Urraca Fernández, tercera esposa de Ramiro II


Nacida en el año 925, era hija del conde Fernán González de Castilla. En el año 946 casó con el heredero del trono leones, en virtud a los acuerdos entre su padre y el rey Ramiro II, poniendo así fin a las desavenencias entre la monarquía asturleonesa y el condado de Castilla. De este matrimonio nacieron: Bermudo, que reinaría como Bermudo II de León; Ordoño, fallecido joven; y Teresa, monja. Urraca se trasladó a León y se convirtió en reina cuando Ramiro II abdicó en favor de su hijo Ordoño.

Desde el principio el reinado de Ordoño comenzó mal, pues la aristocracia leonesa, dirigida por su hermano Sancho y su tío García, rey de Navarra, comenzó a conspirar para arrebatarle el trono. Al parecer el padre de doña Urraca, el conde Fernán González, también intervino en el suceso, para desgracia de su hija. Ordoño descubrió la conspiración, acabando con ella, hacia el año 951, a partir de ahí se volvió iracundo contra el conde castellano y decidió repudiar a doña Urraca. Ésta volvió a Castilla y se instaló en la villa burgalesa de Covarrubias, donde fundó el monasterio de los Santos Cosme y Damián. Allí permaneció durante unos meses, ya que de nuevo Fernán González juró fidelidad a Ordoño III y el monarca asturleonés admitió de nuevo a la reina Urraca a su lado. Allí permaneció hasta el año 955, en el que falleció su marido y fue sucedido por su hermano Sancho, al que apodaban el Craso.

Urraca contrajo un segundo matrimonio en el año 958 con Ordoño IV de León, de este matrimonio nacieron dos hijos, aunque solo se conoce a uno: García que fue entregado como rehen al califa Alhakén II.

De nuevo casaría en el año 962 con Sancho Garcés II de Pamplona, de cuyo matrimonio nacerían: García Sánchez, rey de Pamplona y conde de Aragón; Ramiro de Pamplona; Gonzalo de Pamplona; y Urraca de Pamplona, entregada a Almanzor, con el que tuvo un hijo, Abderramán, apodado "Sanchuelo" por su parecido a su abuelo Sancho.

El carácter de doña Urraca, poco dado a las festividades palaciegas y a las conspiraciones cortesanas, hizo que definitivamente volviese a Castilla, al monasterio fundado por ella en Covarrubias, donde vivió hasta su fallecimiento, en 965. Fue sepultada en la colegiata de Covarrubias, Su sobrina Urraca García, hija de Garci Fernández, continuaría la labor de mecenazgo sobre el monasterio de los Santos Cosme y Damián.



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