Felipe V rey de España desde 1700 a 1724 y desde 1724 a 1746
Nace en el Palacio de Versalles de París el 19 de diciembre de 1683, era hijo de Luis, gran delfín y de María Cristina Victoria de Baviera. Al ser sus abuelos paternos Luis XIV de Francia y María Teresa de Austria, hermana de Carlos II de España, le permitió ser nombrado heredero a la Corona española. Corona que aceptó el 16 de noviembre de 1700, renunciando a sus derechos al trono francés.
Felipe V casó en primeras nupcias con María Luisa Gabriela de Saboya el 2 de noviembre de 1701. De este matrimonio nacerán cuatro hijos varones: Luis, sucesor en el trono; Felipe, muerto al poco de nacer; Felipe Pedro, fallecido con siete años; y Fernando. Esta reina falleció el 14 de febrero de 1714, con veintiséis años de edad, de tuberculosis. El 16 de septiembre de ese mismo año, Felipe se volvió a casar con Isabel de Farnesio. La nueva reina era una mujer de carácter, nada más llegar expulso a la princesa de los Ursinos, que siempre había estado cerca del monarca. El primer hijo del matrimonio, Carlos, sería rey de Nápoles y de las Dos Sicilias, y posteriormente de España; Luis Antonio fue cardenal y arzobispo de Toledo; María Teresa casó con el delfín de Francia; María Victoria casó con el rey de Portugal; y Felipe fue nombrado duque de Parma. Vamos que los colocó a todos (Perdón por la licencia).
A la llegada de Felipe, la Hacienda estaba en la ruina, el ejército roto, la administración corrupta, y un desprestigio en el exterior que iba en aumento. La oposición a los Borbones españoles y franceses, estaba integrada por Austria, Inglaterra y Holanda, con la firma de la Gran Alianza de la Haya el 7 de septiembre de 1701, a la que posteriormente se unirían Portugal y Saboya. Todos estos países reconocieron a Carlos de Austria como rey de España, el 12 de septiembre de 1703. La guerra llama a la puerta. Más en el interior, la hegemonía se convirtió en guerra civil, la Corona de Aragón apostó por la causa del archiduque Carlos, mientras que la mayor parte de Castilla lo hizo por la de Felipe V. Mal comenzaron las cosas para Felipe, los descalabros en Europa se fueron sucediendo hasta que el año 1704, el conflicto penetró en la península. Felipe V atacó Portugal para evitar la entrada de los aliados, pero no pudo evitar que los ingleses tomaran Gibraltar en agosto, no pudiendo hacerlo con Ceuta, que hubiera cerrado la puerta del Mediterráneo, aunque llegaron hasta Denia y proclamaron al archiduque Carlos como rey de España, el 8 de agosto de 1705.
Los ejércitos se encontraron en Almansa el 25 de abril de 1707, donde el ejército hispano-francés, mandado por el duque de Barwick, consiguió una victoria de gran efecto para los intereses del archiduque que se encontraba en su cuartel general en Barcelona. A partir de aquí las fuerzas de Felipe V conquistaron buena parte de la Corona aragonesa. Pero escaseó la ayuda francesa por motivos económicos, momento que aprovecharon los aliados para conquistar Zaragoza y entrar en Madrid en 1710. Las cosas volvieron a cambiar y el 10 de diciembre de 1710 las tropas de Felipe V derrotaron a los aliados en Brihuega y Villaviciosa, solamente les resistieron Cataluña y Baleares, el resto cayó fácilmente.
En Inglaterra triunfo un gobierno conservador que no tenía ningún interés en seguir la guerra, y, por otra parte, muere el emperador austriaco, José I, en 1711, siendo elegido emperador de Alemania el archiduque Carlos, circunstancias que aceleraron el establecimiento de la dinastía borbónica en España. Francia e Inglaterra comenzaron conversaciones secretas que culminaros en los tratados de Utrecht en 1713 y Rastadt en 1714. En el primero Felipe V renunciaba a la Corona francesa, era reconocido como rey de España y se daban por perdidas Gibraltar y Menorca en favor de Inglaterra. En España la guerra aún se prolongó unos años por la negativa de Cataluña a aceptar la victoria de Felipe V. Pese a su heroica resistencia, Cataluña fue derrotada por las tropas reales, tras la caída sucesiva de sus principales plazas: Barcelona (11 de septiembre de 1714), Cardona (18 septiembre de 1714) y Palma (3 de julio de 1715). La consecuencia para la Corona de Aragón fue la implantación de los Decretos de Nueva Planta, en 1716. De este modo, todos los reinos quedaron reducidos a las leyes de Castilla, tanto jurídica como administrativamente. Esta nueva reorganización centralista respondía totalmente a los deseos expresados por el nuevo monarca.
