Almodis de La Marca, tercera esposa de Ramón Berenguer I
La
futura condesa nació hacia 1020, era hija del conde occitano Bernardo I de la
Marca del Lemosí y de Amelia de Rasés. Sus abuelos paternos descendían de
Carlomagno. Al cumplir la mayoría de edad, en 1038, se casó con Hugo V de
Lusignan, con el que tuvo un hijo.
Al
parecer Almodís se casó en varias ocasiones antes de tomar como esposo al conde
de Barcelona. Hugo V, que había
casado con ella, hizo un llamamiento al pontífice para obtener la nulidad del
matrimonio, por razones de consanguinidad. Apenas dos años del divorcio, Almodís
fue tomada en matrimonio por el conde Ponce
III de Tolosa, un enlace que duraría diez años, previo a otro supuesto
matrimonio con Guillermo III de Arles,
hasta que entra en escena Ramón Berenguer I.
Todo un flechazo
Corría
el año 1054 cuando el conde Ramón,
hijo de Berenguer
Ramón I y nieto de Ramón
Borrell I y Ermesenda
de Carcasona, decidió luchar contra el infiel. Eran los siglos de las
Cruzadas y partir a Tierra Santa era casi una cuestión de honor para reyes y
príncipes. Mientras viajaba con su comitiva, Ramón Berenguer hizo una parada en
Narbona, en la mansión de Guillermo III de Arles, el entonces marido de Almodís.
Deslumbrado por su belleza, se propuso cortejarla, aunque decidió esperar, a su
regreso de los Santos Lugares, cuando volvió a hospedarse en Narbona. Una vez
en la mansión, ambos se declararon su amor y Ramón Berenguer ideó un plan, este
consistía en que Almodís inventaría una estratagema que le permitiera huir de
la ciudad y reunirse con el conde para casarse con él.
Aquí
aparecen los primeros problemas: no sólo Almodís estaba casada, también lo
estaba Ramón Berenguer con Blanca.
Este enlace había sido pactado por su abuela Ermesenda, quien ostentaba una
gran influencia en palacio, lo que acarrearía muchas dificultades para
deshacerse de Blanca, el conde adujo razones de consanguinidad. Puesto que casi
toda la nobleza europea estaba ligada por matrimonios, la Iglesia, con cierto
dinero de por medio, no ponía demasiadas dificultades para conceder la
anulación. La nueva situación no iba a ser nada fácil. El asunto generó varios
acontecimientos: en primer lugar, Blanca, recurrió al Papa para obtener la
excomunión de los amantes, a lo que contribuyó la condesa Ermesenda, que,
sintiéndose ofendida, hizo uso de sus excelentes relaciones con la Santa Sede
para obtener una nueva excomunión de la pareja. Finalmente, Ramón y Almodís
consiguieron su objetivo.
La importante ayuda prestada para la elaboración de los Usatges de Barcelona
Como
regalo de bodas Almodís recibió de Ramón importantes tierras que la convirtieron
en una poderosa señora feudal. Esto fue posible gracias a la vigencia de
la Lex visigotorum en
Cataluña, que permitía a las mujeres heredar, conservar y controlar sus propios
dominios territoriales. Almodís no sólo gestionó sus territorios con inteligencia
sino que ayudó a su marido en la política del condado de Barcelona. Destaca su
colaboración con Ramón en la organización del sistema jurídico catalán.
Conocedora del Liber Iudiciorum visigodo,
Almodís participó en la redacción del nuevo código conocido como los Usatges de Barcelona.
Sin
embargo, la vida de Almodís se vio truncada por un terrible hecho. Ramón Berenguer
desheredó a su primer hijo, Pedro, fruto
de su anterior matrimonio, después de que Almodís dió a luz a dos gemelos: Berenguer Ramón y Ramón Berenguer. El primogénito desheredado no se quedó de brazos
cruzados y asesinó a Almodís. De este modo tan trágico terminaba la vida de una
mujer con una vida fuera de lo común para el siglo que le tocó vivir.
Such a sad ending
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