Torres de Serranos
Han pasado 85 años desde aquel 3 de junio de 1931, pocos meses después de declararse la Segunda República Española, en que fueron declaradas Monumento Histórico Artístico Nacional, reconociéndoles su alto valor, tanto estético como dignas representantes de la arquitectura militar del siglo XIV.
Pero volvamos la vista más atrás. Acabada la guerra con Castilla, el Consejo General de la ciudad, encargó a la Fábrica de Murs e Valls en la persona del maestro Pere Balaguer, la construcción de una puerta que fuera orgullo del poder social y económico de la ciudad. Esta puerta habrá de ser, junto con once mas, parte de la construcción de la nueva muralla cristiana, que habría de sustituir a la anterior musulmana.
Las torres abrían de situarse frente al puente de Serranos. Los acompañantes del rey Jaime I que vinieron desde la serranía de Teruel se instalaron en esta zona de la ciudad, dando nombre a este puente. Es el más antiguo de los existentes sobre el rio Turia. Su aspecto actual data de 1518, cuando la Fábrica Vella de Murs i Valls dispuso la reedificación del anterior que había sido arrasado por el río Turia y que a su vez sustituía al árabe de al 'Qantara. Fue construido por el pedrapiquer Juan Bautista Corbera, y está formado por nueve arcos escarzanos con escollera, tajamares y pretil.
En las cercanías de las Torres se han encontrado restos de sillares del antiguo puerto fluvial romano. El nombre de Serranos, les viene dado al Puente y a las Torres por estar situados en la fachada norte, recogiendo la llegada de los viajeros procedentes de la zona de la Serranía.
Comenzaron las obras el 6 de abril de 1392, sobre los terrenos de un pórtico anterior. Los muros son de mampostería muy solida, para poder así cumplir con su función de fortificación. Posteriormente se revistió de parámetros de sillería de piedra caliza, procedente en su mayoría de Alginet, Rocafort e incluso de Benidorm para darle la otra función de carácter representativo.
Casi terminadas las obras, en 1397, se planteó la necesidad de mejorar el acceso a la planta noble, proyectándose la monumental escalinata de piedra, que agrandó el edificio y facilitó su uso en fiestas de bienvenida. El 19 de marzo de 1398 finalizaron las obras.
En el siglo XV es la Puerta Principal de entrada a la ciudad, situándose en ella un cobro de peaje para todas las mercancías, tanto de entrada como de salida de la ciudad.
Desde el año 1404 con el rey don Martín I el Humano y hasta 1976 con el rey emérito don Juan Carlos I las torres han visto pasar por su puerta a 22 soberanos de la Corona de Aragón y de España, camino a la Catedral.
Para darle mayor seguridad se la dotó con un foso defensivo en su base. Con una altura de 33 metros, su planta la forman dos torres poligonales simétricas rematadas por almenas. Las Torres constan de tres alturas con salas abovedadas en cada una de las torres, unidas entre si por un cuerpo central formado por dos alturas y terraza. A título de curiosidad la Torre de Levante fue la primera en ser levantada.
Las Torres están desprotegidas por la parte posterior por tres motivos: el primero porque en el caso de ser tomadas, el enemigo no pudiera hacerse fuertes en ellas; el segundo para evitar que los militares que las defendían no pudieran hacerlas servir contra la ciudad; y la tercera como balcón hacia el interior de la ciudad.
Las Torres de Serranos, tendrían durante el periodo comprendido desde finales del siglo XVI hasta el año 1888, la función de cárcel de la ciudad. El 15 de febrero de 1586 hubo un incendio provocado en la cárcel de la Casa de la Ciudad, lo cual dio lugar al traslado de los presos nobles en julio de 1586 a las Torres de Serranos. El 23 de marzo de 1888, se comenzó el traslado de los presos al Convento de San Agustín, convertido en correccional.
Otra de las utilizaciones de las Torres de Serranos, se dio durante la Guerra Civil de 1936. Debido a su solidez fueron escogidas como depósito de gran parte de obras del Museo del Prado de Madrid.
A pesar de tratarse de unas torres con carácter defensivo, nunca han participado en ningún hecho bélico, todo lo contrario que sus compañeras las Torres de Quart, lo cual hace que parezcan más modernas que las de Quart, siendo además un metro más bajas.
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