Felipe II, rey de Francia desde el 1180 al 1223

 

DINASTÍA DE LOS CAPETOS

Nacimiento: El 21 de agosto de 1165 en Gonesse.

Fallecimiento: El 14 de julio de 1223 en Mantes-la-Jolie.

Padres: Luis VII de Francia y Adela de Champaña.

Reinado: Desde el 18 de septiembre de 1180 hasta el 14 de julio de 1223.


Hijo de Luis VII y de Adela o Alicia de Champaña, nació en Gonesse, el 21 de agosto de 1165, fue llamado Felipe Augusto. Desde el momento de su ascenso al trono francés, hizo gala de gran prudencia y astucia, extendiendo el poder real franco hacia la Picardía, Normandía, Anjou, el Maine y el Languedoc, con gran esfuerzo para su economía y sus tropas. A los catorce años, su padre, que se encontraba muy enfermo, le hizo consagrar rey el 1 de noviembre de 1179 en Reims. Más no fue un formulismo, ya que Felipe comenzó a reinar desde ese mismo momento, puesto que la enfermedad de Luis VII le incapacitaba para el gobierno; tanto que falleció a los pocos meses y Felipe II fue proclamado rey de Francia en San Dionisio, el 17 de septiembre de 1180. Su padre, antes de morir y debido a la juventud de su hijo, estipuló que se nombrara regente a Felipe de Alsacia, conde de Flandes.

Al poco de comenzar su reinado, se produjo un fuerte enfrentamiento entre Felipe y su tutor. Muchos nobles franceses se aliaron en torno al regente, frente al rey, el cual deshizo la rebelión, empleando una contundencia e inteligencia que no eran propias de una persona tan joven. Asentado su poder, quiso aprovechar el entusiasta momento, para lanzar a sus topas contra los territorios que los ingleses mantenían en suelo francés. En 1187 Enrique II de Inglaterra atacó el Languedoc, para aumentar sus dominios en Francia, a lo que, Felipe II, respondió con astucia: se ganó la amistad de los hijos del monarca inglés, Ricardo Corazón de León y Juan Sin Tierra, aprovechando las desavenencias de estos con su padre, logrando que se sublevaran en 1188. El monarca inglés, incapaz de hacer frente a la rebelión, tuvo que pedir la paz al año siguiente.

En 1189, a la muerte de Enrique II, su hijo Ricardo Corazón de León fue proclamado rey de Inglaterra, y una de sus primeras actuaciones fue, en virtud de un voto que había realizado antes de subir al trono, organizar la Tercera Cruzada junto con Federico I Barbarroja y Felipe Augusto; con el objetivo de tomar Jerusalén, que, dos años antes había sido tomada y recuperada para el Islam, por Saladino I. El interés de Felipe II para embarcarse en la Cruzada, era alejar a Ricardo de Europa; regresando él, lo antes posible, y aprovechar la ausencia del rey inglés. Tras la toma de San Juan de Acre en julio de 1191, Felipe, regresó a Europa pasando por Italia, allí se entrevistó con el emperador Enrique IV, que le prometió detener a Ricardo a su regreso. Desde allí paso a Francia, poniéndose en contacto con Juan Sin Tierra, ofreciéndole su ayuda para que usurpase el trono de Ricardo, a cambio de Normandía; a lo que Juan Sin Tierra aceptó.

. Ricardo, enterado de los planes de Felipe II y de su hermano, regresa de Tierra Santa, más, su barco naufragó y cayó en poder del duque Leopoldo de Austria, que le arrestó y le entregó al emperador Enrique IV quien le tuvo preso durante más de un año. En 1194, Ricardo, regresó a Inglaterra, y nada más recuperar el trono se lanzó a una guerra de venganza contra Felipe II, logrando recuperar los territorios conquistados y obligándole a pedir la paz en 1196. Ricardo, que tenía planes para convertirse en el juez y señor de la cristiandad, no pudo conseguir su objetivo, debido a la mala situación económica y a la muerte, ya que falleció el 6 de abril de 1199, con gran alivio para Felipe II.

