Ulysses S. Grant, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica entre 1869 y 1881
Nació el 27 de abril de 1822, en Point
Pleasant (estado de Ohio), en el seno de una familia de curtidores, su padre,
Jesse Root Grant, convenció a un congresista amigo para que su hijo pudiera
ingresar en la academia militar de West Point. Ulysses no pretendía
convertirse en militar, pero aceptó la oportunidad e ingresó en 1839. En la
academia, tan sólo destacó en matemáticas y en equitación, disciplina en la que
logró ser un consumado especialista, licenciándose en 1843. Al salir
de West Point, fue destinado, como teniente segundo, en el 4º Regimiento de
Infantería. Se estableció en St. Louis (Missouri), donde conoció a su
futura mujer, Julia Boggs Dent, con la que contraería matrimonio en 1848.
Al estallar la Guerra
Mexicanoestadounidense, sirvió a las órdenes del general Zachary Taylor (futuro
presidente). Posteriormente, pasó a las órdenes del general Winfield Scott, con
quien destacó en las batallas de Resaca de la Palma, Monterrey, Molino
del Rey y Chapultepec, siendo promovido al grado de capitán. Su
destacada participación en una guerra, a la que calificaría como «la guerra
más injusta jamás habida», le forjaron como un excelente militar, con
experiencia en el campo de batalla. Finalizada la contienda, estuvo, siete
años, destinado en Sackett’s Harbor, hasta que, en julio de 1852, fue enviado
con el 4º Regimiento a Fort Vancouver en la costa del Pacífico, en el actual
estado de Washington. Un año más tarde, se le destinó a Fort Humboldt, donde no
se acopló a los oficiales que tenía bajo sus órdenes, por lo que, el 11 de
abril de 1854, dimitió alegando problemas personales. Retirado de la milicia,
Ulysses Grant se estableció en Dent (Missouri), junto a su familia, dedicándose
al cultivo de unas hectáreas que su suegro le había traspasado y a negocios de
venta rápida, pero en ambos fracasó, por lo que no tuvo más remedio que
marcharse a Galena (Illinois) para trabajar en el negocio familiar.
Al declararse la
Guerra de Secesión, Grant reclutó un contingente de tropas en Salem con las que
se dirigió a Springfield, donde estaba el gobernador de Illinois, Richard
Yates, quien le nombró su ayudante militar y le puso, en junio de 1861, al
frente del 21º Regimiento de Voluntarios de Illinois, con el grado de
coronel. Dos meses después, consiguió tomar Paducah, en Kentucky; después se
dirigió hacia el sur de Missouri, apoderándose del cuartel confederado de
Cairo, con lo que hizo fracasar los planes sudistas de bloquear los rios
Mississippi y Ohio. Gracias a su buena labor, fue promocionado a general de
brigada. En el mes de enero siguiente, cansado de estar inactivo, pidió permiso
al jefe del Estado Mayor, el general Henry Warren Halleck, para dar comienzo a
una campaña ofensiva. Halleck le dio luz verde y Grant consiguió para la Unión
la primera victoria decisiva de la guerra, al hacerse, en febrero, con el
fuerte Donelson, en Tennessee. El 6 de abril de 1862, Grant fue derrotado por
los confederados en la Batalla de Shiloh Church, cerca de Pittsburg.
Tras un breve período volvió a mostrarse decisivo cuando, el 4 de julio de
1863, venció en la Batalla de Vicksburg al último contingente confederado
acantonado sobre el río Mississippi. Por semejante gesta, en marzo de 1864, Abraham Lincoln le nombró
comandante en jefe de los ejércitos de Ohio, Mississippi, Tennessee y
Cumberland, tras de lo cual, en julio de 1863 se apoderó de Port Hudson
(Virginia), partiendo en dos a las tropas de la Confederación, e infligió otra importante
derrota, en noviembre de 1863, a las tropas del general Braxton Bragg, en la Batalla
de Chattanooga.
