María Francisca de Braganza, primera esposa de Carlos María Isidro
Doña
María Francisca de Asís de Braganza y Borbón, nació en Queluz (Portugal), el 22
de abril de 1800. Era hija de Juan VI de Portugal y de la reina Carlota Joaquina, infanta española. Se
casó en 1816, con su tío Carlos María Isidro de Borbón, hermano del rey Fernando VII, a la vez que su
hermana María Isabel, lo hacía con éste último. Vivió durante la transición
entre el Antiguo y el Nuevo Régimen, en una época de guerras y reorganización
de la sociedad, en la que el papel de las familias reales era tema candente. Gozó
del esplendor de algunas cortes reales, pero también conoció la inestabilidad
de otras, acosadas por movimientos revolucionarios, sufriendo las penalidades
de las guerras y las estrecheces del exilio. Para empezar, cuando tenía siete
años, las tropas napoleónicas invadieron la Península Ibérica y la Familia Real
de Portugal tuvo que trasladar su Corte a Río de Janeiro (Brasil).
Francisca formó parte de la corte real de España, hasta marzo de 1833, y al morir su hermana, la reina María Isabel de parto en 1818, cuatro años más tarde se incorporó a la corte otra hermana de Francisca: María Teresa, princesa de Beira, viuda del infante español Pedro Carlos.
En
1823, durante la Guerra Constitucional, las dos hermanas emprendieron un
viaje de seis meses, junto a toda la Familia Real a Sevilla y Cádiz, como
rehenes del Gobierno liberal de José María Calatrava, huyendo de las tropas
del duque de Angulema. Vivió unos años muy conflictivos, durante el tiempo en
que se estaba gestando la cuestión sucesoria —que dividió a la Familia Real
durante más de un siglo— y Fernando VII preparaba el terreno para desheredar a
Carlos, el presunto heredero al trono.
Tuvo
que sufrir catorce meses dramáticos en su querido Portugal, junto a su marido,
hijos y María Teresa durante la Guerra de los Dos Hermanos. Los últimos
diez meses, los pasaron huyendo de epidemias de cólera y fiebres tifoideas, así
como de tropas liberales. Tras la muerte de Fernando VII, recién comenzada la Primera Guerra Carlista en España, ella junto a su
marido, fueron perseguidos por los dos ejércitos españoles que entraron en
Portugal, con órdenes del Gobierno de la reina gobernadora María Cristina de coger prisioneros a
don Carlos y a toda su familia.
Cuando Miguel I perdió la Guerra de los Dos Hermanos, Francisca se refugió en Inglaterra, donde murió el 4 de septiembre de 1834, tras sufrir durante diez semanas de agotamiento y fiebres biliosas. Fue enterrada en la capilla católica de Gosport, el 16 de septiembre de 1836. Siendo trasladados sus restos a la catedral de Trieste (Italia), en enero de 1896. Descansan en la capilla de San Carlos Borromeo con los de otros miembros de la rama carlista de la Familia Real española.
María Francisca y Carlos fueron una pareja muy unida. Tuvieron tres hijos: los infantes Carlos Luis, conde de Montemolín y segundo pretendiente tradicionalista al trono, nacido en 1818; Juan Carlos, conde de Montizón, en 1822 y Fernando en 1824.
Ayudó
a refugiados portugueses en España. Apoyó a Carlos en sus intentos de reclamar
el trono y de defender una sociedad tradicional y sacralizada. María Francisca
de Asís de Braganza fue piadosa y es recordada con cariño en Orihuela
(Alicante) por su patronazgo de las religiosas salesas, de su monasterio de
la Visitación y colegio para niñas.
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