La Taifa de Ronda

El reino de Taifa de Ronda fue uno más de los pequeños estados que se crearon al albur de los acontecimientos. Fue fundado hacia 1039 por guerreros bereberes magrebíes, pertenecientes a la cabila de los Yafraníes de la tribu Zanata, que habían llegado a al-Ándalus en 958-959 para integrarse en los ejércitos de Almanzor. Durante la guerra civil actuaron como una banda guerrera y apoyaron al califa Sulaymán al-Mustaín. Como otros grupos armados bereberes, los yafraníes buscaron un territorio donde asentarse, y lo consiguieron bajo el mandato de Abú Nur Hilal, que logró dominar la región de Takurunna (Ronda).
Abú Nur Hilal ben Abi Qurra al-Yafrani (1ª vez),  había participado en los conflictos de otros reinos de taifas y reconocido a los califas hamudíes. Se declaró independiente hacia 1039 o 1040 tras la muerte del califa malagueño Idris al-Mutaayyad. Al principio de su reinado había tenido relaciones de amistad con al-Mutadid, régulo de Sevilla, y había reconocido al falso califa Hisham II; hasta que el sevillano decidió, en 1053, hacerse con su reino y con los de Morón y Arcos. Para ello, urdió la estratagema de invitar a Sevilla, a sus respectivos régulos y a sus correspondientes séquitos, para asistir a una festividad familiar. Los recibió con gran pompa, pero luego mandó encerrarlos a todos. Abú Nur estuvo prisionero durante cuatro años.

Badis ben Hilal, era hijo de Abú Nur Hilal y tomó el poder al estar su padre prisionero en Sevilla. Su reinado se caracterizó por su extrema crueldad acompañada de medidas abusivas y arbitrarias contra sus súbditos. Badis ben Hilal fue lo suficientemente hábil para resistir las estratagemas y presiones del régulo de Sevilla durante cuatro años. En 1057, Abú Nur, después de ser liberado, regresó a Ronda y recuperó el trono tras deponer a su hijo Badis, al que mando ejecutar por traición.
Abú Nur Hilal ben Abi Qurra al-Yafrani (2ª vez), fue puesto en libertad por al-Mutadid, después de cuatro años de cautiverio, a pesar de haber reconocido al califa malagueño Idris al-Mutaayyad y de haberse apartado del falso Hisham II. Poco después de regresar a Ronda, de haber recuperado el trono y ejecutado a su hijo Badis, murió dejando como heredero a su hijo Abú Nasr Futuh.
Abú Nasr Futuh, sucedió a su padre Abú Nur. Era un hombre justo y benévolo con sus súbditos y con los miembros de la familia real, pero era poco inclinado a la vida militar y mucho a la bebida y a la pereza. Estuvo sometido durante todo su reinado a una enorme presión ejercida por al-Mutadid de Sevilla en su afán expansionista. En 1065, el sevillano tramó una conspiración con Abú Yaqub, uno de los guardianes de la alcazaba, para asesinarle y hacerse con el reino de Ronda. Durante el asedio que los cómplices de Yaqub realizaron a la alcazaba, Abú Nasr murió cuando cayó desde lo alto de una de sus torres. Así, al-Mutadid de Sevilla pudo anexionarse el reino de taifa de Ronda.
Ramón Martín

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