A Ricardo le sucedió su hermano Juan Sin Tierra, un rey incapaz, sin tacto político e inútil para la estrategia militar. Felipe II le declaró como su enemigo; el monarca francés apoyó, como pretendiente al trono inglés, al sobrino de Juan, Arturo de Bretaña, al cual había obligado en 1202 a declararse su vasallo. Felipe pretendía debilitar a su eterno enemigo, la dinastía angevina. El matrimonio entre el hijo mayor de Felipe Augusto, Luis ( futuro Luis VIII), y la sobrina de Juan, Blanca de Castilla, hizo que ambos reyes firmasen, el año 1200, la paz en Andelys. Pero esta paz duró poco, ya que Juan raptó a Isabel de Angulema, el día de la boda de esta con Hugo X conde de Larca. Esto fue la excusa para que Felipe II iniciara la guerra. El monarca francés logró recuperar los territorios que los ingleses mantenían en suelo francés.

Juan Sin Tierra tuvo una serie de enfrentamientos con el papa Inocencio III, a partir de 1208, por la oposición del monarca al nombramiento de Stephen Langtob como arzobispo de Canterbury. El monarca fue excomulgado y el papa lanzó la interdicción sobre el reino. Felipe II se preparó para invadir la isla. Juan, ante el inminente peligro, se reconcilió con el papado, declarándose vasallo de la Santa Sede en 1212. Esto obligó a Felipe Augusto a culminar la invasión, sin desembarcar en las islas. En 1209, Otón de Brunswick, sobrino de Ricardo Corazón de León y enemigo de Felipe II, fue coronado emperador de Alemania, y Juan Sin Tierra vio la posibilidad de poner freno al poderío de los Capeto. Entonces, Felipe II, se vio amenazado por una poderosa coalición, viéndose obligado a estrechar sus lazos con el papa Inocencio III, el cual excomulgó, de nuevo, a Juan Sin Tierra acusándolo de acosar al clero inglés. En 1214, todos los enemigos de Felipe Augusto estaban excomulgados por uno u otro motivo.

Coronación de Felipe Augusto


El 27 de julio de 1214, en el condado de Flandes, tuvo lugar la batalla de Bouvines. De un lado, Felipe Augusto, y del otro, la coalición encabezada por el emperador Otón, los condes de Flandes y Boulogne y Juan Sin Tierra. Esta batalla supuso un triunfo aplastante del ejército francés, con la anexión a la Corona de todos los territorios angevinos del norte del Loira, situando a Francia como uno de los estado más poderosos de Europa. Mientras, el emperador quedaba totalmente desprestigiado, siendo sustituido por Federico II Hohenstaufen. Juan tuvo que rendir vasallaje a Felipe, y la crisis en Inglaterra llegó al extremo de que Juan Sin Tierra tuvo que promulgar, el 15 de junio de 1215, la Carta Magna, para contentar a los nobles, hartos de los continuos desastres del rey. En el lado francés, pese a la victoria, las pérdidas humanas fueron tales que apenas pudo sacar ventaja de su nueva posición.

En el interior, Felipe Augusto, mantuvo una política inteligente, dando al país todo un cuerpo burocrático y consolidando las conquistas realizadas, pero fue incapaz de evitar que, las continuas, guerras contra Inglaterra acabasen por suponer una ruina, demográfica y económicamente para el país. Más interesado en derrotas a Inglaterra que en los asuntos internos del reino, Felipe, dejó que su hijo Luis dirigiese las operaciones contra los cátaros, Cruzada contra los albigenses, que fue promulgada por el papa Inocencio III.

El rey, estuvo casado en tres ocasiones, la primera con Isabel de Henao, de cuyo matrimonio nació el heredero al trono, el futuro Luis VIII; posteriormente se casó con Ingelburga de Dinamarca a la que repudió para casarse con Inés de Merania. El 14 de julio de 1223 falleció dejando a la monarquía capeta como el máximo poder de Francia y a esta como uno de los estados más poderosos de Europa.

Ramón Martín

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