Alfonso I, rey de Asturias desde el año 739 al 757

Nacido en lugar desconocido hacia el año 693, era hijo de don Pedro, duque de Cantabria. Aunque no disponemos de datos de sus primeros años de vida, suponemos que debido a la condición de su padre, en su educación la formación militar debió ser importante. Instalado en la corte de don Pelayo, casó con Ermesinda, hija de este. A finales del reinado de don Pelayo, heredó el título de duque de Cantabria. Durante estos años y en los breves dos años que duró el reinado de Favila, fue un personaje destacado en la corte. De su matrimonio con Ermesinda nacieron tres hijos: Fruela, que gobernaría después como Fruela I, Vimarano, y Adosina, la cual contrajo matrimonio con Silo, que también ostentó la corona asturiana. Tras el fallecimiento de su esposa mantuvo relaciones con una cautiva de origen musulmán, con la que tuvo un hijo varón, que recibió el nombre de Mauregato, el cual también fue rey de Asturias.

    En la Crónica de Alfonso III, se relata la llegada al trono de Alfonso I, de esta manera: "Tras la muerte de Favila le sucedió en el trono Alfonso, varón de gran valor, hijo del duque Pedro, descendiente del linaje de los reyes Leovigildo y Recaredo; en tiempos de Égica y de Witiza fue jefe del ejército. Éste con gracia divina, tomó el cetro del reino". Aunque según Menéndez Pidal, es improbable que Alfonso I fuera el jefe del ejército en tiempos de Égica. Inicia, pues, su reinado en el año 739 e inmediatamente tuvo que hacer frente a las tropas de Uqba ibn al-Hayyay, valí de al-Ándalus, consiguiendo la victoria. Victoria que trajo consigo la consolidación de su poder.

    Alfonso I aprovechó la debilidad de los últimos valíes, para iniciar una serie de campañas militares encaminadas a ampliar sus territorios. Tras conquistar Lugo, A Coruña y Tuy, decidió continuar hacia el valle del Duero, logrando apoderarse de Ledesma, Salamanca, Zamora, Ávila, Astorga, León, Simancas, Saldaña, Amaya, Segovia, Osma, Sepúlveda, Arganza, Oca, Miranda, Revenga, Carbonárica, Abeica, Cenicero y Alesanco. Consciente de que la amplitud de los territorios conquistados tenían una difícil repoblación y defensa, optó por trasladar a los habitantes de los territorios conquistados hacia su reino, aumentando la escasa población de Asturias y dejando una extensa zona a orillas de Duero desérticas. Gracias a esta política, repobló Liébana, Trasmiera, Sopuerta. Carranza y la zona de las Bardulias, núcleo originario del futuro Condado de Castilla, que comprendía los valles septentrionales y orientales de la actual provincia de Burgos.

    Debido a la crisis existentes en al-Ándalus, Alfonso I no tuvo que preocuparse de las acciones que pudiera emprender Yusuf al-Fihri, último valí. Cuando Yusuf pudo solucionar sus problemas en el 755 reunió un ejército, aunque según todos los cronistas, sin ningún resultado.

    Alfonso I murió en el año 757, por causas naturales, sus restos mortales fueron depositados en el convento de Santa María junto a los de su esposa. Una leyenda que aparece en las crónicas del siglo IX afirma que tras el fallecimiento del monarca, en el silencio de la noche cerrada, y los guardias velaban con toda diligencia su cuerpo, súbitamente se oyó en el aire por todos los que velaban la voz de los ángeles que cantaban: 'he aquí cómo desaparece el justo, y nadie repara en ello; y los varones justos desaparecen, y nadie se da cuenta en su corazón. De la presencia de la iniquidad ha sido apartado el justo; en la paz estará su sepultura".



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