Hablando de don Alfonso XIII


    El exilio de Alfonso XIII no fue nada penoso. En 1931 salió de España con el equivalente a 48 millones de euros. Los gastó en safaris, casas... y 10 años después sólo le quedaban 18.

    Los camareros del Hotel París en Montecarlo ya están acostumbrados y no prestan atención al hombre acodado en la barra del bar. Su presencia es habitual. Tanto que el barman ha bautizado con su nombre un combinado de ginebra, dubonnet y angostura.

    El antaño rey de España podría narrar muchas historias: rememorar días de gloria, desfiles, ovaciones e incluso alguna victoria militar. Sin embargo, prefiere jactarse de haber quemado cerca de 200 fotografías de contenido erótico antes de salir del Palacio Real rumbo al exilio.

    ¿Fue Alfonso XIII tan pobre como para no poder vivir sin el apoyo económico de sus fieles? El rey dispuso del equivalente a 48 millones de euros, depositados en bancos de París y Londres. Durante la década que duró el exilio, la fortuna del monarca se redujo a la tercera parte La cifra indicaría que Alfonso XIII gastó el equivalente a tres millones de euros anuales hasta su muerte.

    Durante el exilio, don Alfonso de Borbón y su familia disfrutaron de una vida más o menos desahogada: la pensión de la desdichada reina Victoria Eugenia (6.000 libras), hasta 11 residencias diferentes, estancias en hoteles de lujo, temporadas en Suiza, safaris en Sudán, coches, gastos de personal, las pomposas bodas de su prole... Por no hablar de sus aventuras en la Costa Azul, donde el Rey y otros compinches de correrías, como el actor Douglas Fairbanks, compartieron veladas de casino y otros placeres mundanos.

    El Patrimonio de Alfonso XIII se fraguó desde su nacimiento hasta 1902. En esos 16 años recibió del Estado una asignación anual de 500.000 pesetas, que sumada a la herencia de su padre Alfonso XII (1.300.000 pesetas, equivalentes a 4,4 millones de euros actuales), hizo que la cuenta personal del monarca arrojase un saldo de nueve millones de pesetas (35,46 millones de euros de hoy).

    En los años sucesivos, hasta 1931, Alfonso XIII, fue un hábil hombre de negocios, ya que logró triplicar esta cifra. Habría que añadir la fortuna de la reina Victoria Eugenia y la dotación a los príncipes e infantes de España, por lo que la suma total administrada por Alfonso XIII sería de 69 millones de pesetas (144 millones de euros de hoy).

    Según un informe elevado al Tribunal Supremo el 6 de diciembre de 1933 por Mariano Luján, titular del juzgado número 10 de Madrid, se inició un proceso en el que se acusaba a, entre otros, el rey y a su fiel Jacobo Stuart, duque de Alba de «lucrarse con apuestas cruzadas en las carreras de galgos» así como de un delito de estafa y malversación.

    Tras la muerte del dictador, el conde de Barcelona vendió los Palacios de Miramar (San Sebastián), La Magdalena (Santander), Pedralbes (Barcelona), un inmueble en Madrid (Gran Vía 47), cotos en Ávila o la Isla de Cortegada en la Ría de Arousa (Pontevedra). Las ventas sumaron 300 millones de pesetas que don Juan repartió entre sus hermanos, que recibieron el equivalente a 2,15 millones.

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