Castillo de Olite
El Palacio Real de Olite,
acogió la corte de los Reyes navarros hasta la incorporación a la Corona de
Castilla en 1512. Más conocido como Castillo de Olite, fue uno de los castillos
medievales más lujosos de Europa, siendo, a la vez, castillo y
palacio.
El castillo fue construido
sobre una antigua fortificación romana, por iniciativa de Sancho VII el Fuerte en el siglo
XIII y ampliado por Teobaldo I y Teobaldo II, que se instala en el palacio en
1269 y firma la carta de consentimiento para la boda de Blanca de Artois con su
hermano Enrique, quien, a su vez, desde 1271 utiliza el palacio como residencia.
Este antiguo recinto es el conocido como Palacio
Viejo. Son tiempos en que, la corte navarra era itinerante, por lo que no
se le puede considerar como sede regia. El castillo será sede de la corte
navarra desde los siglos XIV al XVI, y a partir de la anexión del reino de
Navarra a Castilla en 1512, comenzó el declive del castillo y por tanto su abandono
y deterioro.
En 1813, en el trascurso de
la Guerra de Independencia, el guerrillero navarro Espoz y Mina, incendió el
castillo, para que los franceses no pudieran hacerse fuertes en él, lo que
acarreó la ruina de este. A partir de 1937 dieron comienzo las obras de
restauración, dándole el aspecto que hoy podemos contemplar.
El castillo palacio de Olite
se compone de tres núcleos: el Palacio Viejo, el Palacio Nuevo y la iglesia de
Santa María.
Palacio Viejo: Fue construido en
el siglo XIII, articulándose alrededor de un patio central rectangular, cerrado
por cuatro crujías sobre el cual giraban todas las dependencias. En la planta
baja se encontraban los almacenes y la capilla de San Jorge; también la gran
sala de la "Cort" que coincidía con la fachada principal, que tenía tres
torres, desapareciendo la central que servía de puerta en 1414. Sobre "La
Cort" en el piso alto, se emplazaba la "Cambra luenga" y junto a
ella la "Cambra de doña Juana".
De la estructura interna
original del viejo palacio no queda nada, debido al uso actual como Parador de
Turismo. En su fachada exterior, podemos admirar una bella ventana gótica, con
dos escudos entre los pináculos de la misma.
Cuatro torres quedan en el palacio:
Torre de San Jorge, Torre de la Prisión, Torre de la Cigüeña o de la Atalaya, y
una cuarta que no tiene nombre específico.
Con la construcción del
Palacio Nuevo, este palacio seria usado como caballerizas, cocinas y
dependencias secundarias para el servicio de los reyes. En 1584 el marqués de
Almazan realizó la nueva portada con un blasón de Felipe II.
Iglesia de
Santa María. Edificio gótico construido en el siglo XIII. Destaca
su portada formada por cinco arquivoltas apuntadas, bellamente decoradas, al
igual que el tímpano donde queda representada una imagen de Santa María titular
del templo. A ambos lados un grupo de arquerías ciegas con imágenes que representan
a los Apóstoles. Frente a su fachada principal un bello claustro descubierto de
la misma época. En su interior destaca el retablo renacentista del siglo XVI
atribuido a Pedro de Aponte, presidido por una talla gótica de la Virgen. La
iglesia, aunque situada entre el Palacio Viejo y el Palacio Nuevo, no era el
templo palatino, ya que los reyes disponían de su propia capilla, conocida como
Capilla de San Jorge
Palacio Nuevo: A finales del
siglo XIV el rey de Navarra Carlos III el Noble, realiza obras
de ampliación en el Palacio Viejo con el fin de dar a la corte una residencia
fija y estable. Si bien las primeras reformas consistieron en reparar el
edificio y abrir nuevos espacios para las nuevas necesidades cortesanas, bien
pronto el castillo quedó pequeño, por lo que hubo que plantearse la
construcción de nuevos edificios que pudieran dar cabida a la corte real. Si a
esto añadimos que su esposa, Leonor de Trastámara, no sentía
especial predilección por el Palacio Viejo por considerarlo viejo e incómodo,
motivó la construcción de un nuevo Castillo Palacio. Por este motivo, entre
1395 y 1400 se compraron diversas casas junto al Palacio Viejo. A impulsos de Leonor de Trastámara se ampliaron
las instalaciones del Palacio Viejo por detrás de la Iglesia de Santa Maria.
