James Madison, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica entre 1809 y 1817

 


Nació el 16 de marzo de 1751, en Port Conway, condado de Westmoreland (estado de Virginia), hijo de un rico terrateniente sureño fue enviado el año 1769, al College of New Jersey (hoy Universidad de Princeton), famoso por su oposición al clero protestante británico, donde completó sus estudios de Humanidades. Dos años después, se graduó en Latín, Griego, Castellano y Ciencias Naturales. De regreso a Virginia, emprendió la carrera de Derecho, profesión en la que pronto comenzó a cosechar sus primeros éxitos. Debido a su delicada salud, fue rechazado para el servicio militar, lo que no le impidió, al iniciarse la rebelión de las colonias, convertirse en uno de los líderes más activos y carismáticos.

El año 1776, Madison fue elegido miembro de la Convención Revolucionaria de Virginia, desde donde ayudó decisivamente a Thomas Jefferson en la redacción del borrador de la Constitución de Virginia, que sería la primera Carta Magna de un estado norteamericano. En dicha Convención, defendió la línea política favorable a la declaración de la independencia definitiva de las colonias. El documento constitucional virginiano pasó a ser modelo para el resto de los primeros estados de la Unión. Tras dos años al frente de la gobernación de Virginia, fue elegido, en marzo de 1780, miembro del Congreso Continental de Filadelfia, en representación de su estado, en el que permaneció tres años más, trabajando junto a Alexander Hamilton, en el intento de reforzar el gobierno central, concediendo al Congreso el poder para imponer impuestos y regular las actividades comerciales, tan necesarias para una nación recién creada.

De nuevo en Virginia, el año 1783, ingresó como miembro de la Asamblea de Virginia, donde logró que no fuera aprobada la Patrick Henry´s Bill, que pretendía subvencionar con dinero estatal el sostenimiento del clero anglicano. Madison, al ser defensor a ultranza de la necesaria separación de la Iglesia y el Estado, apoyaba la aprobación del Estatuto de Virginia, que, redactado por Thomas Jefferson, establecía en Virginia la libertad de culto.

El mes de septiembre de 1786, Madison acudió a la Convención de Annapolis (estado de Maryland), con otros cinco representantes de otros tantos estados, en la que convenció a los asistentes de la necesidad de convocar una nueva convención en Filadelfia, a fin de revisar la Constitución Federal. Esa convención, se realizó entre el 25 de mayo al 17 de septiembre de 1787, allí desempeñó un papel esencial para el futuro político del país, al presentar el Plan de Virginia, que se convirtió en la base estructural y jurídica del nuevo Gobierno. El diseño estableció una Asamblea legislativa dividida en dos Cámaras, una Cámara Alta (Senado), y una Cámara Baja (Cámara de Representantes), en las cuales, la representación sería proporcional a la población, separando claramente el poder ejecutivo del legislativo y, con un complejo sistema de control y de equilibrios. También creó un ejecutivo fuerte, capaz de ejercer el derecho de veto, además de un poder judicial con capacidad para anular las leyes emitidas por los estados en caso de que chocasen con los intereses de la Unión. Aprobada la Constitución y con George Washington como primer presidente de los Estados Unidos, Madison fue elegido, el año 1789, miembro de la Cámara de Representantes por Georgia, donde se estrenó introduciendo las diez primeras enmiendas a la Constitución, conocidas como Bill of Rights (leyes sobre los Derechos). El año 1791, se alejó definitivamente de Alexander Hamilton (Partido Federalista) al oponerse a la política fiscal de éste, siendo secretario del Tesoro, y al giro dado en política exterior por Washington, influido profundamente por Hamilton. Como consecuencia, unió sus esfuerzos junto a Thomas Jefferson para crear el Partido Republicano, con la intención de contrarrestar las tendencias centralizadoras y aristocráticas de los federalistas de Alexander Hamilton.





En el año 1797, bajo la administración de John Adams, abandonó el Congreso a raíz de la promulgación de las Alien and Sedition Acts (Leyes de Extranjería y Sedición), con las que Hamilton, auténtico presidente en la sombra, se propuso aplastar cualquier oposición por parte de los republicanos, a lo que se sumó el tratado comercial firmado con Gran Bretaña en 1794, el John Jay´s Treaty, ratificado por el presidente Adams, y la política neutral adoptada por Washington y Adams en el conflicto bélico europeo. Instó a los demás estados a oponerse a prácticas inconstitucionales del presidente John Adams. Para ello, redactó, en el año 1798, las Resoluciones de Virginia, en las que defendía la autonomía legislativa de los estados y el derecho de éstos a invalidar las leyes federales.

