamiento de Alcalá hecho por Alfonso XI, y se acordó que los procuradores de Toledo tuvieran el privilegio de hablar antes que los de Burgos. 

    Tuvo que sofocar nuevas rebeliones de sus hermanos Enrique y Tello, así como la de Alfonso Fernández Coronel, que se alzó en Aguilar, y a quien mandó dar muerte.

    En 1353, casó con Blanca de Borbón, sobrina del rey de Francia, Juan II, a la que abandonó el mismo día de la boda, para volver con María de Padilla, su amante y de quien tenía ya hijos. Poco tiempo después se enamoró de doña Juana de Castro obligando, mediante coacción, a dos obispos a declarar roto su matrimonio con Blanca de Borbón, y se hizo casar con Juana de Castro, aunque también la dejó al poco tiempo. 

    La reina madre, doña María, en un intento de poner orden a estos desórdenes, se unió al partido de los descontentos, e hizo que todos se declarasen a favor de la reina Blanca de Borbón, llamó al rey a Toro, hizo prender a sus favoritos y a él le detuvo también casi prisionero. Pero Pedro logró escapar, expulsó de Toro a sus hermanos, dando muerte a muchos de sus partidarios, trasladó a Blanca desde Toledo, donde la tenía presa, a Sigüenza, Jerez y Medina-Sidonia, donde la hizo dar muerte en 1361. 

    Venció y dio muerte al rey moro de Granada, Abusaid el Bermejo, restableciendo en el trono a Muhammad V, destronado por aquel. Enrique de Trastámara, regresó de Francia, a donde había ido a buscar auxilios, haciéndose proclamar rey de Castilla, en la ciudad de Burgos, reuniendo a otras muchas ciudades a su partido.

    Pedro se vio obligado a refugiarse en Bayona, dominio entonces de Inglaterra, desde donde volvió, poco después, acompañado de Eduardo, príncipe de Gales, llamado el Príncipe Negro, y juntos derrotaron en Nájera, en 1367, al ejército de Enrique con lo que le obligaron de nuevo a refugiarse en Francia. Pero éste pudo regresar pronto con refuerzos, y no tuvo grandes problemas para hacer jurarles obediencia, a las ciudades que ya le habían aclamado anteriormente, reduciendo a Pedro a una situación apurada, a pesar de la ayuda del rey moro Muhammad V. 

    Sitiado en el castillo de Montiel, con pocas esperanzas de defenderse, hizo ofrecer por conducto de uno de sus caballeros, Men Rodríguez, grandes riquezas a Bertrand Du Guesclin, capitán francés al servicio de Enrique, el cual inmediatamente dio noticia a su señor, conviniendo ambos en que Beltrán aceptara aparentemente el trato, a fin de hacer salir del castillo a Pedro. En efecto así fue, apenas llegó Pedro a la tienda de Du Guesclin, acompañado de Men Rodríguez, entró Enrique, el cual con la ayuda del francés dio muerte a su hermano.

    Cortada la cabeza, la expusieron junto al cuerpo en las almenas del castillo de Montiel; después enviaron la cabeza a Sevilla, sepultando el cuerpo en Montiel, de donde fue luego trasladado a Puebla de Alcocer, y por último al convento de Santo Domingo de Madrid. Esto dio lugar al fin de la rama legítima de la casa de Borgoña y comenzó la rama ilegítima de Trastámara.