Pero las obras importantes
del palacio comenzaron en 1406 y fueron encomendadas a Saúl de Arnedo y para
1424, se daban por finalizadas a falta de algunas estancias menores. Construido
con grandes muros de piedra, adopta una forma poligonal con entrantes y
salientes un tanto desordenados y con numerosas torres que se cubren con
cubiertas de pizarra en lugar de las originales que se cubrían con cubiertas de
plomo. En su momento el castillo es considerado a la altura de las cortes
europeas más lujosas. La decoración interior de la que no queda nada, excepto
algún pequeño resto, se componía de yeserías, alicatado y azulejería, vidrieras
policromadas y artesonados dorados. Los suelos y paredes se cubrían con
tapices. En las obras intervinieron innumerables artistas de distintas
nacionalidades; la influencia francesa se advierte en torres, ventanales y miradores,
mientras que la hispánica se trasluce en los adarves volados sobre canes en
degradación, así como en artesonados, alicatados y yeserías. Disponía de
jardines colgantes, algunos a casi 20 metros de altura, zonas ajardinadas, huertos
y un completo parque zoológico. Entre los árboles, destacan naranjos, pomelos,
cidras, jazmines de Alejandría etc.
La entrada al palacio se
realiza por la plaza de Carlos III. La portada formada por un arco de
medio punto desemboca en una plaza interior conocida como Patio de los
Naranjos, ya que en este lugar el rey había mandado plantar estos y otros
árboles frutales. En la actualidad el suelo está pavimentado, pero originalmente
se trataba de un gran jardín. Desde aquí podemos observar la estructura externa
del ábside de la iglesia de Santa María y el arranque de la torre del
templo. Para el riego de los jardines se realizó un complicado sistema de riego
mediante tuberías de plomo que fue realizado en 1409 por Juan D'Espernou y mas
tarde en 1414 por Juan Nelbort de Bristol. Como en invierno hacía frío, se
protegían los árboles con unos toldos que se sujetaban a los muros, a la manera
de auténticos invernaderos.
La conocida como Sala de
las excavaciones, era el
antiguo cuerpo de guardia del palacio. En esta sala se ha encontrado una
estancia abovedada cuya función se desconoce, y que fue rellenada con
materiales procedentes del Palacio Viejo. La Sala de los Arcos conocida
como Cueva de los Murciélagos. Recibe este nombre por su casi total ausencia de
luz. Se trata de una gran sala cuya única función es soportar el peso del Jardín
de la Reina que se encuentra en la parte superior. Se cubre con grandes arcos
fajones apuntados.
El
Cuerpo principal o Gran Torre es el cuerpo principal del Castillo, en el primer piso
encontramos la planta noble donde se encontraban los aposentos del rey y de la
reina, en la segunda planta se encuentra la Sala de Exposiciones. Continuando
por la escalera de caracol llegamos a la Torre del Homenaje, con 133 escalones.
La Torre del Homenaje conocida como la Torre de la Vit (caracol),
recibe su nombre por la escalera de caracol que discurre por su interior. Con
40 metros de altura es la torre más alta del palacio, esta torre es la única
concesión de carácter militar que podemos encontrar en el palacio. De base rectangular,
sobre las esquinas de su terraza encontramos cuatro pequeñas torrecillas
circulares que dan cierta ligereza a los recios muros de sillares. En la planta
noble además de las habitaciones principales del rey y la reina, podemos encontrar
algunas salas de menor entidad que solían ser utilizados por las damas y para
servicio de los reyes.
La Sala de la Reina, se trata de las habitaciones
privadas de la reina, destaca por la chimenea y los bancos de piedra
situados junto a las ventanas. Se decoraba con zócalos de madera, tapices,
pinturas y yeserías de tradición morisca. El suelo estaba pavimentado con
ladrillos esmaltados, mientras que los techos lucían artesonados de madera con
toques dorados. Las ventanas se cerraban con vidrieras policromadas. Junto a
ella una pequeña habitación conocida como Tocador de la Reina. Los suelos se cubrían
con alfombras o tapices. La Sala del Rey, era una amplia habitación que servía principalmente como sala de
recepciones, dispone a su vez de otra pequeña habitación que era utilizada como
lugar de descanso del monarca. Dispone de chimenea de piedra y amplios
ventanales góticos con bancos para sentarse.
