Pedro III el Grande, rey de Aragón, Valencia, Sicilia y conde de Barcelona desde 1276 a 1285


    Nacido en Valencia, en 1240, y fallecido en Villafranca del Penedés, el 11 de noviembre de 1285, fue hijo de Jaime I el Conquistador y su segunda esposa Violante de Hungría. Sucedió a su padre en 1276 en los títulos de rey de Aragón, rey de Valencia (como Pedro I), conde de Barcelona (como Pedro II) y rey de Sicilia.

    Casó el 13 de junio de 1262 en Montpellier con Constanza de Hohenstaufen, siendo coronados en Zaragoza en 1276. Todo su reinado se centró en la expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo, aprovechando su matrimonio con Constanza para reivindicar la corona de Sicilia. Una flota aragonesa, al mando de Conrado Lanza, recorre en 1279 las costas de África para restablecer la soberanía de Aragón sobre Túnez. Posteriormente, en 1281, armó una flota para invadir Túnez y solicitó al recién elegido papa Martín IV que declarara la operación militar como cruzada, pero el papa se la negó.

    Cuando la flota se disponía a zarpar, tuvieron lugar en Sicilia las Vísperas Sicilianas que provocaron la expulsión de los franceses de la isla. Los sicilianos ofrecieron entonces la corona a Pedro III, éste puso entonces su flota rumbo a Sicilia, donde arribó el 30 de agosto de 1282 y fue coronado rey en la ciudad de Palermo.

    El papa Martín IV respondió a la coronación con la excomunión, el 9 de noviembre de 1282, y su deposición como rey de Aragón, el 21 de diciembre de 1283, ofreciendo la corona al segundo hijo del rey de Francia, Carlos de Valois, a quien invistió el 27 de febrero de 1284, declarando una cruzada contra Aragón, por su intervención en los asuntos sicilianos. La mayor parte del conflicto se desarrolló en tierras catalanas, aunque los primeros episodios se sucedieron en la frontera navarro-aragonesa. La situación en la que se encontró Pedro III era que no sólo tenía que enfrentarse a la invasión francesa, sino que tuvo que hacer frente a graves problemas en el interior ante las necesidades económicas por la conquista de Sicilia.

    Pedro III concede, en las Cortes de Tarazona, la formación de la Unión Aragonesa, prestando juramento al Privilegio General que defendía los privilegios de la nobleza; asimismo concedió al Condado de Barcelona la constitución “Una vegada l´any” en las cortes celebradas en Barcelona entre 1283 y 1284".

    El rey francés Felipe III tomó en 1285 la ciudad de Gerona, teniendo que retirarse cuando la flota aragonesa retornó de Sicilia al mando de Roger de Lauria e infligió a la escuadra francesa una derrota total en las islas Formigues y una derrota en tierra en el barranco de las Panizas, cuando los franceses se retiraban. Tras su victoria, se dispuso a enfrentarse a su hermano Jaime II de Mallorca y a su sobrino el rey Sancho IV de Castilla, que no le habían prestado apoyo durante su conflicto con los franceses, pero su prematura muerte lo impidió.

    A finales de octubre de 1285, de viaje a Barcelona tuvo que detenerse en la localidad de San Climent donde los médicos no pudieron hacer nada para salvarle. Falleció el 11 de noviembre de 1285, los estudios forenses de sus restos, exhumados en 2010, indican que probablemente su deceso se debió a una afección pulmonar.

    En su testamento dispuso que su cadáver recibiera sepultura en el Monasterio de Santes Creus, de la orden cisterciense. El cuerpo del rey fue colocado en una urna de pórfido rojo, que el almirante Roger de Lauria trajo desde Sicilia. Él fue el primer monarca aragonés en recibir sepultura en dicho monasterio.


    En diciembre de 1835, durante la Primera Guerra Carlista, tropas de la Legión Extranjera Francesa y varias compañías de migueletes se alojaron en el edificio monacal, causando numerosos destrozos en el mismo. Las tumbas de Jaime II y su esposa fueron profanadas, los restos fueron quemados. La momia de la reina Blanca de Nápoles fue arrojada a un pozo, de donde fue sacada en 1854. El sepulcro de Pedro III, a causa de la solidez de la urna de pórfido, impidió que sus restos corrieran igual suerte.

    En 2009 se hallaron los restos mortales del rey en su tumba de Santes Creus. Mediante una sofisticada técnica de endoscopia y una analítica de los gases contenidos en su interior, se ha podido comprobar que es la única tumba de un monarca de la Corona de Aragón que no ha sido nunca profanada. 


Comentarios

  1. He compartido varias entradas, que me han gustado, aunque me gusta todo este Blog en general. Felicidades y saludos,

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares