Hisham I, Emir de Córdoba entre el 788 y el 796.



Al fallecimiento de Abderramán I, sube al trono Hisam I. Fue el segundo monarca omeya de la España musulmana. Su madre fue una esclava-madre (umm walad) que se apellidaba Hawra. Al morir Abderramán I, se encontraba fuera de Córdoba, pero al enterarse volvió inmediatamente, pues su padre le había nombrado su sucesor, anteponiéndole a Sulaymán y Abd Allah que, descontentos, le disputaron el poder. La lucha duró un año, finalizando con la sumisión de ambos príncipes, los cuales abandonaron la Península, trasladándose al Norte de África, de donde volverían a la muerte de Hisham.

La ceremonia de proclamación y adhesión (bay’a), tuvo lugar el sábado primero de yumada (7 de octubre de 788), cuando contaba treinta años de edad. Lo primero de que se ocupó, fue terminar la construcción de la aljama, iniciada por su padre, instalar una pila de abluciones, dotada de agua corriente. En esos primeros años, su mayor preocupación fueron las obras públicas y la guerra santa. Una de las mayores preocupaciones fue reparar varios arcos del puente de Córdoba.

Hisham I, era un hombre exageradamente supersticioso, y nada más ocupar el trono, hizo traer de Algeciras al astrólogo Al-Dabbi, a quien dijo: “No dudo que tú te habrás ocupado ya de mí, cuando te haya llegado la noticia de mi subida al trono; te conjuro, pues, por Dios, que me digas mi buena o mala fortuna, según a ti te parezca”. A lo que Al-Dabbi, le contestó: “Yo te conjuro, por Dios, para que me eximas de ello”, le dispensó el emir. Pero pasados unos días, volvió a convocarle, y tras asegurarle que no tomaría represalias en el caso de que las noticias no fueran de su agrado, Al-Dabbi, le dijo: “Pues de seis a siete años”, a lo que Hisham le contestó: “¡Oh, Al-Dabbi!, en realidad, de verdad, si ello sucede (acabarse la vida) adorando a Dios, será fácil de soportar”. Le obsequió espléndidamente y le autorizó a que marchara.




Curiosamente, acertó el astrólogo, pues murió Hisham Al-Ridâ, la noche del jueves 8 de safar del año 180 (22 de abril de 796), siendo enterrado en el alcázar de Córdoba, en la rawda o jardín, que los omeyas tenían frente a la Puerta de los Jardines, y le rezó las oraciones fúnebres su hijo al-Hakam. La causa de la muerte fue un ataque de atrabilis que le provocó una angustia tal que, le debilitó el juicio, y lo llevó a la tumba.

Entre las obras públicas que realizó durante su reinado, mencionaremos la construcción de varias mezquitas, entre ellas destacaremos una construida frente a la Puerta de los Jardines del Alcázar, con tierra traída de Narbona, en la expedición en la que el emir conquistó dicha plaza. También construyo la mezquita que lleva su nombre, en el antiguo arrabal del Horno de Burriel, en la misma calle mayor o calzada oriental, que atravesaba dicho barrio.

El mayor arrabal era el Arrabal del Sur, situado entre el Puente y la aldea de Secunda, donde había un zoco desde el principio de la llegada de los musulmanes a al-Ándalus. Este arrabal estaba habitado, preferentemente, por musulmanes, y algunos cristianos, aunque estos habitaban la aldea de Secunda, situada algo más al Sur.

Comentarios

Entradas populares