Hablando de don Juan Carlos I



    Cuenta el diario italiano Il Corriere della Sera una curiosa anécdota supuestamente protagonizada por el rey emérito de España, Juan Carlos I. Según el citado periódico, el entonces rey estaba disfrutando de la compañía de una joven modelo abordo de un barco, cuando fue alertado por un miembro de su servicio de seguridad:"¡que viene la Reina". Acto seguido, según las mismas fuentes, un escolta habría arrojado a la modelo al mar, donde sería posteriormente rescatada por una lancha de salvamento. Sofía fue recibida por su esposo sonriente, quien casualmente tenía champán en el frigorífico, puntualiza el diario italiano.

    Al igual que su abuelo Alfonso XIIIdon Juan Carlos I ha tenido en su palacio exóticos animales: desde pura sangres, hasta una pareja de carneros e incluso un guepardo, así como una veintena de perros con pedigrí y la docena de gatos que convivían en el mismo lugar donde Sabino Fernández Campo se quedó petrificado un día al ver a un guepardo recorrer a gran velocidad los amplios pasillos del palacio.

    Con motivo de un viaje al Pirineo leridano, en diciembre de 1990, acompañada por don Juan Carlos I, conducía un lujoso Porche 959 plateado, doña Cristina. A causa de una placa de hielo, derrapó. El bólido se salió de la carretera y los insignes viajeros abandonaron el vehículo sin sufrir, por fortuna, apenas un rasguño. padre e hija fueron atendidos en un puesto de la Cruz Roja, mientras aguardaban la llegada de los coches de la escolta, rezagada ante la gran velocidad a la que conducían. Con razón, Sabino Fernández Campo, siendo jefe de la Casa del Rey, exclamaría al ver a éste descender de un avión en camilla tras sufrir un accidente deportivo: ¡Un Rey sólo puede volver así de las Cruzadas!

    El primer automóvil que tuvo don Juan Carlos I fue un Austin Mini verde oscuro, en el que a duras penas lograba introducir su corpachón de casi dos metros de estatura. Como un niño con zapatos nuevos, abandonó don Juan Carlos I el concesionario de la madrileña calle López de Hoyos, tras pagar su primer coche de verdad, aquel modesto coche fue el único que el entonces príncipe puso a su nombre.

    Franco regaló a don Juan Carlos I una escribanía de plata del siglo XV por su boda, y a doña Sofía, una diadema de brillantes. doña Sofía agradeció a Franco el obsequio con una carta en inglés, en la que, entre otras cosas, le decía: “La preciosa joya que el Generalísimo y doña Carmen me han regalado, así como la alta condecoración recibida, hacen que me sienta ya unida a mi nueva patria y ardo en deseos de conocerla y servirla. De nuevo, mil gracias, mi general, y con un afectuoso saludo para su esposa queda suya afectísima, Sofía".

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