Felipe III el Atrevido, rey de Francia desde el 1270 al 1285
DINASTÍA DE LOS CAPETOS
Nacimiento: El 30
de abril de 1245 en Poissy.
Fallecimiento: El 5
de octubre de 1285 en Perpiñán.
Padres: Luis
IX, rey de Francia y Margarita
de Provenza.
Reinado: Desde el 25 de agosto de 1270 hasta el 5 de
octubre de 1285.
Felipe
III nació en Poissy, el 30 de abril de 1245. Era hijo de Luis IX, rey de
Francia,
conocido como el Santo, y de Margarita de
Provenza,
continuó la tarea de centralización administrativa iniciada por su padre. El
año 1270, participó junto a su padre, en la Séptima Cruzada, que había sido organizada
contra Túnez, donde su padre encontró la muerte, por lo que, Felipe desembarcó
en Sicilia, regresando a Francia, para ser ungido rey, el 15 de agosto de 1271.
Ese mismo año, muere su tío Alfonso de Poitiers, por lo que, Felipe III,
heredó Poitou, Auvernia, Aunis, el norte de Saintonge, el condado de Toulouse y
el señorío de Albi.
Felipe
III de Francia casó en 1262, en primeras nupcias con Isabel de Aragón,
de la que enviudó en 1271, y en segundas con María de Brabante, el año 1274.
Ese mismo año, la muerte de Enrique I, rey de
Navarra,
provocó una crisis dinástica, ya que quedaba como heredera de Champagne y de
Navarra su hija Juana, que tenía menos de dos años; su madre, la reina Blanca de Artois, se refugió en
Francia junto a Juana. En mayo de 1275, por el Tratado de Orleáns, Blanca de Artois encomendó a Felipe
el gobierno del reino de Navarra, como protectorado, como mandatario de la
reina Juana según los fueros vigentes. Felipe III y Blanca de Artois acordaron el enlace de
los hijos de ambos: capitulaciones matrimoniales que se firmaron al año
siguiente, entre el hijo de Felipe, futuro Felipe IV de Francia, y la
reina Juana I de Navarra. Las
decisiones tomadas en el Tratado de Orleáns fueron aceptadas por los grandes
del reino, entre los que se encontraba el gobernador Pedro Sánchez de
Monteagudo, pero, como contrapartida, solicitaron el respeto de leyes y
fueros navarros. A partir de este momento Felipe III de Francia se hizo cargo
del gobierno de Navarra hasta que Juana I llegó a la mayoría de edad. Cuando
Juana I llegó, en 1284, a la
mayoría de edad, contrajo matrimonio, conforme a lo pactado, con Felipe,
comenzando el reinado de Felipe IV y Juana I de Navarra. La
llegada de la monarquía capeta a Navarra, trajo consigo en 1276, la Guerra
de Navarrería. Las divisiones entre los nobles y los enfrentamientos entre
los burgos francos de Pamplona, San Cernin y San Nicolás y el barrio de la
Navarrería provocaron la dimisión del gobernador, que fue substituido por el
francés Eustaquio de Beaumarchais. Ante estos acontecimientos, Felipe
III se trasladó al Bearne con la intención de enviar tropas auxiliares,
mandadas por Gastón de Bearne junto al condestable Imbert de Beaujeu.
El barrio de la Navarrería quedó destruido y los castillos pasaron a
manos francesas. El obispo y el cabildo catedralicio solicitaron a Felipe III
una indemnización por el saqueo sufrido por la catedral; el monarca, en un
principio, se mostró favorable, pero el gobernador, en 1281, Guerin de
Amplepuis forzó un acuerdo con la Iglesia por el que ésta cedía a la
monarquía la mitad de su dominio sobre Pamplona a cambio de dicha
indemnización. Pero, estos acuerdos no fueron aprobados por el pontífice, por
lo que no pudieron ponerse en práctica. La
oposición política al régimen continuó a través de la Hermandad de las
Buenas Villas, constituida en 1276, y de la Junta de Infanzones de
Obanos (Navarra), que, el gobernador, intentó disolver en 1281. Este mismo
año se reanudaron las hostilidades con Castilla y Aragón: ambos reinos habían
firmado el Tratado de El Campillo, por el que habían acordado la
conquista y reparto de Navarra. Sin embargo, la guerra no llegó a
desencadenarse. Felipe III secundó las actividades de su tío el rey de Sicilia,
Carlos I de Anjou, en contra de Pedro III el
Grande,
al que pidió garantías de que no lucharía contra su tío. Felipe envió tropas a
la isla en 1282, tras los sucesos de las Vísperas Sicilianas; en la
lucha los angevinos fueron vencidos. Junto con el papa Martín IV, quien había
desposeído a Pedro III de la investidura de
sus dominios en favor de su tercer hijo, Carlos de Valois, Felipe III
organizó una expedición para hacerlos valer, en contra la Corona de Aragón;
fue denominada: Cruzada contra los Catalanes, y fueron derrotados en
1285 por el almirante Roger de Lauria. Felipe
III y su tío Carlos de Anjou, reunieron un poderoso ejército para invadir el
reino de Navarra; mientras Jaime II, rey de
Mallorca,
hermano de Pedro III, pidió ayuda al
monarca francés contra todo el que quisiera invadir sus territorios, firmándose
en 1283, una alianza en Carcasona. El 10 de agosto se inició el ataque en las
Bardenas, pero la rigurosidad del clima, junto a la fuerte resistencia de las
villas fronterizas, frenaron la invasión. El enfrentamiento con los aragoneses
continuó: los franconavarros saquearon la Val d’Onsella (Huesca), en 1283, lo
que suscitó la reacción de Pedro III, quien, un año
después, asoló la ribera de Tudela y penetró en el Rosellón y Ampurdán, donde
combatió contra el ejército de Felipe III. En junio de 1285, el avance francés
fue frenado en el sitio de Girona, y en las proximidades del Coll de Panissars
fueron vencidos por los aragoneses. En la retirada, Felipe III murió en
Perpiñán, como consecuencia de una epidemia, el 5 de octubre de 1285. |
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