La Taifa de Morón
El pequeño reino de Taifa de Morón fue creado por guerreros bereberes magrebíes de la familia de los Banu Dammar, pertenecientes a una rama de los zanatas oriundos de Túnez, que habían entrado en al-Ándalus a finales del siglo X en tiempos de Almanzor para integrarse en sus ejércitos. Abú Tuziri al-Dammari fue el jefe de aquel contingente bereber que se instaló en la zona de Morón, confirmado por Sulaymán al-Mustaín en su segundo califato hacia 1010.
Nuh ben Abú Tuziri, sucedió a su padre Abú Tuziri en la gobernación de Morón y de su territorio. Al principio de su mandato, debió proclamarse independiente, siendo así el primer régulo de la Taifa. Su reinado duró unos treinta años sin que se encuentre ningún hecho digno de mención. Cuando murió hacia 1041 o 1045, fue sucedido por su hijo Muhammad.
Muhammad ben Nuh Izz al-Dawla, sucedió a su padre Nuh ben Abú y tomó el título honorífico de Izz al-Dawla (gloria de la dinastía). Aunque pertenecía al partido bereber, no pudo evitar algunos conflictos con los reinos vecinos. Así, entre los años 1042 y 1047, al igual que Carmona, Ronda y Osuna, fue atacado en alguna ocasión, por Badis, régulo bereber de Granada.
En el año 1047 o 1048, al-Dawla formó parte de una agrupación beréber, formada, entre otros, por los régulos de Carmona, Arcos, Granada y Badajoz, para reconocer al califa hamudí Muhammad ben al-Qasim, proclamado en Algeciras, apartándose del califa hamudí de Málaga Muhammad I ben Idris Ben Ali al-Mahdí.
En 1053, al-Dawla y los régulos de Ronda y Arcos fueron invitados por al-Mutadid a acudir a Sevilla para una celebración familiar. La intención del sevillano era hacerse con los tres reinos bereberes mediante una traición. Los tres régulos acudieron con sus respectivos séquitos y fueron recibidos con gran pompa por al-Mutamid, pero a continuación mandó encerrarlos a todos. Hacia 1057 o 1058, Muhammad Izz al-Dawla murió en prisión.
Manad ben Muhammad Imad al-Dawla, que anteriormente había sido nombrado heredero, asumió el poder del reino después de que su padre fuera encarcelado. Ello retrasó la anexión por Sevilla. Tomó el título honorífico de Imad al-Dawla (el pilar de la dinastía). A Manad Imad al-Dawla no le fue fácil mantenerse independiente durante los años que reinó, ya que el poderoso régulo de Sevilla, al-Mutadid, lo acosó sin descanso en continuos ataques. Tampoco faltaron los ataques de otros reinos, como Ronda, Granada y Córdoba. Al final, no pudiendo seguir defendiendo su reino, tuvo que entregárselo a al-Mutamid en 1066. Después, se retiró a Sevilla, donde vivió hasta su muerte en 1075 o 1076.
Ramón Martín
Comentarios
Publicar un comentario