Juan sin Tierra, rey de Inglaterra desde 1199 a 1216

 


DINASTÍA PLANTAGENET

 

Nacimiento: El 24 de diciembre de 1166 en el palacio de Beaumont, Oxford (Inglaterra).

Fallecimiento: El 18/19 de octubre de 1216 en el castillo de Newark (Inglaterra)

Padres: Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania.

Reinado: Desde el 6 de abril de 1199 a 18/19 de octubre de 1216.



 

Pese a carecer de propiedades a la muerte de Enrique II de Inglaterra, de donde le viene su sobrenombre, pronto se hizo con un importante patrimonio, al casarse en 1176 con la hija del conde de Gloucester. Además de se nombrado en 1185, gobernador de Irlanda. Desde Irlanda colaboró con su hermano Ricardo en el destronamiento del padre de ambos Enrique II, por lo que, al ocupar Ricardo el trono en 1189, le recompensó con numerosos territorios.

Poco después, el nuevo rey marcho al frente de un importante ejército para unirse a la Tercera Cruzada, dejando a su hermano Juan al frente del reino, ausencia que aprovecho Juan sin Tierra para tratar de hacerse con el trono, lo que le supuso la oposición del canciller Guillermo de Longchamps.

Tuvo noticias Ricardo de las pretensiones de su hermano, cuando regresaba herido de la Cruzada, tras haber obtenida una pírrica victoria frente a Saladino. A pesar de todo Ricardo perdonó a su hermano al morir en 1199, a causa de las heridas recibidas. Juan, entonces, se apresuró a autonombrarse rey de Inglaterra, a pesar de la oposición de su sobrino Arturo de Bretaña, que contaba con el apoyo del rey francés Felipe Augusto. Estalló la guerra. En ella, Arturo contaba con el apoyo de los territorios de los Plantagenet, de las posesiones de la corona inglesa en Francia, además del apoyo del rey de Francia. Pero Juan sin Tierra firmó entonces, con el rey francés, el Tratado de Andelys en 1200, en el que se acordó que Arturo quedaba excluido de la sucesión al trono. Asentado en el trono, repudió a su mujer, de cuyo matrimonio no había descendencia, y se casó con Isabel de Angulema, lo que le ocasionó un enfrentamiento con Hugo X, conde de la Larca, el cual buscó el apoyo del rey de Francia para luchar contra Juan.



Arturo de Bretaña, mientras tanto, instigado por Felipe Augusto se había vuelto a sublevar. Juan harto de Arturo, marchó contra él, le venció en Mirabeau, donde lo hizo prisionero, dándole muerte en 1203, con sus propias manos. A causa de esto, Felipe Augusto le citó ante el Tribunal de los Pares de Francia, y al no comparecer Juan, Felipe dio orden para que se le desposeyera de todos sus bienes franceses, con lo que perdió Bretaña, Anjou, Normandía y Turena. Más debido al caos reinante en Aquitania, Juan,  pudo hacerse con el domino de la zona, así como con gran parte de Poitou, en 1206.

A partir de 1208, tuvo problemas con el papa Inocencio III a causa de su oposición al nombramiento de Stephen Langton como arzobispo de Canterbury. Inocencio III lanzó la interdicción sobre Inglaterra, a la que siguió en 1209 la excomunión de Juan. Felipe Augusto se propuso llevar a cabo la sentencia, reunió un ejército para invadir la isla. Juan Sin Tierra, ante el inminente peligro, se doblegó ante el Papa, declarando su reino vasallo de la Santa Sede, en 1213. Por lo cual, el rey francés, se vio obligado a renunciar a sus planes contra Inglaterra.

Juan, deseoso de tomar venganza contra el francés, llevó a cabo una serie de alianzas con el Imperio, Tolosa, Bolonia y Flandes. Pero esta vez, su propio pueblo, cansado de las continuas guerras y los consiguientes impuestos, le detuvo en sus planes. El pueblo estaba hastiado de los continuos desmanes de su monarca, además de resentido por la interdicción papal. Pero el malestar se acentuó, aún más, tras las derrotas de los ejércitos aliados en Poitou y Bouvines en 1214. Ante tanto malestar, los barones ingleses se sublevaron junto al pueblo de Londres, y Juan no tuvo más remedio que firmar la Carta Magna en 1215. En ella, entre otras exigencias, había dos de gran importancia para la historia de Inglaterra: la que prohibía que ningún súbdito fuera detenido, privado de sus derechos o desterrado sin el dictamen previo de sus iguales en estado, y la que daba el control de los tributos feudatarios y de la ciudad de Londres al Consejo del Reino, lo cual suponía un importante recorte de los privilegios regios.

Al poco tiempo, se pudo comprobar que, Juan sin Tierra, tan sólo había firmado este decreto como medida para salir de la crisis, y que no tenía ninguna intención de respetarlo. Y así trató de obtener de Inocencio III la anulación de La Carta, hecho que provocó en 1215, la guerra civil que se prolongaría hasta 1217. En ella, los barones se sublevaron y ofrecieron la corona a Felipe Augusto. En el transcurso de la misma falleció Juan, el 19 de octubre de 1216, dejando a su hijo Enrique III, un país desolado por los conflictos y en un estado de continua guerra civil.

Ramón Martín


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