Batalla de Almansa
Para comenzar esta publicación, hemos de remontarnos a finales del siglo XVII, más concretamente al 1 de noviembre de 1700, Carlos II, el Hechizado, ha muerto sin descendencia directa. Su legado, codiciado por todas las potencias, recae en manos de Felipe de Anjou, nieto de María Teresa, hermana del fallecido rey, Austria se opone, ya que de aceptarlo acabaría el reinado de la Casa Habsburgo en España. Intentan reemplazar a Felipe de Anjou por el archiduque Carlos de Austria.
Felipe V |
El Equilibrio Europeo se veía amenazado, a causa de que los tronos, español y francés, pudieran ser gobernados por un solo soberano, a lo que se añade el desasosiego de Inglaterra y Holanda por la apertura a Francia del mercado con las Indias.
La Guerra de Sucesión a la corona española, librada entre Felipe de Anjou y el archiduque Carlos de Austria, tuvo en Almansa uno de sus más importantes teatros de operaciones. Tuvo lugar el 25 de abril de 1707, en las proximidades de la ciudad de Almansa, allí se reunieron importantes contingentes militares, mayoritariamente extranjeros, que algunos historiadores cifran en más de 50.000 hombres.
Al mando de los ejércitos del archiduque Carlos, se encontraban los generales Galway y Das Minas, con un total aproximado de 16.000 hombres, y por la parte borbónica dirigidas las tropas de Felipe de Anjou, el duque de Berwick, con unos 12.000 hombres. La línea Borbónica se extendía a lo largo del término municipal de Almansa, en dirección sur-norte, en un frente de 6 Km, desde el cerro del Montizón hasta el de la Atalaya, atravesando parajes fácilmente identificables actualmente, con nombres tan sugerentes como la "Centinela", el "Cerro de los Prisioneros" o el "Camino de la Columna" como antiguamente se llamaba al monolito.
A pesar de que en un principio Barcelona acató al nuevo monarca Felipe V, lo cierto es que poco después se decantaría por el archiduque Carlos, al que nombró emperador en 1711. En Aragón y Valencia la situación era diferente, ya que comenzaba a plantearse una cuestión de centralismo castellano frente al federalismo aragonés. Dada la proximidad de las tropas borbónicas que habían conseguido controlar territorios como Caudete, Villena, Elda, Novelda, Elche, etc. y ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos a principios de 1707, el archiduque Carlos decidió abandonar la ciudad de Valencia donde se encontraba para marchar hacia Barcelona con la intención de instalar su corte en estos territorios.
Los generales austracistas Galway y Das Minas se anticiparon al ejército borbónico y elaboraron un plan para asestar un duro golpe a las tropas de Berwick. Éste se encontraba en las proximidades de Almansa esperando los refuerzos que tenían que llegar por el norte a cargo del duque de Orleans. El factor sorpresa fue insuficiente para contrarrestar la superioridad de la caballería borbónica que acabó con el inexperto, variopinto y desorganizado ejército austracista. Su derrota despejó y allanó el camino de las tropas borbónicas hacia Valencia, que cayó un mes más tarde, junto a numerosas ciudades y villas de toda la región.
Duque de Berwick |
Berwick contó con la caballería española y la francesa, además de una unidad irlandesa. Formó su ejército en dos líneas justo enfrente de Almansa, con la caballería española en el ala derecha y la caballería francesa en el ala izquierda. La infantería en el centro. Mientras el orden de la disposición de Galway fue diferente. Dispuso sus fuerzas en dos líneas, pero mezcló la caballería y la infantería en ambas alas.
La victoria de este último se cimentó en una mejor disposición táctica de las tropas y en la superioridad de su caballería, y al llegar a la tarde del 25 de abril de 1707, la batalla concluyó con la desbandada de las tropas del archiduque Carlos, entre las que se produjeron un elevado número de bajas y prisioneros; lo que dejaba abierto el camino hacia Valencia a las tropas de Felipe de Anjou.
