La Taifa de Tortosa

Labib al-Fatá, era un eslavo, antiguo liberto de Almanzor, que detentaba el poder en aquella región hacia 1009. Cuando se produjeron los sucesos de Córdoba, constituyó inmediatamente su taifa titulándose malik (rey). Durante su mandato, el régulo de Zaragoza Mundir al-Mansur se apoderó de la ciudad y lo expulsó del reino, aunque por poco tiempo, ya que fue defendido y repuesto por Mubarak, régulo eslavo de Valencia, que gobernaba conjuntamente con Muzaffar.

Entre los años 1017 y 1019 murieron los régulos de Valencia y sus ciudadanos ofrecieron el poder a Labib, que a su vez asoció el reino a Muyahid de Denia. En un principio gobernaron conjuntamente, pero las diferencias entre ellos hicieron que Labib abandonara pronto Valencia y regresara a Tortosa. Como todos los régulos eslavos de Levante, Labib reconoció en 1035 al falso califa Hisham II, patrocinado por el régulo de Sevilla.
Hacia 1039 o 1940, Labib murió, seguramente, en Tortosa.
Muqatil Sayf al-Milla, fue el segundo régulo, también eslavo liberto de Almanzor, y tomó el título honorífico de Sayf al-Milla (espada de la comunidad). Fue cliente de Almanzor en Córdoba y no se sabe si depuso a su predecesor o lo sucedió antes de morir. También reconoció al falso califa Hisham II. En 1053, a pesar de las buenas relaciones que tenía con los demás eslavos de Levante, fue atacado cerca de Tortosa por el ejército de un grupo de ellos aposentados en Játiva, que lo derrotaron y mataron. Su cabeza fue entregada a Abd al-Aziz, régulo amirí de Valencia.
Yalá al-Amirí, fue el tercer régulo del reino de Tortosa y lo pusieron los amiríes de Valencia, cuando se deshicieron de Muqatil. Tomó el título honorífico de su predecesor. Debió morir en 1057, pues de este régulo solo se sabe el inicio y final de su reinado por la acuñación de unas monedas con su nombre y con esas fechas. Todo lo demás se desconoce.
Nabil al-Fatá, fue el cuarto y último régulo eslavo de la taifa. El hecho de que Tortosa fuera una próspera ciudad con un puerto de gran actividad comercial, hizo que fuera muy apetecida por al-Muqtadir de la taifa de Zaragoza y por el conde de Barcelona Ramón Berenguer I. La estrecha amistad y la actitud de casi sumisión que Nabil mantuvo con el conde, motivó que los habitantes de la ciudad creyeran que el régulo entregaría la ciudad al conde cristiano. Ello provocó una sublevación de la población que acabó con el asesinato de Nabil en 1060. 
En aquel año y después de aquellos sucesos, los tortosinos, que compartían intereses políticos y económicos con el reino taifa de Zaragoza, ofrecieron el reino a al-Muqtadir.
Ahmad ben Sulaymán al-Muqtadir, régulo de Zaragoza, ocupó, al parecer de forma pacífica, el reino de Tortosa. A partir de aquella fecha de 1060, este quedó englobado en el reino taifa de Zaragoza hasta 1081, fecha en la que murió al-Muqtadir.
Mundir, a la muerte de su padre al-Muqtadi en 1081, se hizo, en un reparto con su hermano Yusuf, con los territorios de Tortosa, Lérida y Monzón, convirtiéndolos en una nueva taifa separada de la de Zaragoza. También, desde aquella fecha, reinó en la taifa de Denia, de la que ya era gobernador por mandato de su padre en 1076. En 1087, Mundir intentó, con la ayuda del conde de Barcelona Berenguer Ramón II, apoderarse de Valencia, pero tuvo que retirarse ante la llegada de tropas toledanas y castellano-leonesas.
Mundir murió en 1090 y fue sucedido por su hijo Sulaymán.
Sulaymán ben Mundir Sayyid (o Sad) al-Dawla, sucedió a su padre siendo un niño y tomó el título honorífico de Sayyid (o Sadal-Dawla. Reinó bajo la tutoría de una poderosa familia hasta que el reino fue conquistado por los almorávides. Primero cayó Denia en 1092, y luego, entre 1102 y 1110, el resto del reino.
Ramón Martín

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