García Ramírez, rey de Navarra desde 1134 a 1150
Es posible que falleciera el año 1150. A él se debe la restauración de la dinastía de Pamplona, tras casi seis décadas, en que el reino de Navarra permaneció unido a Aragón. Es por esto que se le conoce como García Ramírez el Restaurador. Era hijo del infante don Ramiro Sánchez y de su esposa doña Cristina, que era hija de Rodrigo Díaz de Vivar.
Excelente militar, ya desde temprana edad, en el 1124 tomó el castillo de Mamacastro, y al año siguiente recuperó Monzón, que había sido perdido por su padre en 1116. Pero todavía añadió a su señorío en 1130, Logroño, y tres años después Tudela y Calatayud.
El año 1134, a la muerte de ALFONSO I el Batallador, reclamó las tierras del reino de Pamplona, que hasta el año 1076 habían pertenecido a SANCHO GARCÉS IV el de Peñalén. Contrario a su reclamación Ramiro, que sería el futuro RAMIRO II de Aragón, hermano del difunto rey que, basándose en los mismos derechos familiares, reclamó las tierras de Aragón, Pamplona y Huesca. Los apoyos con que contaban ambos pretendientes, se mostraron insuficientes cuando, en diciembre de 1134, aparece en escena ALFONSO VII de Castilla, invocando los derechos de sus antepasados sobre el reino de Pamplona.
Se celebra en enero de 1135, el Tratado de Vadoluengo, donde los nobles de Pamplona y Aragón llegaron a un compromiso según el cual, ambos gobernarían sobre Pamplona: RAMIRO II como rey, y García como príncipe, al mando de los caballeros. Pero este tratado tuvo una existencia efímera, ya que en mayo de 1135 García Ramírez rindió vasallaje en Nájera a ALFONSO VII, el cual acababa de ganar Zaragoza. Esta sumisión a Castilla supuso un distanciamiento entre Aragón y Navarra. De otra parte, Roma tampoco reconoció a García como rey de Navarra, dado que, ALFONSO I el Batallador, en su testamento, había dejado sus reinos a las órdenes militares de Oriente.
Durante el reinado de García Ramírez, fue decisivo el vasallaje que mantuvo hacia ALFONSO VII, a pesar de tener altibajos, ya en junio de 1135, tras asistir a la coronación como emperador del monarca castellano, ambos se lanzaron contra las ciudades de Zaragoza, Tarazona, Daroca y Calatayud, sobre las que RAMIRO II no podía alegar ningún derecho, puesto que fueron incorporadas durante el reinado de ALFONSO I. García Ramírez gobernó Zaragoza en nombre de ALFONSO VII, al menos hasta 1136, año en el que el emperador acercó su posición a la de RAMIRO II el Monje, al que entregó Zaragoza. García de Pamplona no aceptó esta decisión y tuvo que defender el reino durante tres años.
En 1137, el conde de los territorios de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, Ladrón, se pasó al servicio de ALFONSO VII, pasando estos territorios a sus manos. La guerra era inevitable., aunque fueron escaramuzas que no afectaron a las fronteras. Al poco, ambos monarcas, firmaron la paz. Sin embargo la guerra con Aragón fue más activa, corriendo la iniciativa a los navarros, además García Ramírez abrió un frente político, intentando privar de jurisdicción y rentas a todo monasterio o iglesia de Navarra que tuviera su sede en Aragón. Siendo todos incorporados a la Iglesia de Pamplona.
En 1138, cambia la situación al asumir el gobierno de Aragón el conde de Barcelona RAMÓN BERENGUER IV. Dos años más tarde, en 1140, éste firmó en Carrión de los Condes un pacto con ALFONSO VII, con el claro objetivo de repartirse el reino de Pamplona. Inmediatamente el conde de Barcelona inició los ataques sobre Lánguida, venciendo a García Ramírez en Ejea de los Caballeros. Pero la alianza entre Castilla y Aragón demostró, una vez más, su inestabilidad, y en 1140 García Ramírez y ALFONSO VII se sentaron a hablar, llegándose a un acuerdo por el cual, el heredero de la corona castellana, SANCHO III, casaría con doña BLANCA, hija del pamplonés.
No acabaron aquí los compromisos matrimoniales entre ambos monarcas, ya que, un año después, don García enviudó entrando en negociaciones con ALFONSO, que dieron como resultado el matrimonio entre el rey de Pamplona y la infanta doña URRACA de Castilla en el año 1144. Tranquilo por la inacción castellana, García atacó Jaca, Tarazona y Zaragoza, en 1142; el conde de Barcelona respondió poniendo sitio a Sangüesa. La paz se firmó en San Esteban de Gormaz, en noviembre de 1146, a instancias de ALFONSO VII, ya que éste necesitaba la ayuda de los reinos cristianos para lanzarse contra el Islam, cuando el imperio almorávide había entrado en franca decadencia.
Aliados los tres reyes, atacaron Almería en 1147, plaza que era el principal puerto comercial de al-Ándalus y refugio de los piratas, como consecuencia Génova y Pisa se unieron a la empresa. Italianos y catalanes mantuvieron un asedio marítimo, mientras que los castellanos y navarros atacaron por tierra, conquistando Baeza. Almería cayó el 17 de octubre de 1147 y, tras la conquista, el 1 de julio de 1149 el rey de Navarra y el conde de Barcelona firmaron una paz entre sus señoríos, al mismo tiempo, olvidando en el reparto al monarca castellano, acordaron repartirse las futuras conquistas sobre los musulmanes, fuese quien fuese el que conquistara. Al mismo tiempo se pacto el matrimonio de BLANCA hija de García Ramírez con RAMÓN BERENGUER IV, pero pronto quedó en el olvido, ya que al aragonés no le interesaba enemistarse con el castellano; finalmente se consolidó el matrimonio entre el conde de Barcelona y doña PETRONILA hija de RAMIRO II el Monje. A pesar del pacto, García Ramírez siguió colaborando con ALFONSO VII y en junio de 1150 le acompañó en su expedición a Andalucía.
García Ramírez murió aquel mismo año y fue sucedido por su hijo SANCHO VI el Sabio.
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