Durante los ocho años que permaneció como encargado de la diplomacia estadounidense, luchó sin resultado alguno, por la defensa de los derechos de los estados de la Unión en el mar. Gran Bretaña y Francia alcanzaron un punto muerto en su enfrentamiento, intentando impedir el comercio marítimo de la otra, lo que perjudicaba a los intereses comerciales de los Estados Unidos. Gran Bretaña inició el bloqueo marítimo sobre Estados Unidos, por lo que Jefferson, asesorado por James Madison, redactó la Ley de No Importación de 1806, que sería aprobada por el Congreso como medida de presión para que, los británicos, dejaran de entorpecer el comercio estadounidense con Europa. Las requisas de embarcaciones estadounidenses por parte de los británicos alcanzó su punto álgido en junio de 1807, cuando la fragata británica Leopard abordó y requisó la estadounidense Cheasepeake.

 

El 4 de marzo de 1809, tras derrotar al candidato federalista Charles Pinckney, Madison fue elegido presidente de los Estados Unidos. Heredando varios problemas que era necesario resolver. El primero era el embargo comercial con el que Thomas Jefferson había intentado evitar la guerra con Gran Bretaña, embargo que sustituyó, presionado por la clase política y los comerciantes, por la Ley de No Relaciones, por la que se vetaba cualquier relación comercial con Francia y Gran Bretaña, a la vez que se fomentaban las relaciones comerciales con los demás países. Al no dar, dicha ley, los resultados previstos, el Congreso la sustituyó por la Ley Macon, inspirada por el Presidente del Comité de Asuntos Exteriores del Congreso, por la que se restablecían las relaciones comerciales con ambos países, pero en el momento en que una de ellas plantease algún obstáculo, la antigua Ley de No Relacione volvería a restablecerse. Su política pacífica fue volviéndose, cada vez, más agresiva, encaminándose hacia una confrontación bélica con Gran Bretaña. Esa política era favorecida, desde el propio Congreso por los llamados Halcones de la Guerra, fervientes nacionalistas y antibritánicos. Tal clima de guerra estalló el 8 de junio de 1812, fecha en la que el Congreso declaró oficialmente la guerra a Gran Bretaña. Los dos primeros años de guerra, denominada por los norteamericanos como Segunda Guerra de la Independencia, dieron un balance negativo para los Estados Unidos, debido a la pésima gestión de su secretario de Guerra, John Armstrong, además de la escasa preparación del ejército federal, como resultado de la falta de presupuesto en armamento. Armstrong no fue capaz de valorar, la posibilidad de una invasión británica, máxime cuando, en 1814, los británicos ya se habían librado de la amenaza en Europa de Napoleón Bonaparte. Cuando los británicos tomaron Washington y arrasaron los edificios oficiales, James Madison colocó a James Monroe (futuro presidente) al mando del ejército, quien, junto con la excelente campaña militar del general Andrew Jackson en la batalla de Nueva Orleans el 8 de junio de 1815, forzó a Gran Bretaña a la firma, el 24 de diciembre de 1814, del Tratado de Gante. La firma de la paz no solucionó los problemas entre los dos países, pero al menos sirvió para el asentamiento del nacionalismo y del orgullo patriótico en Estados Unidos, así como para liquidar el complejo colonialista que padecía el país desde los primeros momentos de su independencia.

La última acción en política exterior de Madison fue la de encomendar a su embajador en Gran Bretaña, John Quincy Adams (futuro presidente) la firma del Tratado Rush-Bagot, por el que ambos países se comprometían a limitar los barcos de guerra que podían navegar en aguas de los Grandes Lagos a los estrictamente requeridos para cumplir los reglamentos aduaneros.





 

Retirado en su finca de Montpelier, James Madison pasó el resto de sus días como agricultor, aplicando métodos innovadores de cultivo y contribuyendo a humanizar las condiciones de vida de los esclavos de su plantación. En el año 1819, colaboró con Jefferson en la creación de la Universidad de Virginia, de la que llegó a ser rector. Los últimos años de su vida los pasó aquejado de artritis y reuma, circunstancia que no le impidió escribir varios artículos y ensayos. Antes de morir, James Madison fue miembro de la Convención Constitucional de Virginia. El 28 de junio de 1836, James Madison moría en Virginia.




 

Bibliografía

  • mcnbiografias.com.
  • WikipediA

 

 


 

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Ramón Martín


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