Torcuato Fernández Miranda. 190º Presidente en 1973-1974
Decimocuarto Presidente interino de Gobierno durante la Dictadura de Francisco Franco (1936-1975), desde el 20 de diciembre de 1973 al 4 de enero de 1974.
Nacido en
Gijón, Asturias, el 10 de noviembre de 1915. Sus primeros años transcurren
en Asturias, estudiando en el Colegio de la Inmaculada de Gijón,
licenciándose en Derecho en la Universidad de Oviedo, donde obtuvo
una plaza de catedrático de Derecho Político. En los años 40 votó a favor de Enrique
Tierno Galván en el tribunal de oposiciones donde se le concedió la cátedra,
reconociendo así su labor académica. Llegó a ser rector de la Universidad
de Oviedo.
En 1960 fue nombrado Director de Enseñanzas Medias y Enseñanzas Universitarias.
En la década
de 1950 Tierno Galván pertenecía a una organización llamada Unión Española, quería
estrechar los vínculos entre los grupos antifranquistas dentro y fuera de
España. Con ocasión de encontrarse en Madrid en los
inicios del curso 1960-61, Torcuato Fernández-Miranda, director de Enseñanzas
Universitarias, le llamó para comunicarle que quedaba suspendido de empleo y
sueldo como catedrático. Como la suspensión le había sido comunicada de manera
oral y no escrita, Tierno protestó declarando su nulidad, entonces
Fernández-Miranda le amenazó con ser reo de rebelión militar si se trasladaba a
Salamanca y allí se producían incidentes. Por consejo de su amigo Manuel Fraga Iribarne, decide ir a impartir clases como profesor invitado en la Universidad
de Princeton, en Estados Unidos, volviendo a ser catedrático en Salamanca en
1962. Ese mismo
año abandonó la Unión Española.
Torcuato
Fernández-Miranda se inició en política, ya que el cargo de rector le
otorgaba el cargo implícito de procurador en las Cortes franquistas. Ocupó
diversas direcciones generales en los Ministerios de Educación y Trabajo hasta
alcanzar el cargo de Secretario General del Movimiento, entre
1969 y 1974.
Este
período fue de creciente conflictividad social, al que la dictadura
respondió con represión, algunos políticos se habían dado cuenta de la difícil
supervivencia de la dictadura tras la muerte del dictador. Esto llevó a
Fernández-Miranda a plantear como salida del Régimen la adopción del Estado de
las "asociaciones políticas" como vehículos de participación
ciudadana. El proyecto se vio abortado con el asesinato de Carrero Blanco en
1973 y el ascenso de Carlos Arias Navarro.
Nombrado
vicepresidente del gobierno de Carrero Blanco, asumió interinamente la presidencia
a raíz del asesinato de éste. La lucha por el poder que se desató entonces
entre las “familias” del régimen, agravada por la perspectiva sucesoria que
auguraba la avanzada edad de Franco, se saldó en contra de Fernández-Miranda,
que resultó apartado en beneficio de Carlos Arias Navarro en 1974.
Tras la
muerte del dictador y la coronación de Juan Carlos I en 1975,
Fernández-Miranda colaboró estrechamente con el rey en la tarea de impulsar una
transición pacífica a la democracia desde la legalidad del régimen anterior.
Para ello fue nombrado presidente de las Cortes orgánicas (sería su último
presidente, de 1975 a 1977). Desde aquel cargo, que llevaba aparejada la
presidencia del Consejo del Reino, ayudó al rey a desembarazarse del
ultraconservador Arias y poner al frente del gobierno al joven y
renovador Adolfo Suárez, quien habría de llevar a término la reforma
política. En reconocimiento a los servicios prestados, fue nombrado duque de
Fernández-Miranda y senador de designación real en las primeras Cortes
democráticas.
Retirado de
la política, tras varios desencuentros con Adolfo Suárez, se encontraba en
Londres ultimando los detalles para la creación de una empresa de consultoría
jurídica cuando sufrió un grave ataque cardíaco. Murió el 19 de junio de 1980
en la clínica Saint Mary de Paddington de la capital británica. Sus restos
fueron trasladados al Aeropuerto de Barajas el 20 de junio y luego fueron
llevados en coche hasta Navacerrada, donde recibieron sepultura el día 21.
Está
considerado uno de los tres artífices de la transición, junto a Juan Carlos I y Adolfo Suárez.
Un personaje lleno de luces y sombras como bien describes, interesante artículo. 😉 saludos!! 🙋♂️🙋♀️
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