Con Isabel de Farnesio, cambió la política exterior, dirigiendo sus intereses hacia Italia. Se nombró como primer ministro a Julio Alberoni, que mandó un ejército en 1717, apoderándose de Cerdeña y Sicilia. La Triple Alianza (Inglaterra, Francia y Holanda), aumentó con el ingreso de Austria. Las cuatro potencias declararon la guerra a España, derrotando a la Armada Española en Pésaro, Alberoni entonces cambió de táctica e intento derribar al regente de Francia, el duque de Orleans. Descubierta la trama, Francia declaró la guerra unilateralmente a España, la cual se vio sola, sin apoyo alguno. La Corona española, entonces, apoyó la causa de Jacobo III al trono inglés, enviando una flota a Escocia en 1719, dispersada por el mal tiempo el poco ejército que llego a Inglaterra fue aplastado sin miramientos. Felipe V destituyó a Alberoni y se unió a la Alianza en el año 1721. Con el propósito de acercarse a Francia, negoció un matrimonio entre Luis de Borbón y María Luisa de Orleáns.
A partir de 1724, Felipe V comenzó a mostrar síntomas de perturbación mental, abdicando en su hijo Luis I el 10 de enero de 1724. Se recluyó en el palacio de SAN ILDEFONSO para meditar acerca de su salvación eterna; posiblemente un pretexto para hacerse con la corona francesa, ya que muerto el duque de Orleans y a punto de fallecer, sin descendencia Luis XV, el acceso al trono francés parecía fácil y posible. Pero en realidad quien murió fue su hijo Luis de una viruela, el 27 de agosto de ese mismo año, por lo que tuvo que volver a ceñir la Corona española.
Comienza aquí la segunda parte de su reinado, que fue detentada por su esposa y sus ministros, dado que padecía frecuentes periodos depresivos y de locura. Isabel de Farnesio firmó un tratado secreto con el emperador en 1715, a la vez que se concertaban los matrimonios de Carlos y Fernando con dos archiduquesas austriacas. El tratado fue firmado por el nuevo primer ministro español, el holandés Juan Guillermo Ripperdá. Las demás potencias reaccionaron firmando la Alianza de Hannover en 1725. España tuvo que rectificar y le costó el puesto a Ripperdá en 1726. José Patiño se hizo cargo de las secretarías de Marina, Indias y Hacienda en 1726, y de las relaciones exteriores en 1733, reorganizó la Armada, el Ejército y Hacienda. Mediante el Tratado de Sevilla, del año 1729, se obtuvo el reconocimiento de los ducados de Parma y Plasencia para el futuro rey Carlos III. A su vez, Patiño volvió a resucitar la política expansionista española en el norte de África, reconquistando la plaza de Orán en el año 1732, plaza que se había perdido en 1708.
Patiño se inclinó por un acercamiento con Inglaterra, pero, dándose cuenta de su excesivo poder naval y de que era el mayor enemigo para los intereses españoles en el comercio con las colonias, precisamente por ese poderío marítimo, cambió de rumbo, y en el año 1734 firmó en El Escorial el primer Pacto de Familia con Francia. Mediante este pacto, España se comprometía a ayudar a Francia para imponer en el trono de Polonia al cuñado de Luis XV, Estanislao Leczynski. Como contrapartida, los franceses secundarían la política española en Italia y ocuparían Gibraltar en caso de intervención inglesa. En el año 1734 caen Nápoles y Sicilia. Francia perdió la posibilidad de ver a su candidato en el trono polaco por lo que negoció la paz por separado con Viena, en el año 1735. España se encontró nuevamente aislada y sola, cuando sobrevino el enfrentamiento con Inglaterra, en la llamada Guerra de la Oreja de Jenkins. La escuadra española salió airosa del enfrentamiento.
En el año 1740 muere Carlos VI que había nombrado heredera a su hija María Teresa, provocando una nueva guerra de sucesión de Austria, Francia y España apoyaron a Carlos de Baviera, mientras que Inglaterra apoyaba a María Teresa. Nuevo Pacto de Familia, firmado en Fontainebleau en 1743, los ejércitos franco-españoles fueron nuevamente derrotados en 1743 por Carlos Manuel de Saboya. En la noche del 9 de julio de 1746 murió de un ataque cerebrovascular. Apenas transcurrida una semana de la muerte de su padre, el nuevo rey Fernando VI, el único hijo varón de su primer matrimonio que le había sobrevivido, ordenó a su madrastra, Isabel de Farnesio, quien había sometido a los príncipes de Asturias a una especie de arresto domiciliario durante casi quince años, que abandonara el palacio real del Buen Retiro y se marchara a vivir a una casa de la duquesa de Osuna, acompañada de sus hijos, los infantes Luis y María Victoria. Al año siguiente fue desterrada de Madrid y su residencia quedó fijada en el palacio de La Granja de San Ildefonso. Cuando la reina viuda protestó por medio de una carta en la que le decía al rey que «desearía saber si he faltado en algo para enmendarlo», Fernando VI le respondió con otra misiva en la que decía: "lo que yo determino en mis reinos no admite consulta de nadie antes de ser ejecutado y obedecido".
Por expreso deseo de Felipe V, sus restos reposan junto con los de su segunda esposa Isabel de Farnesio en un mausoleo emplazado en la Real Colegiata de la Santísima Trinidad, en la llamada Sala de las Reliquias, dentro del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, a pocos kilómetros de Segovia, que había sido preferido por él en vida, como un capricho arquitectónico mucho más de su agrado y que le recordaba a la añorada corte francesa.
Ramón Martín
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