Fundación de las principales fuerzas navales.

 En el siglo XVIII, tres Armadas se enseñoreaban por los mares: la española, la francesa y la inglesa. A continuación, haré una breve reseña del nacimiento de cada una de esas fuerzas navales.





Nacimiento de la Armada Española

La Armada Española nace de la unión, en tiempos de los Reyes Católicos, de las marinas de las Coronas de Aragón y Castilla. En estos comienzos, la marina de guerra española, igual que las de los demás países europeos, salvo Venecia, no era como la entendemos hoy, esto es, formada por barcos hechos para la guerra, y pertenecientes al Estado. Por aquel entonces todos los barcos llevaban armas, a causa de los frecuentes enfrentamientos con los corsarios; y cuando eran requeridos por el rey para la guerra, cambiaban las cargas comerciales por cargas militares, siendo sus armadores y tripulantes pagados por la Corona. Había también particulares que armaban flotillas para dedicarse al corso, hasta que el rey solicitaba sus servicios.

Entonces, el rey nombraba los mandos de las escuadras en las que embarcaban sus tropas. El combate naval era poco diferente al terrestre, puesto que se buscaba el abordaje y el combate cuerpo a cuerpo, haciéndose poco uso de la artillería.

El 7 de octubre de 1571 se produce el mayor éxito conocido de la Armada Española, cuando se concentran en Mesina (Italia) 70 galeras españolas procedentes de España, Italia y Flandes, 9 de Malta, 12 del Papado y 140 venecianas formando la Liga Santa. La fuerza dirigida por don Juan de Austria, se enfrenta a 260 galeras turcas, en el golfo del mismo nombre; en la batalla, los veteranos españoles e italianos asaltan las naves turcas luchando cuerpo a cuerpo. Tan solo 45 naves otomanas logran escapar. Con esta victoria, se frenó el poderío naval turco en el Mediterráneo occidental, y a partir de este momento la marina española se centró en el Atlántico. Lepanto no tuvo grandes repercusiones estratégicas; pero sí morales, ya que era la primera vez que los otomanos cosechaban una derrota frente a los cristianos.




A la llegada de los Borbones, el sistema naval español, en su capítulo militar, cambiará radicalmente. Aquella funcional Armada de los Austrias, será reemplazada por una Armada de “nueva planta”, con un sistema de selección de jóvenes que se formará en Cádiz, en el seno de la Real Compañía de Guardias Marinas. Aunque la Guerra de Sucesión se desarrolló principalmente en tierra, en mar se perdieron Menorca y Gibraltar. Como consecuencia, nada más firmarse el Tratado de Utrecht, la atención se centra en recuperar y potenciar la Marina que estaba totalmente abandonada. Teniendo en consideración la necesidad que, de ella, tenía un Imperio con una enorme extensión, y con demasiados problemas. Una Real Cédula de 21 de febrero de 1714, dispuso reunir, en una sola Armada, las ya existentes con distintas denominaciones: Océano, Guarda Estrecho, Carrera de Indias, Avería, Barlovento, Flota de Nueva España, galeones de Tierra Firme, de la Mar del Sur y Filipinas, Cataluña, Flandes, Nápoles, Portugal y Galeras de España. Esta fusión coincide con el Sitio de Barcelona, donde los ministros de Felipe V, se dan cuenta de la inutilidad para efectuar un bloqueo por parte de las fuerzas navales heredadas de los Austrias. En vista de lo cual, se encargó a Alberoni la puesta en marcha de una marina de guerra. Este es el origen de la Armada Española.



Nacimiento de la Marina de Guerra de Francia

La Marina Nacional se conoce familiarmente como La Royale. Si historia se remonta a la Edad Media cuando, bajo el reinado de Luis VI, éste nombró el primer almirante de Francia. La Marina se convirtió en un instrumento de poder en torno al siglo XVII con Luis XIV, bajo su tutela, la Marina francesa recibió abundante financiación, lo que la permitió obtener diversas victorias en la Guerra Franco-Holandesa, y en la Guerra de los Nueve Años. Sin embargo, los problemas financieros la obligaron a estar en puerto lo que permitió que ingleses y holandeses recuperaran la iniciativa.




Con la llegada del siglo XVIII, llegó el comienzo del dominio de la Royal Navy Británica, que logró infligir importantes derrotas a los franceses. La Revolución Francesa trajo la eliminación de numerosos oficiales de noble linaje, dejando dejó paralizada a la Marina francesa. Los esfuerzos realizados por Napoleón I para convertirla en una fuerza poderosa, se vieron truncados en 1805 por la derrota sufrida en el combate de Trafalgar, donde la marina británica aniquiló a una flota combinada franco-española. Este desastre, habría de garantizar el dominio naval británica hasta la Segunda Guerra Mundial.




Nacimiento de la Marina de Guerra de Inglaterra

La Royal Navy fue fundada en el siglo XVI, y es la rama de las fuerzas armas de más antigüedad, dentro del Reino Unido actual, razón por la cual es conocida como Senior Service.

Su origen fue debido, en el siglo IX, al rey de Wessex, Alfredo el Grande, aunque esta pronto fue abandonada. No fue hasta el año 1155, cuando reinando el normando Enrique II, se inició un equivalente a lo que será, con el tiempo, la armada inglesa, con la creación de la Alianza de los Cinco Puertos —nombre con el que se conoce un grupo de ciudades inglesas, de los condados de Kent y Sussex, que tuvieron un cometido militar y mercantil—, al tiempo que se establecía el puesto de lord warden. La Alianza fue efectiva mientras reinó la dinastía Plantagenet, pero con la llegada de Enrique IV y la dinastía de Lancaster, cayó en desuso.




La primera expansión de la Marina Real, para acercarse al concepto hoy conocido, sucede en el siglo XVI, reinando Enrique VIII, cuyos barcos Henry Grace à Dieu Mary Rose, se enfrentaron a la armada francesa en la batalla de Solent, en 1545. En la época de la muerte de Enrique, en 1547, su flota contaba ya con 58 navíos, mientras que en 1558 tenía 70 navíos y 14 urcas.




En 1588, el Imperio español, por entonces la gran potencia naval, amenazaba con invadir Inglaterra, por lo que se hizo a la mar para dominar Canal de la Mancha, pudiendo transportar tropas desde los Países Bajos hasta Inglaterra, pero esta armada fracasó. La pérdida de la armada supuso la primera gran victoria de los ingleses en el mar. Desde entonces Inglaterra pudo gozar de una Armada que pudo enseñorear su bandera por todo el mundo conocido.


Ramón Martín

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