Carolina de Brandeburgo-Ansbach, esposa de rey de Inglaterra Jorge II

 


Nacida el 1 de marzo de 1683 en Ansbach. Era hija del margrave de Brandeburgo, Juan Federico, tras morir el cual, en 1687, fue enviada a la Corte de Dresde y posteriormente a la de Berlín. Por su elevada posición recibió una esmerada dentro de los principios fundamentales de cristianismo; siendo considerada una de las mujeres más cultas de su tiempo. Desde su juventud, se había proyectado que casara con el archiduque Carlos de Austria, pero aunque se iniciaron las conversaciones, el matrimonio no se llevó a la práctica, siendo prometida al príncipe elector de Hannover, el futuro rey de Inglaterra Jorge II, con el que contrajo matrimonio en 1705, a los 22 años.

Tras subir al trono Jorge I, su esposo fue nombrado príncipe de Gales, por lo que el matrimonio se trasladó a Londres, donde Carolina cultivó la amistad de los intelectuales y políticos más sobresalientes del momento. Descrita como una mujer de gran belleza, con sólidos principios religiosos y poseedora de un alto sentido para manejar los asuntos políticos, aprovechó su posición para consolidar los intereses de la Casa de Hannover en Inglaterra. En todo momento intentó conciliar las posiciones, en los continuos enfrentamientos que se producían entre el heredero y el monarca inglés. Cuando su marido cayó en desgracia, ella le acompañó a su retiro de Richmond, pero sin dejar de lado a sus influyentes amistades, las cuales formaron un grupo de oposición al monarca, apoyando la causa del príncipe de Gales.



La subida al poder de Jorge II en 1727 marcó el comienzo de su intervención directa en la política del país, muy diferente al desinterés que sentía su esposo por los asuntos de Estado, desenvolviéndose con gran prudencia e inteligencia. Presionó a su esposo para que mantuviera como primer ministro a sir Robert Walpole, al que, Carolinas, consideraba un estadista muy capacitado y un gran aliado. Poco a poco se fue adaptando a su nueva posición y aunque siempre fue contraria al sistema liberal que, por entonces, imperaba en Inglaterra, supo mantener la concordia entre el Parlamento y la monarquía, sin descuidar la buena marcha de la economía, en la que encontró una buena forma de ganarse la voluntad del pueblo.

Las continuas ausencias de Jorge II hicieron que ejerciera la regencia en numerosas ocasiones, aunque nunca de forma oficial, debido a que se negó a jurar su cargo; respetando que era función de su esposo llevar las riendas de la nación, a pesar de sus limitaciones. El arzobispo de Canterbury, en su lecho de muerte, la presionó para que jurara su cargo, ya que esto la capacitaría para desempeñar numerosas funciones religiosas dentro de la estructura de la Iglesia Anglicana. Se puede afirmar que hasta su muerte dirigió la política inglesa, no sólo por la sabida incapacidad de su marido, sino por su propia inquietud personal. Desde su posición intentó fomentar la cultura, siendo una de las principales benefactoras para que se construyera el Queen's College.



Carolina murió en Londres el 20 de noviembre de 1731, a los 54 años. Tras el funeral sus restos mortales fueron depositados en la abadía de Westminster.

Ramón Martín


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