La prudente Abigail de Luca Giordano
Realizado entre 1696 y 1697
Óleo sobre lienzo de 216 X 362 cm
Museo de El Prado. Madrid. No expuesto
TEMA
David
se hallaba con sus hombres en la montaña y envió al sanguinario Nabal un
destacamento para pedirle comida. Ante su negativa, David ordenó a su ejército
destruir su casa. Abigail, esposa de Nabal, cargo varios asnos con vituallas y
se postró ante David para solicitar su clemencia.
DESCRIPCIÓN
La
presente pintura suscita numerosos interrogantes relativos a su destino en los
palacios reales españoles. Tradicionalmente, se ha confundido con otra citada en
el Palacio de El Pardo en
1701 que, en realidad, se corresponde con una obra desconocida: un lienzo
grande de David y Abigail. La que nos ocupa se citaba en 1772 en el Palacio Real de
Madrid, procedente del Retiro. Otra pintura que significa
al santo Rey David cuando la prudente Abigail le presenta el refresco para sus
soldados de cuatro varas y media de largo y dos y media de caída. Las hipótesis
que se abren son varias. Podríamos considerarla parte de la serie de la sala
del Antiguo Testamento de la ermita de San Juan del Retiro, cuyos cuadros
dedicados a David y Salomón coinciden en tema y se encuentran próximos a las
medidas del que aquí estudiamos. Sin embargo, su ausencia en la testamentaria
de Carlos II de
1701, la ligera diferencia de tamaño existente (unos 35 cm más bajo el que nos
ocupa) y una cronología algo más tardía, parecen descartar esta hipótesis.
Podríamos asociarlo también a los cuatro cuadros de temas muy próximos, también
presentes en la ermita de San Juan, que reproducen las cuatro escenas murales
de una de las bóvedas del coro de la basílica de El Escorial.
En la colección del Prado se encuentran dos de ellos: El juicio de Salomón y
El sueño de Salomón. Aunque no pueda descartarse del todo, esta segunda
hipótesis parece bastante improbable. Efectivamente, los cuadros que reproducen
el conjunto de El Escorial
forman un grupo cerrado con el que La prudente Abigail poco tiene que ver, más
allá de su lejano recuerdo de la pintura mural con el mismo tema presente en la
Basílica de Atocha.
Se trata de uno de los cuadros más bellos de toda la producción española de Luca.
La atención por los detalles otorga a esta pintura un interés excepcional en su
catálogo, como el soberbio perro del extremo derecho, o los «dones» ofrecidos
por Abigail, que comparten el protagonismo del primer plano con unas enredaderas
de toque preciso y elegante. El tono narrativo es mesurado, clásico en algún
sentido, aspecto que, una vez más, acerca estas pinturas a Veronés. La
cronología propuesta (h. 1696-97) se establece por asociación con otras
pinturas semejantes de su etapa española. Así, parece ligeramente posterior a
la serie del Antiguo Testamento del Retiro, en la que se observa un aspecto
próximo a la pintura mural no tan evidente en Abigail. Mucho más cercanas se
encuentran las pinturas de la serie de Fernando el Católico para
el Casón, donde se observa igualmente el trabajo desde la preparación rojiza,
que les otorga un aspecto más apagado, y la descripción minuciosa de los
detalles. En cualquier caso, resulta extraña su ausencia en la testamentaría de
1701 en el Retiro. Si tal fue su destino original (como parece indicar la
referencia del inventario de 1772, que señala esta procedencia), podríamos
considerar la hipótesis de que Giordano la
pintara después de 1701, con un destino dentro del palacio que no resulta
posible determinar.
Texto: Museo del Prado (Madrid)
David fue un poco cruel con Abigail... El cuadro habla por si solo. No conocía esa parte de la historia. Gracias por compartirlo. Un abrazo
ResponderEliminarInteresante comentario de este cuadro que no conocíamos! Gracias por compartir! 😉Saludos! 🙋♂️🙋♀️
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