Beatriz de Castilla, esposa de Alfonso IV
Nacida en Toro en 1293, era hija de Sancho IV de Castilla y de María de Molina. Cuando en 1297 se firmó el Tratado de Alcañices entre Castilla y Portugal, en el que se ponía fin a las hostilidades entre ambos reinos, fijando las fronteras. El tratado fue firmado por María de Molina, en nombre de su hijo Fernando IV que era menor de edad, y el rey Dionisio I de Portugal. También se trataron los matrimonios de Fernando IV con una de la infanta Constanza de Portugal, así como el de un hermano de Constanza, el infante Alfonso, que reinaría como Alfonso IV de Portugal, con Beatriz, hermana del rey Fernando IV. Ese mismo año, Beatriz abandonó la corte castellana y se trasladó al reino vecino donde se crió en la corte del rey Dionisio I con su prometido, que por entonces tenía alrededor de seis años.
Tras la firma del tratado de Alcañices, al regreso a Portugal del rey Dionisio, entregó a su futura nuera la carta de arras que incluía los señoríos de Évora, Villa Viçosa, Vila Real y Vila Nova de Gaia Después de su matrimonio, estos señoríos fueron incrementados con más propiedades. En 1321 recibió de su marido, Viana do Alentejo, en 1335 le donó otras heredades en Santarem, en 1337 en Atalaia, y así otras propiedades le fueron entregadas.
Para poder celebrar el matrimonio que, se celebró el 12 de septiembre de 1309, fue necesario obtener la dispensa papal, ya que los infantes portugueses eran bisnietos del rey Alfonso X de Castilla, que tuvo con su amante Mayor Guillén de Guzmán, madre de la reina consorte de Portugal, Beatriz de Castilla; y los infantes castellanos eran nietos del rey Sabio. El papa Bonifacio VIII emitió las bulas en 1301 que autorizaban ambos enlaces pero, al ser los novios menores de edad, el matrimonio se aplazó hasta 1309 cuando Alfonso tenía dieciocho años y Beatriz dieciséis. De este matrimonio nacieron siete hijos, aunque cuatro murieron en la infancia. Estos fueron: María, que contrajo matrimonio con Alfonso XI de Castilla; Alfonso, muerto en la infancia y, enterrado en el Monasterio de Santo Domingo en Santarém; Dionisio, murió pocos meses después de nacer y, estar enterrado en el Monasterio de Alcobaça; Pedro, fue el primer hijo varón que sobrevivió y sucedió a su padre como Pedro I de Portugal; Isabel¸ Juan y; Leonor, que contrajo matrimonio con Pedro IV de Aragón, falleció un año después de su matrimonio, víctima de la peste negra.
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Beatriz desempeñó un papel relevante en los acontecimientos del reino y “fue la primera soberana de origen extranjero con un perfecto dominio de la lengua y de las costumbres lusitanas lo que le facilitó el desempeño de su papel de mediadora de conflictos”. Apoyó discretamente a su marido cuando se enfrentó a su padre por causa de su hermano Alfonso Sánchez. Una vez aclamado rey en 1325, Alfonso IV que «no olvidaba los odios antiguos» exigió ser reconocido por las cortes y mandó matar a su medio hermano Juan Alfonso y desterró en Castilla de su gran rival, su otro hermano el bastardo Alfonso Sánchez. Cuando su esposo y su yerno, el rey Alfonso XI se enfrentaron en la guerra que tuvo lugar entre 1336-1339, Beatriz se desplazó a Badajoz donde se encontraba el rey castellano para intentar llegar a un acuerdo que restableciera la paz entre ambos reinos, aunque sus esfuerzos no fueron fructíferos.
En 1338 envió a sus embajadores a la corte del rey Alfonso IV de Aragón, para reforzar la alianza entre ambos reinos que había sido debilitada cuando su hijo, Pedro I de Portugal, se negó a casarse con Blanca, sobrina del rey aragonés, debido a su demostrada “debilidad mental (...) y su incapacidad para el casamiento”. La reina Beatriz y Guillermo de la Garde, arzobispo de Braga, mediaron en el conflicto entre su marido y su hijo Pedro después del asesinato de Inés de Castro, consiguiendo que llegaran a un acuerdo en 1355 poniendo fin a la discordia.
En el plano religioso, fundó un hospital en 1329 en Lisboa y después con su marido el rey, el Hospital da Sé para acoger veinticuatro pobres de ambos sexos y dotó a la institución con todo lo necesario para su desenvolvimiento. En sus testamentos y codicilos, dejó cuantiosas mandas para instituciones religiosas, especialmente a los frailes dominicos y franciscanos y pidió que fuese enterrada con el hábito sencillo de estos últimos.
La reina Beatriz falleció en Lisboa a los 66 años de edad el 25 de octubre de 1359, dos años después de la muerte del rey Alfonso IV de Portugal y según sus disposiciones testamentarias, fue enterrada en la Catedral de Lisboa junto a su difunto marido. Sus túmulos fueron destruidos en 1755 cuando la ciudad sufrió un terremoto y fueron reemplazados por otros en el siglo XVIII.
Fuente WikipediA
Imagen Wikipedia
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