Batalla del Puente de Alcolea de 1868
La batalla del puente de Alcolea tuvo
lugar el 28 de septiembre de 1868 y en ella se enfrentaron los militares
sublevados contra la reina Isabel II y las
tropas que se mantenían fieles. Tuvo lugar en el puente sobre el río Guadalquivir, en la localidad cordobesa de Alcolea, y supuso la derrota de las
tropas realistas, lo que significó el final del su reinado, teniendo que
marchar al exilio en Francia. En esta situación estalló la Revolución 1868 (La
Gloriosa). Los sublevados difunden un manifiesto: "España con
honra", exponiendo las razones del levantamiento. En el manifiesto se
pedía que tras exiliarse la reina se formalizara un nuevo gobierno sin
exclusión de partidos.
Prim se
unió a Topete y juntos
controlaron Cádiz, buscando a continuación el apoyo en ciudades como Sevilla,
Córdoba, Barcelona o Huelva. Se formaron Juntas Provinciales para movilizar a
la población mediante diversas promesas. En las ciudades, las Juntas
revolucionarias, compuestas por demócratas y progresistas, se hicieron con el
poder.
Los combates
Los
generales Prim y Topete encabezaron la insurrección contra la reina Isabel II y
se pusieron en marcha hacia la capital. A su encuentro salieron las tropas
realistas del general Pavía, que avanzaron hasta llegar a Andalucía.
El
ejército realista estaba compuesto por dos divisiones de infantería, una
división de caballería, una brigada de artillería con 32 cañones de campaña,
una brigada de vanguardia y algunas unidades auxiliares menores, con un total
aproximado de 10.000 hombres. Las fuerzas que se les enfrentaron, bajo el mando
del general Serrano era de tamaño
similar, aunque con menos artillería. Se estima que, entre ambos ejércitos participaron
en la batalla unos 18.000 hombres, 2.000 caballos y 60 piezas de artillería.
Pavía se desplegó
en dos columnas, una por la carretera que corría a lo largo de la margen
derecha del Guadalquivir para llegar por la espalda del puente —defendido por
las tropas del general Serrano—, a la localidad de Alcolea; mientras la otra
columna realista avanzó por lo que, en la actualidad, es la antigua carretera
nacional IV, desde la estación de El Carpio, Las Cumbres, la estación de Los
Cansinos y la Vega de Alcolea, para llegar de frente al puente.
El 28 de
septiembre de 1868 ambos ejércitos se encontraron. Novaliches realizó un ataque
frontal que fue contenido por las tropas de Serrano. Era necesario evitar la
desmoralización de sus tropas, por lo que Novaliches, decidió acudir hasta la
vanguardia, donde fue herido de gravedad, en la cara. Por lo que el general de Estado Mayor Jiménez de Sandoval tomó el mando. Al anochecer, ordenó la retirada
de sus tropas y comenzó a entablar negociaciones. Como resultado de los combates,
hubo unas mil bajas entre muertos y heridos. Los restos del Ejército realista
se retiraron hacia el norte. La implicación de Pavía, marqués de Novaliches en
la batalla siendo herido en la barbilla le hizo ser objeto de mofa con la
siguiente canción:
El general Novaliches
en Córdoba quiso entrar
y en el puente de Alcolea
le volaron las quijás
Las
noticias de la batalla llegaron a Madrid, aunque la corte y la reina se
encontraban en San Sebastián. El Gobierno en pleno dimitió y la reina, cogió el
camino del exilio a Francia. Como resultado de la revolución, dio inicio al
nuevo Sexenio Democrático. Entre las distintas posibilidades de
gobierno, se impuso Prim, y su sector progresista. A éstos se añadieron los
unionistas, con Serrano, que fue nombrado jefe del Gobierno provisional
mientras se formaban las Cortes constituyentes. Otra consecuencia de la Batalla
y el periodo revolucionario que le siguió fue que surgiese, de nuevo, como
fuerza contrarrevolucionaria, el carlismo, que afirmó que en Alcolea se había
roto el Convenio de Vergara. De hecho, muchos militares que combatirían
a favor de Carlos VII, en la tercera guerra carlista, lo habían hecho
antes en la batalla del puente Alcolea por Isabel II a las órdenes del marqués
de Novaliches.
Ramón Martín
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