Ramón Berenguer I el Viejo, conde de Barcelona desde 1035 a 1076
Hijo de Berenguer Ramón I y Sancha de Castilla, fue conde de Barcelona, Gerona y Osona-Vic. Contaba, alrededor de once años, cuando muere su padre en 1035. Su madre, había fallecido con anterioridad y la condesa Ermesenda, esposa de su abuelo Ramón Borrell I, tuvo que hacerse cargo del gobierno del patrimonio de su nieto, aunque aún vivía Guisla de Llucsá, madrastra del nuevo conde y madre de su hermanastro Guillem, muy pequeño todavía.
La experiencia de Ermesenda tuvo un papel esencial entre los años 1035 a 1039, frente a Guisla y su hijo Guillem, aunque en este período de corregencia debió de producirse un acuerdo entre ambas damas, para evitar un conflicto entre los hermanos Sanç, condes de Olèrdola y el Penedès, respectivamente, Ramón Berenguer I y Guillem Berenguer I. Ermesenda tuvo a su lado excelentes consejeros en el gobierno, entre otros el juez Pons Bonfill Marc, y varios eclesiásticos notables como el abad Oliba.
Ramón Berenguer I, heredó el núcleo central de los dominios patrimoniales de su padre y lo retuvo hasta su muerte en 1076, incorporando en 1049 el condado de Olèrdola y el Penedès por cesión de los hermanos Sanç Berenguer, y en el 1054 el condado de Osona-Vic por donación de su hermanastro Guillem Berenguer. Supo ampliar el patrimonio familiar, con sucesivas adquisiciones personales, obtenidas por sus matrimonios, por sus campañas militares frente a los islamistas del Sur y del Oeste, y por sus compras con el dinero obtenido de las parias, percibidas de estos últimos.
Se casó en primeras nupcias con Isabel de Beziers, en 1039, del matrimonio nacería su hijo Pere Ramón. Al fallecer Isabel el 29 de junio de 1050, volvió a casarse el 16 de marzo de 1051 con Blanca de Narbona, a la que no tardó en repudiar, enamorado de Almodís de la Marca, con la que casó, excomulgado por la Iglesia, y que sería madre de los dos gemelos y herederos Ramón Berenguer II y Berenguer Ramón II.
Activó las campañas militares contra los musulmanes de las Taifas vecinas a sus dominios, expulsó a los islamistas de Áger, en 1046, y avanzó la línea fronteriza hasta el término de Camarasa, en 1063, ordenando construir castillos y fortalezas para proteger sus dominios. Hacia 1067, compró los condados de Carcasona y Razés, pagando por ellos con lo obtenido de las parias que, le entregaban todos los años, los reyezuelos de las taifas islámicas de Zaragoza, Lérida y Tortosa. De este modo logró ampliar los dominios cristianos desde Besalú y Cerdaña hasta Ampurias, bajo la hegemonía política de Barcelona.
Durante su mandato, considerando que el código visigodo (Lex Wisigotorum, de Recesvinto), que seguía en vigor y era utilizado por los jueces en sus sentencias (Liber iudicum o Liber iudiciorum), no era suficiente para juzgar todos los casos, inició el conde Ramón Berenguer I el Viejo, asesorado por su esposa Almodis, la compilación del código de los Usatges, reuniendo en él los principios del nuevo derecho aplicable. Este código introdujo en la primera mitad del siglo XI, en Cataluña el derecho feudal. Con el nuevo código, no queda abolido el viejo derecho, sino que se van añadiendo nuevas disposiciones.
A la vez que la llegada a Barcelona de jueces orientales, como Oruz, aporta el derecho romano cristianizado o derecho común; y la intervención del legado pontificio de Gregorio VII. En esta época, empezaron a ser usuales, los juramentos de fidelidad y los homenajes de nobles y hombres libres al conde, al haber cumplido los catorce años de edad y alcanzada la mayoría.
Durante su gobierno se organiza la economía, creándose mercados locales, como el de San Salvador de Sabadell. En plena expansión económica, circulan en el mercado de Barcelona los mancusos de oro, acuñados en la ciudad y valorados en seis onzas de oro cada uno. Y los sueldos de dineros contantes, dineros gruesos de plata cada uno de los cuales valía tres dineros y medio corrientes. La compra-venta de tierras y la movilidad de los patrimonios, daba lugar a la proliferación de préstamos y de juicios en la Curia condal, ante jueces como Guillem Marc y en presencia del conde, de su esposa Almodis y de muchos nobles que colaboran con los condes.
Cabe señalar el papel activo de la mujer, como esposa y madre, los cónyuges realizan en común las transacciones. Es preciso señalar la colaboración de la Iglesia con la casa condal, destacando personalidades como el obispo Pedro de Gerona, el venerable Oliba de Vic, consejeros como Gombau de Basora y Amat Eldric.
La figura de la tercera esposa, Almodis, ha sido muy controvertida. Mientras el conde dio muestras de estar enamorado de ella por su belleza y su sabiduría, opinión muy contraria tenía de ella su hijastro Pere Ramón. El 16 de octubre de 1071 Almodis murió apuñalada, a manos de este último, por lo cual fue excluido de la herencia y excomulgado. Ramón Berenguer I murió el 26 de mayo de 1076 después de adquirir varios castillos en la línea fronteriza de Gaià y nuevas propiedades en el Llano del Llobregat, en Olérdola, en la Conca de Barberà, la Baja Segarra y el Campo de Tarragona, nombrados detalladamente todos ellos en su testamento. Dejó sus estados repartidos entre sus dos hijos supervivientes, Ramón Berenguer II y Berenguer Ramón II, y dotó con 10.000 mancusos a su hija Sança soltera todavía.
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