Nombrado por el
presidente Lincoln, teniente general y jefe supremo de todos los Ejércitos de
la Unión en la guerra, se dispuso a asestar el golpe final a las tropas
confederadas del general Robert E. Lee, que se encontraban asentadas en las
proximidades de Richmond (Virginia), por entonces capital de la Confederación. EI general Lee se vio obligado a abandonar
precipitadamente Petersburg y Richmond, esta última fue tomada por Grant el 2
de abril de 1865, y poco después Lee capituló en Appomattox Court House, el 9
de abril. Se daba por concluida la guerra.
Finalizada la
contienda, Ulysses S. Grant alcanzó una celebridad como no se conocía desde los
tiempos del también general y presidente Andrew Jackson. Nombrado
comandante en jefe de todos los Ejércitos de la Unión por el republicano Andrew
Johnson, Grant no pudo evitar verse envuelto en la guerra de poderes que se
desató entre el Congreso y el presidente, a causa de la línea política adoptada
por Johnson a la hora de llevar a la práctica el programa de Reconstrucción
Nacional, favorable a los estados sureños. Grant aceptó el nombramiento de secretario
de Guerra, en el año 1868, una vez que Johnson destituyó, sin el
consentimiento del Congreso, a su anterior titular, Edwin M. Stanton. Cuando el
Congreso obligó a Johnson a readmitirle, Grant quiso dimitir para no crear
malestar, pero su petición no fue aceptada por el presidente, quien creía que
Grant quería desacreditarlo, por lo que entre ambos surgió un enfrentamiento. En
mayo de 1868, la Convención Nacional del Partido Republicano decidió
aprovechar la popularidad de Grant y su prestigio como militar, nombrándolo
candidato presidencial, enfrentándose al candidato demócrata, el gobernador de
Nueva York Horatio Seymour. El resultado será favorable para Ulysses
S. Grant.
El 4 de marzo de
1869, juró el cargo de presidente, en donde no mostrará ninguna de las
cualidades que le convirtieron en un general de éxito. No era adecuado para el
cargo, ya que nunca se había interesado por la política, apenas conocía los
problemas que atenazaban a la nación, y no entendía el complicado sistema
político. Su ingenuidad política y mal cálculo resultó evidente a la hora de
escoger a sus consejeros y miembros del gabinete. Los efectos nocivos de la
práctica institucional puesta en marcha por el presidente Jackson, en el año
1829, el spoils system, llegaron a su máximo, bajo la presidencia de Grant. Su
inclinación a las malas compañías políticas, su falta de juicio a la hora de
aceptar regalos y préstamos de buscadores de favores y su lealtad hacia amigos
poco recomendables, ayudaron a rebajar las pautas de la moralidad política en
Washington.
Su primera
administración, estuvo marcada por cuestiones económicas, en las que demostró
una inseguridad manifiesta. Permitió que dos financieros poco escrupulosos, Jay
Gould y Jim Fisk, le convencieran para interrumpir los suministros de oro, y
así elevar su precio hasta límites increíbles, lo que provocó el llamado «viernes
negro» del 24 de septiembre de 1869, en el que la Bolsa de Valores de
Nueva York estalló presa del pánico. Cuando se dio cuenta de la maniobra, autorizó
la salida suficiente de oro para frustrar la operación especulativa, pero no
pudo evitar la ruina de un gran número de inversores y de hombres de negocios. El
otro gran problema al que tuvo que hacer frente fue la cuestión de los billetes
verdes (greenbacks), emitidos durante la contienda por el presidente Lincoln.
La mayoría de los granjeros y los partidarios del dinero barato querían
mantener, e incluso incrementar, estos billetes, que aún circulaban por todo el
país, para así sostener los precios inflacionarios y reducir la carga
impositiva de la deuda. Pero, a finales de 1869, los acreedores obtuvieron una
importante victoria al conseguir que el Congreso decretase el reembolso de
los greenbacks en oro.
