Carlomagno (Carlos I el Grande), rey de Francia desde el 768 al 771

 


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DINASTÍA CAROLÍNGIA

Nacimiento: 2 de abril de 742

Fallecimiento: 20 de enero del 814 en Aquisgrán.

Padres: Pipino el Breve y su esposa Bertrada de Laon

Reinado: Desde el año 768 al 771



Nacido en un lugar desconocido. Llegó a ser de gran importancia en la historia europea. Carlomagno representa la culminación de las maniobras efectuadas por su dinastía, los pipínidas, por deshacerse de la monarquía merovingia y poder gobernar en solitario. La gran cantidad de territorios que controló, gracias a sus conquistas militares, formaron el imperio carolingio, que fue, el mayor poder de la Europa medieval en un tiempo en que el azote del Islam, parecía acabar con la cristiandad occidental. Carlomagno, a la cabeza de ese imperio, inició lo que, con el paso del tiempo se convertiría en el feudalismo. En su gobierno triunfan las monarquías bárbaras de origen germánico, que, junto a la reminiscencia imperial romana, acabaría conformando el Imperio Germánico, uno de los dos ejes vertebradores de la Europa medieval.

Los historiadores del siglo XIX aludían al 2 de abril de 742, y Lieja, como probables coordenadas del nacimiento de Carlomagno. Pero durante el siglo XX, ambas fueron descartadas, y comenzó a rumorearse, como alternativa la ciudad bávara de Salzburgo, o sus dos ciudades más queridas: Aquisgrán e Ingelheim. Así, el lugar y la fecha de nacimiento del emperador franco son desconocidos, aunque todos coinciden en que, nació en alguna ciudad del antiguo reino de Austrasia (actual norte de Francia y sudoeste de Alemania), por lo que su lengua materna era el germánico.

Fue uno de los dos hijos habidos por el matrimonio entre el rey de los francos, Pipino el Breve y su esposa Bertrada, hija de Cariberto, conde de Laon. Tras una larga tradición como mayordomos de palacio, los pipínidas había alcanzado, la gloria y la fama como militares, sobre todo con Carlos Martel, abuelo de Carlomagno, vencedor de los árabes en la batalla de Poitiers de 733 poco después, Pipino el Breve, con el apoyo del clero franco y el propio papa Zacarias, depuso al último rey merovingio, Childerico III, esgrimiendo la causa inutilitatis, por la que Pipino pasó a titularse rex francorum, aunque, fue Carlomagno la culminación de este proceso. A pesar de su extraordinaria valía personal supo proyectar ese poder sobre gran parte de Europa. El propio Pipino puso la primera piedra cuando, en el 754, el papa Esteban III viajó hacia la abadía de Saint Dennis para ungirle con los óleos divinos, corroborando la anterior unción regia, haciendo que el papa también ungiera a sus dos hijos, Carlomagno y Carlomán, para que la jefatura de los francos fuese, desde esos momentos, hereditaria y aprobada por la Iglesia católica.

Tampoco se sabe nada de la infancia de Carlomagno, aunque es de suponer recibiera educación militar en la corte de su padre, junto a su hermano Carlomán. Participó, por primera vez, junto a su padre, Pipino el Breve en las campañas efectuadas entre los años 761 y 762, por los francos en Aquitania. Tras la muerte de Pipino el 24 de septiembre de 768, ambos hermanos se repartieron las posesiones, siguiendo la costumbre de los pueblos germánicos. Carlomagno se hizo con el control de Austrasia y de la parte aquitana controlada por los francos, mientras que a Carlomán le correspondieron los territorios de Neustria. El 9 de octubre de 768, tras la coronación en Noyón, comenzaron los problemas entre los hermanos, que les llevaron a la ruptura: Carlomán, siguiendo los consejos de su esposa, Gerberga, se negó a apoyar a Carlomagno, al iniciar una campaña por Aquitania, donde Hunaldo, había retomado el poder y se mostraba desafiante con él. Venció Carlomagno, obligando a Hunaldo a refugiarse en el territorio de la Galia dominado por los vascones. A pesar del éxito, Carlomagno no estaba muy contento con la falta de respeto de su hermano, lo que fue utilizado por la aristocracia franca para invadir Neustria.

Un nuevo acontecimiento acabó con el clima de guerra civil encubierta: la muerte de Carlomán, el 4 de diciembre de 771. Tras lo cual, Carlomagno fue elegido rey de los francos; expulsó a Gerberga y a todos sus hijos, que se refugiaron en la corte del rey lombardo Desiderio, que estaba muy molesto con Carlomagno, el cual, tras casarse con su hija, Desideria, la había repudiado. Desiderio intentó presionar al papa Adriano I invadiendo territorios romanos, por lo que el pontífice llamó a Carlomagno en su auxilio. Un fuerte ejército franco cruzó los Alpes en el 773, dividiendo su ejército en dos grupos: unos, bajo su mando, sitiaron Pavía, capital del reino lombardo, mientras que el segundo grupo, al mando de su tío Bernardo, sitió Baviera, defendida por el hijo de Desiderio, Adalgiso, que huyó a Constantinopla, antes de que Bernardo conquistase la ciudad y obligase a Gerberga, y a sus hijos, a renunciar a cualquier derecho sobre el trono de Neustria. A pesar de la opinión del papa, Carlomagno se proclamó rey de los lombardos. Se iniciaba, a partir del 774, la gran expansión territorial carolingia.

