Valencia Musulmana
No se sabe la fecha exacta de la llegada de los
musulmanes a Valencia tras su desembarco en la Península en el año 711, pero si
sabemos que, en el año 714, todo el territorio que hoy ocupa la Comunidad Valenciana
había caído en su poder. En la capital gobernaba Agrescio cuando los invasores
llegaron a su muralla
romana, y en vista a la resistencia que encontraron, enviaron a un
parlamentario para negociar la rendición, momento que aprovechó un arquero para
disparar una de sus flechas, con tan mala fortuna que alcanzó al parlamentario.
Acción mal vista por todos, pero que hizo que los musulmanes lanzaran un nuevo
ataque sobre la sitiada ciudad. Ataque que fue nuevamente rechazado.
Viendo Agrescio que la ciudad no estaba
preparada para resistir un largo asedio, pactó con Tariq una capitulación, en
la cual, mediante la entrega de la ciudad, sus habitantes podían permanecer en
ella, permitiéndoseles conservar sus bienes, respetándoseles su religión, así
como su organización jurídica y administrativa; aunque tendrían que respetar la
autoridad política y militar de los conquistadores, además de pagar el impuesto
establecido, en esta y en todas las tierras conquistadas. Aquello que no quisieran
asumir estas condiciones, eran libres de marchar llevándose sus bienes. Tariq
dejó como gobernador de Valencia a Abulcacer al Hudzali, con una importante
guarnición.
Córdoba había sido elegida, por los
nuevos dueños de la Península, para instalar en ella, su centro de poder y su
administración. Una de sus primeras decisiones fue nombrar a los distintos
gobernadores. El primer gobernador de Al-Andalus, fue el hijo de Musa, Abd
al’Azíz, que fu nombrado por su padre entre agosto y septiembre del 714. Una de
sus primeras acciones fue intervenir en Valencia, donde el walí local,
Abulcacer al Hudzali, se reveló en el 715. El walí fue derrotado y ajusticiado.
Aunque esta noticia es una de esas que tienen poca consistencia. Es difícil
creer que, en plena conquista, un modesto gobernador de una ciudad modesta
tuviera la osadía de revelarse contra la poderosa Córdoba.
Repasando
la historia de al-Andalus, la primera vez que aparece Valencia, hemos de
remontarnos a, cuando entre el 760 y el 766, se produjo un intento entre los
abasíes, que habían sido depuestos, de restablecer su situación anterior,
coincidiendo con la llegada del príncipe omeya Abderramán
I, lo que le obligó a venir a Valencia para castigar a los insurrectos y
restablecer su autoridad. La represión fue de tal magnitud, que la ciudad quedó
desierta.
No hay noticias que certifiquen la
fecha en que Abderramán
II (al-Balansí) construyó su residencia de campo de ar-Russafa,
más tarde poblado, y cuyos jardines fue la admiración de numerosos poetas. El
nombre dado a esta munya tiene su origen en que Abd
Alláh sentía nostalgia de otra munya que su padre, Abderramán I se
había hecho construir en los alrededores de Córdoba, poniéndola el nombre de ar-Russafa,
en recuerdo de que, de niño, había tenido ocasión de disfrutar de la que su
abuelo, el califa Hisam ibn Abd al-Malik, poseía en Siria, entre Palmira y el Éufrates.
De la afamada residencia, solo nos ha llegado el nombre, ya que se ignora el
lugar exacto en que pudo estar, junto a sus jardines.
Nada importante ocurrió en Valencia
durante varias décadas, excepción hecha de las fuertes sequías que se
registraron en los años 814, 822, 846, 867 y 873, que incidieron, como es
natural, en la producción agrícola, máxime cuando esta falta de lluvias fue
algo generalizado en el resto del territorio, por lo que fue imposible
aprovisionarse en otras partes, dando lugar a una gran hambruna.
Llegamos,
sin novedades a destacar, al momento en que, en Valencia, tras la desintegración,
a comienzos del siglo XI, del califato cordobés, debida a una guerra civil
entre los descendientes de Hisham II
y los sucesores de su háyib Almanzor,
se funda la taifa
de Valencia, que persistirá hasta la conquista de la misma por el rey Jaime I, el año 1238.
BIBLIOGRAFÍA
La Valencia
musulmana de Vicente Coscollá
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Diversos
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Ramón Martín
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