El año 1870, el
Congreso revocó todos los derechos compensatorios de tiempos de guerra, menos
los de la bebida y el tabaco, y en 1872 abolió el impuesto de la renta. El
escepticismo hacia él aumentó cuando, en 1871, cuando comenzaba la campaña para
las elecciones presidenciales, pidió al Congreso la aprobación de la Comisión
sobre la Administración Pública, creada para llevar a cabo una profunda
reforma en la Administración y establecer un sistema de acceso al funcionariado
basado en los méritos adquiridos y no en las relaciones políticas y de
patronazgo. Pero bajo la presión de los oportunistas, Grant sólo concedió un
respaldo mínimo al nuevo organismo, el cual acabó diluyéndose, por falta de
fondos, en 1875. Los únicos éxitos de Grant en este período se dieron en la
política internacional. Tras sufrir un revés por parte del Senado, en el plan gubernamental,
para comprar la isla de Santo Domingo, consiguió solventar todos los litigios
que Estados Unidos tenía con Gran Bretaña mediante la firma, el 8 de mayo de
1871, del Tratado de Washington. Gracias a la labor de su secretario de
Estado, Hamilton Fish, Grant se inclinó por la neutralidad en la Guerra de
los Diez Años que enfrentó a España con Cuba.
En el año 1872, la
nefasta política económica de Grant provocó que un grupo de disidentes
republicanos se separaran para formar un tercer grupo político, el Partido
Republicano Liberal, con el que se presentaron a las elecciones
presidenciales con Horace Greeley, editor del prestigioso New York Tribune,
como candidato. Amparado por la cada vez más corrupta maquinaria republicana,
Grant se presentó a la reelección y ganó nuevamente, gracias a la terrible
crisis por la que estaba pasando el Partido Demócrata, que había
presentado a cuatro candidatos presidenciales: Hendrick, Brown, Jenkins y Davis.
Durante el segundo mandato, los escándalos políticos y financieros fueron
sucediéndose, con casos gravísimos de sobornos y corrupción, en los que se
vieron implicados personajes tan relevantes como el vicepresidente Schyler
Colfax y el secretario de Guerra Willson W. Belknap, o el escándalo del Credit
Mobilier, empresa encargada de la construcción del ferrocarril Unión
Pacific, que obtuvo grandes beneficios al cobrar más del doble de los
costes reales de construcción, desviando un gran número de acciones a ciertos
congresistas, para así frenar una investigación abierta por el Congreso para
resolver el asunto. La corrupción generalizada fue más allá de los círculos de Washington,
ya que también se instaló dentro del Partido Demócrata, con el caso del famoso
Círculo de Marcy Tweed en Nueva York, por el que, a través de un
refinado sistema de comisiones, se expoliaron cientos de millones de dólares al
año durante toda la década de los sesenta. La reacción presidencial ante tantos
escándalos llegó demasiado tarde. Además, la presidencia de Grant se desgastó como
consecuencia de una tremenda crisis económica que asoló a todo el país en 1873,
consecuencia directa de su nefasta política fiscal, a lo que se sumó el veto
que impuso a una ley para colocar nuevamente en circulación 400 millones
de greenbacks que habían sido retirados anteriormente, para paliar la
crisis.
Con todo en su
contra, Grant fue derrotado en la Convención Nacional de su partido por
el candidato Rutherford B. Hayes, quien se enfrentó y ganó al candidato demócrata Samuel J. Tilden.
Grant, retirado temporalmente de la política, realizó un largo viaje alrededor
del mundo. En el año 1880, regresó al ruedo político presentando su candidatura
para presidente en la Convención del partido; nuevamente fue derrotado por James A. Garfield. En 1881,
se instaló en Nueva York donde invirtió toda su fortuna en la compañía bancaria
Grant & Ward de Wall Street. Pero, al quebrar la empresa, se
encontró en la ruina, por lo que, para subsistir, se vio obligado a escribir
sus memorias, Personal Memories. Un cáncer de laringe le llevó
a la muerte, el 23 de julio de 1885, en su casa de Nueva York.
Bibliografía
- WikipediA
y Biografías MCN.
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Ramón Martín
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