Carlomagno siempre prestó una especial atención a Lombardía; aunque su dominio tardó en conseguirse. En el 776, el fugado Adalgiso, con ayuda de Bizancio, inició otro levantamiento lombardo capitaneado por Hrodgaud, duque de Friuli, e Hildebrando, duque de Spoleto. Durante cuatro años, la lucha entre francos y lombardos fue sangrienta, pero, finalmente, el duque de Spoleto prestó obediencia al rey de los francos, anexionándose el ducado de Benevento. A partir de ahí, Carlomagno centró su atención en la frontera oriental de su reino, donde los sajones dominaban la tierra comprendida entre los ríos Weser y Elba. Aunque con Carlos Martel habían estado sometidos a tributos, uno de sus caudillos, Widukind, inició ataques contra las guarniciones francas. Carlomagno reaccionó y, en una asamblea celebrada el año 777 en Padreborn, hizo jurar fidelidad a la mayoría de los sajones, quienes, abandonaron sus creencias paganas y se convirtieron al cristianismo. Widukind, huyó hacia Jutlandia, y volvió a presentar batalla, aprovechando que Carlomagno se encontraba en una expedición por el norte de Hispania. El año 779, el saqueo de Colonia y la derrota de las guarniciones francas en Süntel, tres años después, forzaron a Carlomagno a regresar a Sajonia. El año 783, derrotó a Widukind, ordenó ejecuciones, lo que espoleó al incansable Widukind a una nueva lucha. Sólo la derrota del caudillo sajón, en el 785, y su conversión al cristianismo, llevaron a la paz con el pueblo germánico, aunque algunos núcleos rebeldes resistieron hasta el 804.

Asegurada la paz con sajones, bávaros y daneses, así como con Baviera merced a su matrimonio con Hildegarda, Carlomagno sólo tuvo complicaciones en la zona bávara del interior, controlada por su primo Tasilón, a pesar de que había jurado fidelidad en el 781. Tasilón, se sublevó, con ayuda de otras tribus, en el 787, forzando la intervención del franco en el 791, justo tras recuperarse de la derrota sufrida en Hispania, en el famoso paso de Roncesvalles, que dio lugar a la narración de la Chânson de Roland.

El imperio carolingio, a pesar de los avances y retrocesos, ocupaba gran parte de Centroeuropa, desde el Garona al Danubio, desde el mar Mediterráneo al mar del Norte, y desde Bretaña a Bohemia. Carlomagno era el monarca más poderoso desde la desaparición del esplendor romano. Parece lógico que el primer beneficiado por la expansión carolingia fuese, el poder que había encumbrado a la dinastía pipínida al poder, el papado. Cabe destacar que la relación de acuerdo y apoyo mutuo fue tratada con mimo por Carlomagno, fortaleciendo, de esta manera, su poder. De igual modo, hay que destacar la relación entre Carlomagno y los otros dos grandes poderes de la época: Bizancio y el Islam. Aprovechando que el trono oriental estaba ocupado por una mujer, la emperatriz Irene, León III, huérfana la cristiandad de un defensor adecuado, nombraba a Carlomagno emperador. La ceremonia se celebró el 25 de diciembre del año 800 en la basílica de San Pedro, significó el aldabonazo de prestigio necesario para sostener tan inmenso poder. Carlomagno intentó ser reconocido como tal por Bizancio, aunque sólo logró en parte. En la actualidad, la mayoría se sorprende por el alto grado de cohesión interna logrado por un imperio que, careció de instituciones propias.

La primera relación de Carlomagno fue con una concubina llamada Humiltruda, fruto de la cual nacería Pipino el Jorobado. El concubinato de honda costumbre en los pueblos germánicos, no impidió que contrajera matrimonio, en el año 770, con Desideria, hija de Desiderio, rey de los lombardos, la cual fue repudiada en 771, para casarse con Hildegarda, hija de Godofredo duque de Suabia, y madre de sus hijos Pipino y Luis, además de Carlos, fallecido en 811, y de sus hijas Rotruda, Gisela y Berta. Una vez fallecida la princesa bávara, en el 783, Carlomagno volvió a contraer matrimonio con la germana Fastradia, de quien nacieron: Teodoreda, futura abadesa de Argenteuil e Hiltruda. Aun conoció un quinto matrimonio, con la princesa alemana Lutgarda, aunque no tuvo hijos. Sí los tuvo, en cambio, con diferentes concubinas palaciegas. En total, tuvo 18 vástagos, aunque sólo los habidos con Hildegarda, eran herederos. Sobrevivió a dos de ellos, Pipino y Carlos, por lo que, a su muerte, por pleuresía en Aquisgrán, su hijo Luis el Piadoso (Ludovico Pío), heredó todos los territorios, salvo la parte de la Lombardía italiana, que quedó para su sobrino Bernardo. Fue enterrado en la capilla palatina de Aquisgrán, en un sarcófago que representaba una escena clásica. Su cadáver fue exhumado dos veces, en 1001 y en 1165, antes de que sus restos se encerrasen en una caja de plata depositada en el altar mayor de la capilla, el año 1215.

Ramón Martín

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