Urraca Alfonso, segunda esposa de García Ramírez
Nacida en Pelúgano, Aller, Asturias, en el 1133, era hija ilegítima de Alfonso VII el Emperador, rey de Castilla y León, y de Gontroda Petri, hija del conde Pedro Díaz. Nació fruto de la relación que sus padres mantuvieron en el Castillo de Soto. Separada de su madre, fue instruida por su tía, la infanta Sancha Raimúndez, hermana de Alfonso VII, ya que era la Dómina del Infantado, ostentando el título de reina. Título que le fue concedido por su hermano. Urraca Alfonso fue la primogénita de los hijos de Alfonso VII.
El 24 de junio de 1144 se celebró en León el matrimonio entre Urraca Alfonso y el rey García Ramírez de Pamplona. El emperador invitó a condes, príncipes y duques, para que vinieran a las nupcias reales. La noticia complació a todos, y vinieron a las bodas con espléndidas comitivas. El aposento nupcial fue preparado por la Infanta doña Sancha en los palacios ubicados en San Pelayo.
Alfonso VII y García Ramírez, se sentaron en un trono elevado a las puertas del palacio imperial, mientras el resto de los grandes, se sentaban en asientos preparados para el evento. Acudieron caballeros de diversas partes, atraídos por los festejos, haciendo correr a sus caballos y golpeando unos tableros, preparados al efecto, con sus lanzas, para demostrar así su pericia y su valor. Otros mataban con venablos toros, a los que se enfurecía con el ladrido de los perros. También soltaron en medio del ferial a un cerdo, para que hombres con los ojos vendados se apoderaran de él. Los cazadores, al intentar dar muerte al animal, se golpeaban y herían, entre el delirio de los espectadores.
En 1150, tras seis años de matrimonio, falleció el rey García Ramírez de Pamplona. Entonces, la reina Urraca regresó al reino de Castilla, siéndole concedido, por su padre, el gobierno de Asturias, con título de reina. Una vez en Oviedo residió en el palacio de Alfonso II el Casto, que estaba junto a la catedral. Su padre le otorgó el señorío de Aller. Desde 1153 gobernó respetando el poder de su padre primero y, posteriormente, el de su hermano Fernando II de León. En este periodo destacó por su generosidad con la iglesia asturiana, haciendo numerosas donaciones a la Catedral de Oviedo, así como al monasterio de San Pelayo de Oviedo. Colaboró con su madre en la fundación del Monasterio de Santa María de la Vega, cerca de Oviedo, en el que su madre, Gontroda Petri, recibió sepultura, en un sepulcro de piedra que actualmente se conserva en el Museo Arqueológico de Asturias.
Se desconoce la fecha exacta de la muerte de la reina Urraca, pues, algunos cronistas sitúan su fallecimiento el 26 de octubre del año 1164, mientras otros argumentan que no murió hasta el año 1189, a pesar de que los Anales Toledanos situaron su defunción en el año 1179. Después de su defunción, recibió sepultura en la Capilla de Santa María Magdalena de la Catedral de Palencia, a pesar de haber dispuesto que su cadáver recibiera sepultura en la Catedral de Oviedo, en la Capilla del Rey Casto de la Catedral, junto a los reyes de Asturias allí sepultados, disponiendo además que en caso de que su cadáver recibiera sepultura en otro lugar, se celebrase en su memoria un aniversario solemne en la Catedral de Oviedo.
La voluntad de la reina Urraca no fue respetada. En unos estatutos concedidos al Cabildo palentino por el obispo D. Vasco el día 25 de mayo de 1388 se menciona que el capellán de Santa María Magdalena tenía obligación de rogar por el alma de la reina Urraca y por otros individuos sepultados en la misma capilla, recomendación que se repite en una concordia entre el Cabildo palentino y los capellanes de Santa María Magdalena, alrededor del año 1420.
Se colocó un epitafio en la pared que sostiene el arca que contiene los restos de la reina, que reza la siguiente inscripción:
"HIC REQUIESCIT DOPNA URRACA REGINA NAVARRE UXOR DOPNI GARSIE RAMIRI REGIS NAVARRE, QUE FUIT FILIA SERENISSIMI DOPNI ALFONSI IMPERATORIS HISPANIAE QUI ALMERIAM OBTINUIT, QUE OBIIT IIIIº YDUS OCTOBRIS ERA MªCCªXXªVIIª”. Que en castellano viene a decir: "Aquí yace Doña Urraca, reina de Navarra, esposa de Don García Ramírez, rey de Navarra, que fue hija del serenísimo Don Alfonso, emperador de España que conquistó Almería, que falleció el cuarto día de los idus de octubre de la era mil doscientos veintisiete".
En 1896 fueron examinados los restos mortales de la reina, constatándose que seguían conservándose en buen estado tras haber sido examinada durante el reinado de Isabel II. La momia de la reina medía un metro y seiscientos veintidós milímetros y tenía los brazos cruzados sobre la cintura, apreciándose que padeció obesidad, siendo sus manos pequeñas y las piernas rectas y fuertes, y que debió fallecer, a juicio de quienes la examinaron, cuando contaba entre cuarenta y cinco y cincuenta años de edad.
Fruto de su matrimonio con el rey García Ramírez de Pamplona, nació una hija: Sancha de Navarra y Castilla, que contrajo matrimonio con Gastón V de Bearn, vizconde de Béarn, desposandose por segunda vez con el conde Pedro Manrique de Lara, señor de Molina y Mesa, y vizconde de Narbona.
Según algunos autores, contrajo un segundo matrimonio, alrededor del año 1163, con Álvaro Rodríguez de Castro, hijo de Rodrigo Fernández de Castro el Calvo y Elo Álvarez, que fue señor de Chantada y gobernador de Asturias entre los años 1150 y 1171, de Sarria, y de las Torres de León, además de Alférez del Rey Fernando II de León, y posteriormente su Mayordomo Mayor, naciendo de este matrimonio un hijo: Sancho Álvarez de Castro, quien el 23 de julio de 1196 en el Monasterio de San Pelayo, figura como dominante Asturias Sancius Alvari filius regina Urrace...
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