Juan Negrín López. 160º Presidente en 1937-1938, 161º en 1938-1939, y 163º en 1939-1945.
Sexto Presidente del Consejo de Ministros durante la presidencia de don Manuel Azaña Díaz (1936-1939) durante la Segunda República Española (1931-1939), desde el 17 de mayo de 1937 al 5 de abril de 1938; y séptimo desde el 5 de abril de 1938 al 6 de marzo de 1939.
Primer Presidente del Consejo de Ministros durante el periodo de la Segunda República en el Exilio (1939-1977), desde abril de 1939 al 21 de agosto de 1945.
Científico y político español que presidió el último gobierno de la República (1937-1939). Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, el 3 de febrero de 1892. Procedente de una familia de comerciantes canarios acomodados, estudió medicina en la Universidad de Leipzig (Alemania). Desde 1922 fue catedrático de Fisiología en la Universidad de Madrid. Su procedencia de un ambiente conservador y su gran fortuna personal no impidieron que durante la dictadura de Primo de Rivera, ingresara en el Partido Socialista (PSOE), en el que se alineó con Indalecio Prieto.
Tras el advenimiento de la Segunda República sería elegido diputado de sus tres legislaturas, siempre representando a las islas Canarias. Aunque no tenía mucho peso político en el partido, cuando estalló la Guerra Civil, fue nombrado ministro de Hacienda en el gobierno presidido por Francisco Largo Caballero. Se ocupó de organizar la economía de guerra del bando republicano y de negociar la prestación de ayuda económica y armamentística por parte de la Unión Soviética, entregando a la URSS las reservas de oro del Banco de España. Ya entonces destacó por su insistencia en que la República tratara de atraerse el apoyo de las potencias occidentales, mostrándose como un régimen liberal-democrático reformista y moderado; para ello se esforzó por poner coto a los asesinatos políticos y a los excesos de la represión en la retaguardia, mostrándose como un escrupuloso defensor del respeto a la legalidad.
En 1937 sustituyó a Largo Caballero como presidente del gobierno, cargo en el que permaneció hasta el fin de la guerra. Empujado por la necesidad de la ayuda soviética, se apoyó en los comunistas del PCE, con los que coincidía en su línea de dar prioridad a la disciplina y la organización para ganar la guerra, postergando la revolución social, en contra de las pretensiones de los anarquistas de la CNT y de otros grupos políticos, como el POUM. En 1938, ante el curso desfavorable de la contienda para las armas republicanas, ofreció a los rebeldes entablar una negociación sobre la base de trece puntos que llevaran a una salida democrática del conflicto; pero la oferta fue rechazada por Franco, que exigió hasta el final una rendición sin condiciones.
Ante tal intransigencia, Negrín ordenó resistir para prolongar la guerra, con la esperanza de que las tensiones internacionales llevaran al estallido de una guerra general en Europa en la que la República entrara como aliada de las naciones democráticas contra los regímenes fascistas de Hitler y Mussolini. Pero tales esperanzas de intervención extranjera en defensa de la República se desvanecieron después de la política de apaciguamiento mostrada por Gran Bretaña y Francia frente a Alemania en el Pacto de Múnich.
Cuando la Segunda Guerra Mundial estalló en 1939, el ejército republicano ya había sucumbido. Negrín, opuesto a la rendición incondicional en defensa del principio de legitimidad democrática, fue depuesto poco antes de la definitiva victoria franquista por el golpe de Estado de Casado, en marzo de 1939. Se exilió en México y luego en Francia, ejerciendo hasta 1946 el cargo de presidente del gobierno republicano en el exilio.
Falleció en París el 12 de noviembre de 1956. Está enterrado en el cementerio del Père Lachaise. Dejó dispuesto que su muerte se anunciara dos días después, y que sobre su lápida no se escribieran más que sus iniciales: J.N.L.
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