Bomba de la época |
El general octogenario Das Minas tuvo la desgracia de presenciar la muerte de su mujer que le acompañaba vestida de hombre, Galway sufrió un golpe de sable que le produjo una grave herida encima de los ojos en el momento más crítico de la batalla y por ello tuvo que abandonar la lucha. Según Berwick: “El enemigo tuvo 5000 muertos y cerca de 10000 prisioneros; perdió 120 pares de banderas y estandartes, toda su artillería y la mayoría de su bagaje... Nuestras pérdidas en total ascendieron a unos 2000 hombres”.
CONSECUENCIAS DE LA BATALLA DE ALMANSA
En primer lugar, la caída de los reinos de Aragón y Valencia: El 26 de abril de 1707 llegaba a Almansa el duque de Orleans; sus fuerzas, unidas a las de Berwick, marcharon el 27 de abril hacia Requena, que se rindió el 6 de mayo. Seis días después, Valencia se sometía a Berwick, y el 26 del mismo mes el duque de Orleans entraba en Zaragoza. Uno de los hechos más lamentable se produciría en Játiva. Fiel al archiduque hasta el último momento, soportó el sitio desde el 26 de mayo al 6 de junio. Sin atender los consejos del duque de Orleans y de numerosas personalidades del reino valenciano, Felipe V ordenó que la ciudad fuese quemada y le fuese cambiado el nombre por el de San Felipe.
Pérdida de los fueros:
La frase pronunciada por Berwick al entrar en Valencia despejaba cualquier tipo de duda respecto al futuro de los fueros valencianos: "...este Reyno ha sido rebelde a Su Majestad y ha sido conquistado, haviendo cometido contra Su Majestad una grande alevosía; y así, no tiene más privilegios ni fueros que aquellos que Su Magestad quisiere conceder en adelante...". El 29 de junio de 1707, Felipe V promulgaba el Decreto de Nueva Planta, que venía a abolir los fueros de Aragón y Valencia. Como consecuencia, los valencianos perdían todas sus instituciones de gobierno y quedaban sometidos, tanto en el aspecto administrativo, como en el relativo al derecho privado, a las leyes de Castilla.
El recuerdo de aquella represión permitió acuñar una máxima que todavía suele escucharse hoy día, casi 300 años después: "Quan el mal ve d’Almansa a tots alcança".
Impacto para Almansa:
El triunfo borbónico supuso para los almanseños el fin de la inseguridad y la tensión que existieron en la comarca desde que en 1705 las tropas aliadas desembarcaron en Denia. La presencia del ejército franco-español trajo consigo desagradables incidentes; algunos soldados incontrolados se dedicaron al robo de ganado, así como al asalto de casas de campo, molinos e incluso de la ermita de Nuestra Señora de Belén, aunque la imagen no estaba allí sino en la villa. A ello hay que unir los elevados gastos que supuso para los vecinos de Almansa su contribución al mantenimiento de un ejército tan numeroso y al sostenimiento de los hospitales improvisados para atender a los heridos. Así vemos como el 28 de abril de 1707, el caballero d'Asfeld, exigía al concejo 400 colchones, 200 doscientos jergones, 600 mantas, todo el lienzo y vendas disponibles y 400 escudillas con destino al hospital de franceses, además de las cuadrillas de hombres necesarias para enterrar a los muertos. Todo esto es prueba de que, al menos económicamente, los almanseños también sufrieron un duro quebranto.
Feria y título para Almansa: El 12 de agosto de 1707, una real cédula otorgaba a la villa de Almansa quince días de feria franca, a comenzar desde el día de San Marcos (25 de abril). Asimismo, con fecha 19 de julio de 1707, Felipe V concedía a la población el título de "Muy Noble, Muy Leal y Felicísima".
Retrato de Felipe V en Xàtiva |
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