La Cámara de los
Yesos o Sala Mudéjar. Es la única que conserva la decoración de
yeserías original. Son diez paneles realizados en yeso por maestros moriscos,
representando escudos heráldicos, estrellas, lazos, atauriques y decoración vegetal.
Destacan las hojas de castaño de la divisa de Carlos III. Por su mal estado, la Cámara permanece
cerrada y no puede visitarse para no dañar las yeserías.
La Galería del Rey o
Galería Dorada, está situada junto a la cámara del rey que asoma al patio
interior conocido como Patio de las Moreras, compuesto por arcos de tracería
gótica. Son dos arquerías góticas superpuestas, la inferior más alta que
la superior. Dividida en tres secciones verticales separadas por pilares romboidales,
las dos de los extremos formados por cinco arcos mientras que el central lo
forman solo cuatro. La Galería de la Reina, está situada junto a la Cámara de la Reina, se trata de un pequeño
jardín para uso exclusivo de la Reina. Es un jardín colgante, que está situado
a varios metros de altura. Para la construcción de estos jardines hubo que construir,
la ya mencionada, sala de los arcos, para que sustentara la galería. La Galería
está realizada a modo de claustro, que está totalmente reconstruido y formado
por altos arcos apuntados con pequeños adornos de tracería gótica en la parte
superior. Este jardín es uno de los lugares mas resguardados del viento.
La Torre de la Atalaya, del Vigía o de la Joyosa Guarda. Llamada así porque
desde ella un vigía daba aviso de cualquier incidencia que pudiera ocurrir en
los alrededores. Se trata de una torre cuadrangular sobre cuya terraza almenada
se eleva otra más pequeña circular. Sobre la misma se situaba el mencionado vigía;
es tan pequeña que sólo hay espacio para un hombre. Adosada a la torre encontramos
otra más pequeña cilíndrica, en la que destaca una ventana adintelada con
tracería gótica original, y que quiere representar el lazo eterno, uno de los símbolos
de Carlos III el Noble.
La Torre de los
cuatro vientos o de las Tres Grandes Finestra, llamada así, porque sobre su estructura cuadrada asoman tres hermosos miradores,
cada uno dirigido hacia un punto cardinal. Desde estos balcones los reyes
podían contemplar los espectáculos que se celebraban a los pies del castillo.
Adosada a la torre tiene un pequeño torreón de base cuadrada y de mayor altura.
Ambas torres situadas una muy cerca de la otra, se encuentran en la zona mas
alejada del castillo, en su lado sur. En este lugar podíamos encontrar otro jardín
conocido como del Cenador que en la actualidad ha desaparecido y que según
noticias disponía de una pequeña fuentecilla.
La Torre del Aljibe. Su única finalidad era almacenar el agua que desde el
cercano río Cidacos se traía para el abastecimiento del palacio. Hueca por su
interior, desde aquí se suministraba agua al palacio y a los jardines reales.
La distribución se realizaba a traves de canalizaciones de plomo que se encontraban
embutidas en los muros del palacio. El agua a los jardines se realizaba por
medio de cangilones de cobre. Este complejo sistema de riego fue realizado por
Juan D'Espernou. A los pies de esta torre se encontraba un profundo foso (la
leonera), llamada así porque era el lugar donde se encontraban las fieras
peligrosas de que disponía el rey.
La Torre de las Tres Coronas u Ochavada. Es una de las
más originales del Palacio. Llamada así por su peculiar forma dispuesta en tres
alturas, en sentido decreciente y planta octogonal. Su peculiar estructura como
si de una casa de muñecas se tratara, ha suscitado la leyenda que esta torre fuera
lugar de juego de los niños. Además, en su parte superior pudo utilizarse para
la cría de palomas mensajeras. Desde este lugar podemos apreciar el pozo de
hielo. Se trata de un pozo excavado en el suelo de 8 metros de profundidad.
Sobre el mismo y con forma de cascara de huevo que hace de tapadera se
conservaba el hielo durante el resto del año. Fue realizado en el siglo XVII,
por lo que es posterior a la construcción real. La técnica de conservación del
hielo que ya era conocida se realizaba mediante el acumulamiento de hielo
separado por capas de paja. Al estar situado el pozo en un lugar frío, permitía
el mantenimiento del hielo hasta pasado el verano. El hielo se solía utilizar
tanto para fines gastronómicos como farmacéuticos.
