Batalla del Desfiladero de Pancorbo

 


En estos primeros años del siglo IX, el Emirato de Córdoba se encontraba inmerso en pleno conflicto ya que Alhakén I luchaba en contra de las pretensiones de sus tíos Sulaymán y Abd al-Lah ibn Abderramán que se habían rebelado tras la muerte de Hisham I. Las consecuencias de este conflicto en el emirato había sido aprovechada por los francos en el año 798, Guillermo I de Tolosa convoca una asamblea (Dieta de Tolosa) a la que acuden Alfonso II de Asturias y Bahlul Ibn Marzuq para coordinar en nombre de Ludovico I las operaciones necesarias para conquistar al-Tagr al-Ala; también la revuelta fue aprovechada por el reino de Asturias para atacar Lisboa y por Carlomagno para conquistar Barcelona e independizar Pamplona bajo la órbita francesa. Por su parte, los árabes, dirigidos por Muawiya ibn al-Hákam, hijo del emir Al-Hákam I, atacaron Álava y Castilla el año 801, cruzando el paso de las Conchas, pero fueron sorprendidos por Velasco, posiblemente con el apoyo de un contingente enviado por Sancho I de Gascuña, en una emboscada. La derrota sufrida por Muawiya ibn al-Hákam fue tal que se vio obligado a regresar a Qúrtuba tras perder a sus mejores hombres y oficiales.






El año 803, tropas vasconas atacaron y tomaron Tutila, capturando a Yusuf ibn Amrús, pero fueron liberados por Amrus ben Yusuf. Nueve años más tarde Seguin I hermano y sucesor de Sancho I de Gascuña se rebeló y Luis I dirigió una expedición que instaló a Velasco el Gascón en Pamplona.





En el 816 Abd al-Karim ibn Abd al-Wáhid ibn Mughith dirigió una razia contra el reino de Pamplona, arrasando el valle de Orón, por lo que tuvieron que pedir ayuda al reino de Asturias. La batalla duró trece intensos, en los que no hubo tregua; en ella, los vascones planearon la defensa en vados de ríos abruptos y barrancos, obstruyendo los accesos con maderos, trincheras y fosos que los musulmanes no pudieron atravesar. Entonces, los cristianos se lanzaron a la ofensiva intentando cruzar el río, pero los musulmanes les cerraron el paso y cayeron sobre ellos. La mayor parte de las víctimas murió al caerse por los acantilados. Con las lluvias los cristianos quedaron sin abrigo ya que todas las obras de defensa habían sido destruidas y como los musulmanes se encontraron también en una situación difícil, ambos bandos se batieron en retirada. La derrota vascona provocó una revuelta de los vascones contra la hegemonía franca, lo que estableció Íñigo Arista de Pamplona como el primer rey de Pamplona.


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Ramón Martín



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