La Capilla de San Jorge. Desde la Torre
de las Tres Coronas, podemos contemplar los restos de la capilla de San Jorge.
Se trataba de la capilla privada de los reyes. Construida a finales del siglo
XIV fue comenzada por la reina Leonor de Trastámara. De esta
construcción de planta rectangular sólo quedan los muros exteriores. Sobre la
parte superior de la capilla se levantó un segundo piso para estancia de la
reina, pero la mala calidad de la construcción, ya que estaba realizada en
mampostería, ha motivado que la misma no haya llegado hasta nosotros. Bajo la
capilla podemos encontrar un espacio abovedado, que es una antigua bodega. Cerrada
por una bóveda de cañón, con nichos en las paredes.
El Patio de la Morera. Se trata de un espacio cuadrangular
en cuyo centro se alza una morera, que según la tradición fue plantada por el
propio rey Carlos III. Debido a su antigüedad, está
declarado Monumento Natural de Navarra.
El Patio de la Pajarera Espacio reservado para los pájaros que poblaban el castillo. Situado en un patio interior, sólo estaba descubierto por su parte superior, el cual quedaba cerrado por una red que impedía que escaparan. Desde la Galería del Rey se puede observar perfectamente este patio. Destaca en el lugar un espacio construido en yeso que servía como lugar de nidificación de los pájaros y que todavía se conserva en bastante buen estado.
El Patio de la Pajarera Espacio reservado para los pájaros que poblaban el castillo. Situado en un patio interior, sólo estaba descubierto por su parte superior, el cual quedaba cerrado por una red que impedía que escaparan. Desde la Galería del Rey se puede observar perfectamente este patio. Destaca en el lugar un espacio construido en yeso que servía como lugar de nidificación de los pájaros y que todavía se conserva en bastante buen estado.
De entre los festejos
celebrados en el castillo-palacio, cabe recordar las justas o torneos que se celebraron
en 1439 durante los días que duraron los festejos de la boda entre el Principe
de Viana y la princesa borgoñona Agnés de Clèves. También se realizaban
corridas de toros, así en 1387 el rey Carlos
II el Malo, organizó una corrida de toros en la cual intervinieron como
lidiadores tres musulmanes. El juego de pelota era parte importante en la vida
del palacio, tenemos constancia de la existencia de un corredor de juego de
pelota y un juego de raqueta. Un documento de 1408 nos habla de obras de reparación
en el terrado del juego de pelota, en tiempos del rey Carlos III el Noble.
A finales del siglo XIX pasó
por el castillo, Gustavo Adolfo Bécquer, y a la vista del castillo derruido
escribió El Castillo Real de Olite (Notas de un viaje por Navarra). En su
recorrido Bécquer nos da una visión romántica y nostálgica del castillo, con
sus desnudas habitaciones y sus estancias vacías.
En la zona que hoy es el
Parador Príncipe de Viana, existe una leyenda de un fantasma noble y medieval. “Se escuchan ruidos, lamentos y, sobre todo,
melodías de otros tiempos que los espíritus que pueblan el castillo trasladan
cada noche a su paseo por las torres y las salas, especialmente a la Galería
Dorada”. Esto cuenta el periodista Felipe Alonso en Leyendas de Paradores. Entre
todos los espectros del palacio, está el del rey Carlos III el Noble, no lo iba a
abandonar después de dedicarle tanto empeño, que acompañado de su león Marzot,
pasea escuchando una música extraña. Según cuenta la leyenda, se tocaba en la
época del rey empleando láminas de cobre que pendían de cadenas colgadas del
techo y que vibraban con el viento. A estos fantasmas se unen los que aparecen
en la serie The Becquer’s Guide, que es la primera webserie española de terror que sólo puede
verse de noche y con un particular estilo de rodaje en el que ni siquiera los
actores saben qué va a suceder. La serie se ha convertido ya en un referente en
este género, y está rodada en el Castillo de Olite.
Fuentes: WikipediA, J.
Diez Arnal, Turismo de Navarra. Imágenes Pinterest y Varias.
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